El primero en ser saludado como "el mesías" por los judíos no fue Jesús de Nazaret, sino el rey persa Ciro el Grande (gobernó entre 559 y 530 a.C.). Esto es porque los judíos creían en su exilio de Babilonia, que pronto iba a llegar un mesías que iba a volver de cabeza a la Historia Universal, haciendo que los babilonios opresores fueran oprimidos, y liberando a los judíos y poniéndolos a la cabeza de la Historia. En el año 538 a.C., Ciro conquistó Babilonia, y otorgó permiso a los judíos para reconstruir su reino en Jerusalén, como una medida política para tener un "estado tapón" que le permitiera evitar amenazas de los egipcios. Los judíos vieron todo esto como la prueba de que su dios utilizaba a Ciro como un medio para enaltecerlos. Sin embargo, cuando pasó el tiempo y la situación judía no mejoró la gran cosa después (incluso empeoró con sucesivos dominios extranjeros, como macedonios, seléucidas y romanos), decidieron que Ciro no era, después de todo, el mesías, así es que fueron buscando varios otros más. Todavía lo están esperando.
[La ilustración de este posteo, del siempre socorrido Doré, está basada en la Biblia, el Libro de Esdras, capítulo 1, versículos 7 y 8].
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