Páginas

domingo, 23 de febrero de 2014

Embotellando la evolución de las especies.

Si ustedes han tenido la desdicha de sufrir algún radiante día estropeado porque se les planta en la puerta un Testigo, y éste va y les suelta eso de que "bueno, pero es que la evolución nadie la ha visto, ¿no? ¿Cómo sabes que eso sucedió así?"... ¿qué les contestas? Quiero decir, me refiero a una contestación más amigable que decirles que los están explotando haciendo ganar millones a la Watchtower con ellos haciendo voluntariado en vez de pagarles remuneración, o simplemente cerrarles la puerta en las narices. Hay varias posibles respuestas, incluyendo el hecho de la gran cantidad de evidencia geológica, paleontológica, genética, etcétera, pero los muy listillos siempre van a decir que "ah, eso es circunstancial, pero nadie lo ha visto, ¿verdad?". Bueno... este posteo se trata de alguien que HA VISTO EVOLUCIONAR A LAS ESPECIES. Bueno, a una especie de ellas en particular, las famosas Escherichia Coli. O en realidad a un linaje de ellas, o doce linajes en total, mejor dicho. El nombre de este prócer es Richard Lenski, nació en 1956, y gracias a su experimento llamado Experimento de Evolución a Largo Plazo, ya se tiene ganado su lugar en los libros de Historia de la Ciencia. Y lo más importante: si los Testigos lo van a molestar a la casa, él puede decirles: "¡¡¡SÍ!!! ¡¡¡YO HE VISTO LA EVOLUCIÓN!!! ¡¡¡CON MIS PROPIOS OJOS!!! ¡¡¡EN MI LABORATORIO!!! Y ahora, si me disculpan, tengo que preparar un caldo de glucosa a la mignon con especias y comino que no es por nada, pero me está quedando para rechuparse los dedos, mi flora intestinal va a quedar muy agradecida, no la flora intestinal de mis intestinos, sino la de mis tubos de ensayo... er... largo de explicar". Supongo que después de eso, a los Testigos no les quedará más que dejar el ejemplar del mes de la Atalaya y Despertad, y después salir a todo escape de ahí, porque están majaretas estos científicos.

Todo partió con una interesante pregunta: si la evolución existe, entonces, ¿produce siempre el mismo resultado, partiendo de las mismas condiciones básicas? Dicho de otra manera, ¿puede la evolución producir dos veces el mismo resultado? Para averiguarlo, Richard Lenski embotelló una colonia... no, no puso perfume en una botella, todo es una manera coloquial de decir que metió en cápsulas petri a un grupo de colonos bacterianos, en concreto de la especie Escherichia Coli, un bichejo procariota que forman parte de la flora intestinal de nosotros los animales de sangre caliente, que pagan el alojamiento sintetizando vitamina K para nosotros (seriously), los separó en doce colonias (bíblico, ¿no?)... Y a partir de ahí viene lo bueno. Porque Lenski y su equipo cada noche metieron a cada colonia por separado en un caldo repleto de rica glucosa para que los bicharracos comieran, luego los hambreaban durante algunas horas, y a la noche siguiente, más caldo de glucosa, para los que sobrevivieran a la hambruna suponemos. Noche tras noche, sin saltarse ni una. DESDE EL 24 DE FEBRERO DE 1988 HASTA LA FECHA. Con eso, han producido más de CINCUENTA MIL GENERACIONES DE ESCHERICHIA COLI, ríanse ustedes de las genealogías de la Biblia... y les han tomado la foto una vez cada 500 generaciones, a cada una de las doce colonias. No una foto convencional, claro está: la cosa es que cada 500 generaciones se sacan muestras a cada una de las colonias, y se las congela, de manera que pueden literalmente consultarse las mismas después, simplemente sacándolas del refrigerador (y premiándolas con un té caliente con limón, vamos, ser científico no quiere decir ser un cabrón, ¿no?). Ya les decíamos que el nombre global de todo esto es Experimento de Evolución a Largo Plazo (EELP, o su sigla en inglés LTEE). Un cuarto de siglo y contando.

Y aquí viene lo realmente bueno. Porque el medio ambiente permaneció constante, el procedimiento también... Y AÚN ASÍ LOS BICHOS SE LAS ARREGLARON PARA EVOLUCIONAR. Poco a poco, cada una de las colonias se desarrolló en su propia dirección, creó sus propias mutaciones, y en general se las arreglaron para ser más eficientes dentro de su propio medio ambiente. Una de las más abracadabrantes fue cuando a la altura de la generación treinta y tres mil y algo, en 2008, una de las colonias desarrolló una mutación que le permitió sintetizar ácido cítrico con intervención de oxígeno, algo que las Escherichia en condiciones normales no hacen porque, bueno... su hábitat natural son los intestinos, para qué iban a inventarse algo así, pero en este nuevo medio ambiente, esta adaptación les garantizó un nuevo umbral de desarrollo. Esa es la adaptación más notable, pero las hay mucho más sutiles, incluyendo un cambio de la forma alargada de las Escherichia a unas más esféricas, lo que mejora la eficiencia de su metabolismo en relación a su masa protoplasmática. En general, los investigadores han observado que, enfrentadas muestras de colonias antiguas versus colonias nuevas, las segundas resultan mejor ajustadas y suelen terminar trapeando el piso con las antiguas. De todas maneras, no hay riesgo de que algún día, alguna Escherichia Coli que se sienta particularmente napoleónica y se encomiende a los manes de Mac el Microbio Desconocido, intente escaparse de su cápsula petri y se lance a conquistar la Tierra: más ajustado significa adaptado a las condiciones de la cápsula petri, del caldo con glucosa, no necesariamente más adaptado para batirse a vencer o morir en cualquier escenario de Europa Universalis, que es un territorio muy distinto.

Y aún más. Los científicos capitaneados por Richard Lenski determinaron también el ritmo al que se produce la evolución. Haciendo secuenciación genómina de los bicharracos, y creando modelos matemáticos a partir de las mutaciones observadas, descubrieron que las mismas responden a una ley de potencias. Dentro del modelo propuesto, el primer tiempo presenta una enorme cantidad de mutaciones, pero mientras más transcurren las generaciones, la curva de mutaciones empieza a disminuir, tendiente a cero... aunque por la propia naturaleza de la curva, nunca llegará un punto en que los ajustes se detengan. Es decir, en tanto el medio se mantenga constante, la evolución de las doce colonias seguirá, aunque con cada vez menos adaptaciones porque será cada vez más difícil ajustarse todavía más. O sea, es de predecir que si sacan ejemplares de algunas de esas colonias y las ponen en un medio diferente (por ejemplo, dentro de un intestino otra vez, como vivían sus ancestros cincuenta mil generaciones atrás), habrá otra vez una tanda de adaptaciones evolutivas a un ritmo ensordecedor, seguidas de un relativo estancamiento, aunque seguirán habiendo adaptaciones geniales de tarde en tarde. Porque la vida siempre se abre paso. Incluso dentro de una docena de tubos de ensayo. O cápsulas petri. Del tamaño de un laboratorio... o de este gigantesco tubo de ensayo que llamamos la Tierra.

domingo, 16 de febrero de 2014

Los rusos y el Cid.

Siglos Curiosos tiene una larga tradición de títulos llamativos e incendiarios que después no llevan a ninguna parte, pero de que atraen lectores con sus malas artes publicitarias, los atraen. El ejemplo más egregio es el histórico posteo "¡Carl Sagan arrestado!", que cuando llegó a Menéame (¿es que todavía existe ese sitio?) originó una jugosa nube de comentarios por parte de lectores confundidos porque pensaban que era noticia de actualidad ("Disculpa, pero cuando el envío se titula ¡Carl Sagan arrestado! da una clara sensación de inmediatez. Y cuando lees que ello se produjo hace 24 años, es lógico que muchos pensemos que casi es una broma. Y también considerarla antigua"... hombre, que a la fecha de publicar eso en 2011, Carl Sagan llevaba casi década y media de muerto. Hay que cultivarse un poquito, caramba). Así es que, para no me acusen de publicidad engañosa: este posteo casi no tiene nada que ver con el Cid. Y un poquito más con los rusos. Pero sí hay una conexión entre ambas. Y no porque Napoleón se haya estrellado de bruces contra el Oso Ruso y la testarudez hispánica, sino porque... vamos al posteo, mejor.

A la civilización le costó un poquito entrar en Rusia. Cositas de estar lejos de las rutas comerciales y los centros de civilización del Medio Oriente, y no haber sido nunca conquistados por los romanos. Eso, y el crudo invierno. Aún así, a inicios de la Edad Media, la doble amenaza de los misioneros cristianos y los comerciantes empezaron a adentrarse en las rutas comerciales rusas, conectando al Imperio Bizantino y el Medio Oriente con Escandinavia, y el dinero empezó a fluir en Rusia. Y con él, la posibilidad de, cual Civilización de Sid Meier, construir un pueblito que sea una ciudad, luego un reino... Durante unos siglos, la principal potencia militar de la región fue el reino de los jázaros. Eso, hasta que ya a finales del primer milenio vino una fuerte infiltración desde el norte: los escandinavos, conocidos como vikingos o normandos en Occidente, y varegos en Rusia, empezaban a extender su mano por esas regiones.

Entre estos guerreros varegos ávidos de aprovechar todo su poder militar para crearse nuevos reinos en esos territorios, estaba un caudillo llamado Rurik. En 862, Rurik y sus cuatro gatos se apoderaron de tierras, y crearon su pequeño principado. En la historia patriótica rusa, dicho evento es casi la fundación de su país o poco menos. Desde un punto de vista dinástico lo es, ya que la Casa de Rurik, a través de uno u otro de sus descendientes, se transformó en fundadora de la Rusia moderna y su gobernante hasta finales del siglo XVI. Pero en la época, el reino de Rurik eran cuatro rucas paradas en los linderos mismos de lo que puede llamarse la civilización. Aún así, Rurik dejó tan profunda impresión en la posteridad, que incluso ha hecho pensar a algunos que existe una conexión etimológica entre Rusia y los rus (la tribu de varegos que seguían a Rurik), y los rus con Rurik mismo. Así, Rusia sería, de manera un tanto laxa, "la tierra de Rurik".

Y ahora viene lo bueno. Parece ser que Rurik es la forma eslava o rusa de un nombre escandinavo. ¿Cuál nombre? Probablemente el escandinavo Rørik, que a su vez es equivalente al antiguo alemán Hrodric. Dicho nombre existe también en el antiguo inglés, como Hrēðrīc o Hroðricus, y con tal forma apareció como nombre de un personaje del poema épico anglosajón "Beowulf". ¿Y más al sur? Adivinaron, Hrodric mutó en Rodrigo. Como Rodrigo el último rey de los visigodos. Y como Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid (ya les advertía que el posteo tenía más bien poco que ver con el Cid, ¿no?). De manera que, poniéndose un poco españolicéntricos, y desde un punto de vista etimológico... no es incorrecto decir que Rusia fue fundada por un Rodrigo. Ya pueden todos mis lectores llamados Rodrigos ir inflando el pecho y decir "tu nombre no es ná, el mío es el que bautizó a la Santa Madre Rusia". Claro que la respuesta a eso es obvia: ahora te toca vivir a la altura de tu nombre, baby...

domingo, 9 de febrero de 2014

El hombre que importaba guantes sin pagar impuestos.

A comienzos del siglo XX, los guantes eran parte indispensable de la indumentaria de toda dama que se respetara como tal. Y de muchos caballeros también, por supuesto. Después llegó la Primera Guerra Mundial y la industria guantera, así como muchas otras cosas, saltó hecha trizas. A finales del siglo, Estados Unidos tenía una próspera industria guantera, auspiciada por sobre todo gracias a una generosa política de aranceles que impedía la competencia por parte de esos mugrosos extranjeros que tratan de reventar nuestra industria nacional en vez de asumir las políticas de liberalismo arancelario tan queridas por el (entonces todavía inexistente, claro) Fondo Monetario Internacional. Pero claro, siempre hay negocio para los guantes importados así como para la cerveza importada porque el logotipo "importado" llama la atención de todo el mundo. La cuestión entonces era descubrir el truquito de cómo meter guantes importados a Estados Unidos haciendo malabares para rebajar o capear el arancel.

Y un vendedor llamado Samuel Goldfish, que trabajaba como agente de ventas para una empresa llamada Elit Glove Company, descubrió el truco. Uno que para remate era perfectamente legal, si bien aunque sea por un tecnicismo burro (eso, y que nadie le descubriera haciendo la maniobra, claro). La cosa era que el pago del arancel debía efectuarse a la hora de retirar el producto importado. Por lo tanto, ése era el paso que debía evadir. Por suerte para él, eran guantes...

El truco al que recurría Samuel Goldfish, era encargar guantes de Francia de la mejor calidad, en pedidos abundantes para la reventa. Pero a la hora de embarcarlos, pedía que los embarcaran en dos pedidos, que debían ser enviados a direcciones distintas, y a dos puertos distintos. Y aquí viene lo realmente bueno. Un pedido contenía todos los guantes DE LA MANO IZQUIERDA, y el otro pedido contenía todos los guantes DE LA MANO DERECHA. Cuando los pedidos arribaban a los puertos... Samuel Goldfish no los retiraba. En vez de eso, se ponía a esperar. Más tarde o más temprano, los pedidos salían a remate por parte de la aduana, en calidad de mercadería no retirada. Podemos imaginar la cara del martillero al anunciar "un hermoso centenar de guantes de la mano derecha", y empezar la puja. ¿Y quién iba a pujar por guantes de la mano derecha, si no tenía los guantes de la mano izquierda para emparejarlos...? Pues... Samuel Goldfish, que sabía bien a las claras DÓNDE encontrar sus respectivas parejas. Y al no haber puja, se adjudicaba los guantes a precio irrisorio, los emparejaba después, y los revendía como guantes importados y de alta calidad a precios menores que la competencia. Y como puede observarse, todos los pasos del procedimiento son perfectamente legales: la verdadera ilegalidad estaba en la intención, en la totalidad de los pasos combinados para producir como resultado la defraudación del fisco. Si el IRS (la oficina de impuestos de Estados Unidos) no llegaba a enterarse, algo fácil considerando que en esa época no había computadores entrelazando información financiera sensible, la triquiñuela pasaba perfectamente desapercibida.

Quizás a usted el nombre de Samuel Goldfish no le diga absolutamente nada. Por una buena razón. Nació Schmuel Gelbfisz, y era un judío de Varsovia que emigró en busca del American Dream. En 1913, el Presidente de Estados Unidos Woodrow Wilson introdujo una brusca rebaja en los aranceles aduaneros, y el truco de Goldfish perdió sentido. Abandonó entonces la industria guantera, y se marchó a Hollywood. En donde es mejor conocido con el último de los varios nombres que adoptó, Samuel Goldwyn, uno de los fundadores de los Estudios Metro Goldwyn Meyer.

domingo, 2 de febrero de 2014

Si eso es rodar cine...


Año 1913. El cine era tan, pero tan, pero tan primitivo, que Hollywood ni siquiera existía. O sea, de existir existía, pero apenas estaban rodándose las primeras primerísimas pelis de lo que después sería llamado pomposamente como La Meca del Cine (y los terroristas talibanes sin bombardear ululando ¡¡¡SACRILEGIO!!! todavía, miren ustedes). El caso es que en esa época había una guerra sorda (y a veces nada de sorda: a balazo limpio en ocasiones inclusive) entre el Trust, un grupo de productores de cine plegados a las patentes de Thomas Alva Edison, y los independientes, los piratas de inicios del XX, que querían rodar pelis sin pagar derechos de patente los muy sinvergüenzas (y que fundaron las mismas empresas que persiguen a los piratas de ahora... así nos cambia la vida...). No insistiremos porque ya hemos escrito sobre dicha guerra con anterioridad en Siglos Curiosos.

En la época estaba por ingresar al negocio un jovenzuelo que venía de una familia bien relacionada con la intelectualidad de la época, ya que dentro de la familia a lo menos extendida habían filósofos y dramaturgos, entre otras luminarias. Pero uno de los hermanos debió haberles salido medio tontorrón (la familia de hecho trató de disuadirle cuando supo de sus intenciones) porque quería dedicarse... al cine. A una forma de arte que al momento de contratar actores, si éstos eran famosos, exigían en sus contratos de manera específica que sus nombres no figuraran ni en los créditos ni en la publicidad, por lo degradante que era salir de las tablas para meterse al estudio (si supieran lo que le iban a pagar a Johnny Depp casi un siglo después por "Piratas del Caribe 4"...). El único problema era el mismo de tantos y tantos jóvenes que buscan trabajo por primera vez: sin experiencia. Sólo que en ese entonces, como se rodaba poco, nadie la tenía, así es que nadie le cerraba puertas en narices.

Gracias a un contacto previo, nuestro jovenzuelo consiguió permiso para visitar un lugar cerca de Bronx Park, en donde los esbirros de Edison estaban rodando. Allí vio como un camarógrafo ponía una cámara apuntando hacia un muro. Luego lo describió así: "El director dijo ACCIÓN. El cámara empezó a darle a la manivela. Salió una chica de detrás de un seto, saltó el muro y echó a correr, mirando de vez en cuando para atrás, aterrorizada porque la perseguía alguien a quien no se veía. Un hombre se encontró con ella, la paró y hablaron, sólo con mímica, naturalmente, pero gesticulando mucho". Nuestro jovenzuelo observador comentó después a sus asociados: "Si es así como hacen las películas, yo creo que después del primer año me conceden un título".

¿El jovenzuelo en cuestión? Un treintañero llamado Cecil B. DeMille, director de algunos de los más famosos epics de todos los tiempos, incluyendo "Sansón y Dalila" de 1949, y sobre todo su monumental "Los diez mandamientos" con Charlton Heston en 1956. El mismo que, en esta última peli (destinada también a ser la última suya, porque a continuación se puso a trabajar en "El bucanero", pero lo pilló la muerte antes), se dio a sí mismo el rol de... la voz de Dios hablando con Moisés en lo alto del Monte Sinaí. Sí, de ése tipo iba esta anécdota de Siglos Curiosos, acerca de que el cine lo rueda cualquiera (y viendo más que algunos zurullos abriéndose paso hacia las salas...).

domingo, 26 de enero de 2014

Una conspiración patriota en Quillota.


En la Historia de Chile entre 1814 y 1817, debido a la estatura legendaria de Manuel Rodríguez, los guerrilleros que se batían en la zona de operaciones de Colchagua y entre Chillán y Rancagua en general son los que tienen mayor fama. Pero sin embargo, desde la gobernación de Cuyo en donde se estaba preparando el gran asalto contra el gobierno de los realistas en Chile, San Martín no era partidario de depositar todos los huevos en la misma cesta. Para desesperación del gobernador español Casimiro Marcó del Pont, que pretendía concentrar las fuerzas realistas en Santiago para hacerse más fuerte, San Martín buscaba incendiar el territorio chileno entero para derrocar al Imperio Español. Y una de estas ramificaciones estuvo a punto de fructificar en la ciudad de Quillota, al noroeste de Santiago.

A inicios de 1816, San Martín envió sendas misivas a un vecino de Putaendo llamado José Antonio Salinas, y a uno de San Felipe llamado Juan José Traslaviña. La idea no era mala: si prosperaba una rebelión en tales lugares, el ejército patriota que cruzara la cordillera arribaría a territorio ganado para los patriotas, y estaría en muchas mejores condiciones para batirse con los realistas y marchar sobre Santiago. El mensajero, un tal Manuel Navarro, cruzó la cordillera de ida y vuelta llevando las respectivas cartas, además de entregar instrucciones que quedaron como verbales por obvias razones. Ambos encargados, Salinas y Traslaviña, viajaron a Quillota y enteraron a otros personajes del proyecto: dos modestos vecinos llamados Ramón Arístegui y Pedro Regalado Hernández, además de Ventura Lagunas, un joven maestro de escuela de sólo diecisiete años de edad. La idea parecía factible porque la guarnición de Quillota estaba mandada por Manuel Barañao, un coronel oriundo de Buenos Aires que era realista fanático e intransigente, la clase de sujeto que resulta muy divertido y satisfactorio derrocar y arrastrar por el fango, claro está. De manera que los interesados se movieron a Valparaíso para seguir reclutando gente, y de esta manera derribar a la autoridad realista local.

Pero las cosas se salieron de tiesto cuando Ventura Laguna le confesó los planes a un sargento de apellido La Rosa, que parecía confiable debido a que tenía malquerencias con sus superiores. En mala hora. A propósito de un incidente completamente diverso, La Rosa acabó siendo apresado y sometido a juico por insubordinación, arriesgando un castigo severo. En esta coyuntura, La Rosa decidió congraciarse con sus superiores revelando todo lo que sabía de la conjura. El coronel Barañao reaccionó de manera implacable, y consiguió que una sirvienta revelara la documentación de sus patrones conjurados, entre los cuales por supuesto estaban las cartas de San Martín que habían originado todo el merengue. Arístegui consiguió escaparse, pero los otros no tuvieron tanta suerte: fueron apresados, y cuando fueron confrontados con las cartas incriminadoras, confesaron llanamente y fueron remitidos a Santiago.

El gobernador Marcó del Pont estaba feliz de poder hacer de estos presos buen escarmiento. El proceso fue sumario y la sentencia predecible. El 5 de Diciembre de 1816 se levantó una horca en Santiago. La pena era cruel e inusual, ya que la horca había caído tiempo hacía en desuso, y lo habitual era la ejecución por fusilamiento: se dice que el verdugo de la cárcel de Santiago, para practicar un procedimiento con el que no estaba familiarizado, fue obligado a entrenarse ahorcando carneros. A las once de la mañana de la fecha citada, fueron ahorcados Traslaviña, Salinas y Hernández. Cuando ya tocaba el turno de Lagunas, se supo entonces que este último había sido beneficiado con un indulto, que en atención a su corta edad le conmutaba la horca por diez años en el presidio de Juan Fernández. La Gaceta del Gobierno, el único medio de comunicación en existencia, reportó que los tres ejecutados se habían mostrado pesarosos y arrepentidos, pero si fue verdad, la gente no parece haberlo creído. Lejos de servir como escarmiento, la ejecución incrementó la odiosidad de los patriotas en contra de los realistas. Algo más de medio año después, los días 7 y 18 de Junio de 1817, una vez instalado el gobierno patriota de regreso en Santiago, fueron dictados decretos que favorecieron a las viudas de los ejecutados con una indemnización de doscientos pesos, más un montepío de treinta pesos mensuales. Otros parientes de las víctimas recibieron después otros beneficios económicos con posterioridad.

domingo, 19 de enero de 2014

El misterio de Francisco de la Torre.


Salvo los hipsters blogueros made in Spain demasiado pagados de sí mismos que publican sus poemitas online en la actualidad, nadie duda de que la mayor constelación de grandes en las letras españolas se congregó durante el llamado Siglo de Oro Español, que usualmente suele cronometrarse entre la publicación de la Gramática de Nebrija en 1492, y la muerte de Pedro Calderón de la Barca en 1680. Pero en todo ecosistema hay cincuenta enanos por cada titán, y el Siglo de Oro no es la excepción. Por cada Cervantes, Garcilaso, Lope de Vega, Quevedo, el propio Calderón, etcétera, hay varios otros nombres que son conocidos apenas para el lector aficionado o para el erudito en la materia. Algunos de ellos muy buenos, claro está, que no son más conocidos únicamente por estar a la sombra de otros más grandes. Otros de ellos no tanto. Y... Francisco de la Torre, el homínido que nos ocupa.

Llamémosle homínido sólo por si de verdad existió, ya que ni siquiera de eso estamos seguros. La primera referencia segura que se tiene de él, es la publicación de un Greatest Hits por parte de Francisco de Quevedo. El propio Quevedo refiere cómo los textos llegaron a sus manos: encontró el manuscrito en manos de un librero que se lo vendió con desprecio. Parece ser que el manuscrito había sido escondido ahí por alguien más, que había hurtado lo mejor del material y lo había hecho pasar por propio. El manuscrito venía aprobado por Alonso de Ercilla, lo que lo fecha con anterioridad a 1594, año del fallecimiento del autor de "La Araucana". El nombre del poeta figuraba en cinco partes, pero alguna mano misteriosa lo había manchado de tinta, e incluso había tratado de ennegrecer dicha tinta con humo. Quevedo consiguió figurarse el nombre, Francisco de la Torre, aunque podemos preguntarnos cómo lo logró si el malhechor se tomó tantas delicadezas para borrarlo. Da para un capítulo CSI: Madrid, supongo. Por si las dudas, Quevedo se agenció una nueva aprobación, y publicó los poemas en cuestión bajo el nombre de su autor originario. Su supuesto autor originario al menos.

En consecuencia, no se sabe ningún dato biográfico cierto sobre Francisco de la Torre: dónde y cuándo nació, en dónde se educó, en qué trabajó, en qué circunstancias compuso los versos, cuándo y cómo falleció. Algunos eruditos de los siglos XIX y XX se han abocado al estudio minucioso de sus versos para inferir algún dato en concreto del autor, pero en vano: todos los datos que aportan, son conjeturas sin otra base con la cual corroborarlas. Para colmo, por desgraciada coincidencia (aunque a estas alturas uno se pregunta si es coincidencia o hay algo más), hay otro Francisco de la Torre a finales del siglo XV y comienzos del XVI, pero éste era músico, no poeta, hasta donde sabemos a lo menos (además de que no habría podido vivir tanto como para conseguir que Alonso de Ercilla leyera su material en vida). Incluso hay quien dice que el libro mismo habría sido alguna clase de elaborado embuste, sea de Quevedo o sea de alguien más, que por una razón u otra prefirió atribuirle el material a un prestanome o incluso inventándose el poeta desde la nada. El misterio está servido.

¿Y qué tan buen autor era el ínclito? El lector podrá buscar poemas suyos en Internet, caso de que los haya, pero por si no encuentra, aquí le dejamos con un soneto. Es lo menos que podemos hacer por un poeta bastante bueno, que tuvo la desgracia de ser oscurecido por otros mayores, y que además vaya a saber por qué razones no pudo o no quiso publicar con su propio nombre:

Bella es mi ninfa si los lazos de oro
al apacible viento desordena,
bella, si de sus ojos enajena
el altivo desdén que siempre lloro;

bella, si con la luz que sola adoro
la tempestad del viento y mar serena;
bella, si a la dureza de mi pena
vuelve las gracias del celeste coro.

Bella si mansa, bella si terrible,
bella si cruda, bella esquiva y bella,
si vuelve grave aquella luz del cielo.

Cuya beldad humana, y apacible,
ni se puede saber lo que es sin vella, [*]
ni vista entenderá lo que es el suelo.

[*] Sic en el original.

domingo, 12 de enero de 2014

¿Que acaso "Orlando furioso" es una secuela?


A poco de meterse con la literatura épica, es imposible no toparse de bruces con el "Orlando furioso", uno de los más famosos e imitados poemas épicos de todos los tiempos. Al lector no demasiado interesado, el nombre quizás no le diga nada. El "Orlando furioso" no suele editarse mucho en castellano por ser una antigualla, y por ser extraordinariamente largo (38.736 versos, más del doble que la "Ilíada" de Homero, y eso que el aedo griego sentía un entusiasmo casi fetichista por catalogar naves a lo bestia), pero en cuanto a influyente... ¿Ustedes pensaban que el hipogrifo se lo inventó la Rowling para Harry Potter? Nones. Los grifos existían desde antiguo (las bestias míticas llamadas tales, no los grifos de incendio. Ni Peter Griffin, que vendría siendo Pedro Grifo en castellano), pero fue "Orlando furioso" en donde el hipogrifo apareció por primera vez como tal (el engendro de un grifo con un caballo... dejémoslo así, mejor). Lo interesante del caso es que, para todo lo famoso e imitado que llegó a ser (incluso fue salvado de la famosa quema del cura y del barbero en "El Quijote de la Mancha" por Cervantes)... "Orlando furioso" es una secuela. Y ni siquiera es una secuela independiente de su primera parte, porque retoma la historia de la primera parte allí donde ésta quedó inconclusa. En definitiva, uno de los poemas épicos más importantes de todos los tiempos... es el fanfic que un fulano enrabiado porque el autor de la primera parte nunca concluyó la obra original, y se puso a pergueñar su propio final.

El poema original era el "Orlando enamorado" ("Orlando Innamorato"). Fue publicado por primera vez en 1482, y es la obra en ese tiempo todavía no acabada de Matteo Maria Boiardo. En su juventud, Boiardo se había entregado al placer culpable de tanto humanista de la época, de escribir poemitas románticos imitando a Petrarca. Algo más maduro, se decantó por las traducciones, en concreto de Apuleyo, Heródoto y Jenofonte, entre otros. Dejó solamente una gran obra épica, el "Orlando enamorado" precisamente. En realidad no se la recuerda mucho, quizás porque la versión publicada no estaba completa, y él mismo siguió escribiéndola hasta que sucedió lo que los fanáticos de Juego de Tronos temen le pueda suceder a George R.R. Martin: que se murió sin completarla. En inglés, fue redescubierta y publicada apenas en el siglo XIX. La trama es una mezcla de motivos artúricos y carolingios, y refiere como Angélica, la hija del rey de Cathay (como suena) llega al palacio de Carlomagno, organizándose un torneo en que sus pretendientes luchan por su mano, incluyendo a Orlando y Rinaldo y una tonelada de otros personajes. Este Orlando es por supuesto el Rolando de la "Chanson de Roland", con su nombre traducido al italiano, aunque por supuesto que el personaje sea el mismo es apenas anecdótico, porque las aventuras de la "Chanson de Roland" y las de "Orlando enamorado" son tan canónicas entre sí como el Drácula de Bram Stoker y el Conde Pátula. Ah, y no nos olvidemos de la subtrama romántica de otra parejita, el moro Rugiero y la cristiana Bradamante, que de manera sorpresiva para lo que solemos considerar el estándar de la época renacentista, es una guerrera de tomo y lomo y no una princesita de estarse y quedarse en la cocina (o pelotilleando en los pasillos de la corte).

Como decíamos, Matteo Maria Boiardo se murió antes del gran final. Una versión final del poema apareció en 1495. En 1516, después de una década de trabajos, otro poeta llamado Ludovico Ariosto publicó su "Orlando furioso" (no fue la versión definitiva, porque Ariosto después la pulió y corrigió). Retomó la historia allí donde la había dejado Boiardo, casi como si de un "continuará" se tratara. La cosa se abre con una masiva invasión sarracena contra el Imperio Carolingio, y a partir de ahí ya no se detiene. Orlando descubre que la tal Angélica se ha enamorado de un moro, y loco de celos... bueno, enloquece y le baja el arranque de furia celópata asesina, que el propio título lo dice, "Orlando furioso". Como es un poema épico, la furia de Orlando se extiende por Europa y Africa, lo que es casi sinónimo del mundo civilizado de la época (América estaba recién siendo explorada, además de que la viruela se estaba comiendo viva a los nativos, por lo que es posible que el autor no encontrara épica suficiente para inspirarse en el Nuevo Mundo). Después de un montón de peripecias, otro caballero llamado Astolfo razona que todas las cosas perdidas están en la Luna, y que como Orlando ha perdido la razón, pues debe estar en la Luna... De manera que Astolfo se monta en el hipogrifo, con un par, viaja a la Luna, con un par también, encuentra la razón perdida de Orlando, y consigue solucionar el asunto.

Parte importante de por qué la secuela resultó más exitosa que el original, estriba en un cambio de espíritu. El "Orlando enamorado" era un poema de corte clásico, correctito en sus aventuras, respetuoso de las formas. En resumen, entretenido para su época, pero nada del otro mundo. En cambio, Ariosto se lo toma todo mucho más en solfa, e incluye una tonelada de tópicos de las novelas de caballerías para burlarse maliciosamente de ellos (casi un siglo antes que el Quijote de Cervantes, aunque lo de Cervantes es desde el realismo, mientras que Ariosto es fantástico a tope). ¿Creían ustedes que mete un hipogrifo porque es cool? Bueno, sí... y también porque un hipogrifo es una criatura imposible (¿cómo se va a reproducir un caballo con un grifo si se supone que los grifos COMEN caballos?), una elegante manera de cachondearse de los imposibles de las novelas caballerescas. Además, aunque al final más o menos triunfa el amor, en la historia es más "el amor te vuelve loco y acabas arrasándolo todo a tu paso" que un "mira que romántico, cómo se aman y no pueden estar juntos". Para una obra tan olvidada hoy en día, el "Orlando furioso" inspiró montones de otros poemas épicos, óperas completas... y también su buena cuota de obras pictóricas con doncellas desnudas, so pretexto de que lo único que estaban haciendo los pobrecillos artistas, con completa inocencia, era ilustrar ciertos pasajes del poema, y si éstos eran picantes, pues culpa del artista no es, ¿no? En definitiva, el "Orlando furioso", uno de los más importantes poemas caballerescos de todos los tiempos, se hizo famoso por burlarse del material de los poemas caballerescos. Mala leche del escritor, y mala clase de los lectores.

domingo, 5 de enero de 2014

La Matanza de los Inocentes.


Todos conocen la historia de la Matanza de los Inocentes, aunque sea por las películas bíblicas que algunos canales televisivos suelen programar para Navidad o Semana Santa. Según el Evangelio de Mateo, los Reyes Magos son recibidos en audiencia por Herodes el Grande, quien los convence de que regresen a él informándole, para así adorar al mesías, aunque con el secreto designio de mandarle matar. Los Reyes Magos, después de adorar a Jesús, reciben una advertencia sobrenatural, y deciden irse haciéndole el quite al mentado Herodes. Este, chasqueado, decide entonces que matará a todos los menores de dos años, sin excepción, para así cortar de raíz la amenaza contra su trono, ignorante por supuesto de que el Dios Que Todo Lo Puede se las arreglará para que todo marche de acuerdo a su Divino Designio amén.

Sin embargo, es poco probable que esta historia del Evangelio haya sido verdadera. En primer lugar, las únicas fuentes que la mencionan son el Evangelio de Mateo y el Protoevangelio de Santiago (este último apócrifo, es decir, que está fuera del canon bíblico). Tampoco la menciona Flavio Josefo, el más importante historiador judío, lo que se hace más sospechoso porque Flavio Josefo no sólo era minucioso y detallista, sino que además detestaba a Herodes, y no perdía ocasión de hacerle quedar malparado en sus escritos (Flavio Josefo era judío orgulloso de su nacionalidad, aunque había tenido que hacerse adoptar como romano después de que éstos destruyeran Jerusalén el año 70, y no podía caerle simpático Herodes, que no era judío sino idumeo, y además había hecho un gobierno agresivamente prorromano).

Además, considerando la animosidad que le tenían los judíos a Herodes, un extranjero que había depuesto al último Sumo Sacerdote de Jerusalén y se había apoderado del poder con el apoyo de las odiadas armas romanas, una matanza de niños como ésa hubiera significado una rebelión general, y tal cosa no ocurrió.

De todos modos, si Mateo inventó la historia, cabe preguntarse por qué. En primer lugar, sonaba creíble por la mala reputación de Herodes, y además porque el propio Herodes no tenía empacho en quitar del camino a cualquiera que alzara cabeza. Cuando capturó Jerusalén, por ejemplo, había legitimado su poder casándose con Mariamne, una princesa de la familia hasmonea (los depuestos sumos sacerdotes de Jerusalén), y al descubrir la popularidad de un hermano de ésta, ordenó simplemente que lo ahogaran en una piscina de su palacio en Jericó. En segundo lugar, Mateo trataba de crear la idea de que Jesús era el mesías, y como señal de que efectivamente era, le creó una situación de peligro de la que pudiera escapar milagrosamente (tal y como las leyendas de otros ilustres salvadores salvados de las fauces de la muerte cuando bebés, como Moisés, Rómulo y Remo, Hércules, etcétera, aunque probablemente sólo tuviera a la vista la historia de Moisés). Volviéndose a Herodes, Mateo encontró un magnífico villano para su historia, aunque en estricto rigor, no hay razón para pensar que Jesús fuera proclamado mesías ya desde la cuna, y por ende, es muy poco probable que Herodes le haya mandado matar, si es que acaso llegó a enterarse de que había nacido el hijo de José y María en un pesebre de Belén...

Seguidores

Busca temas históricos en Siglos Curiosos

Absolutismo (4) Administración Política (14) Africa (14) Alemania (16) Alimentación (13) América Colonial (6) América Independiente (1) América Precolombina (9) Animales (15) Antártica (1) Anticipación del Futuro (15) Argentina (2) Arqueología (11) Arquitectura (13) Arquitectura y Urbanismo (7) Astrología (4) Astronomía (28) Australasia (4) Australia (1) Austria (2) Automóviles (1) Aviación (2) Biblia (27) Bibliotecas (1) Biología (9) Bolivia (1) Botánica (1) Brujería (1) Bulgaria (1) Caballería (2) Calendarios (7) Caricaturas y Cómics (4) Celebraciones (1) Chile (97) China (9) Ciencia Ficción (12) Cine (42) Civilización Andina (5) Civilización Arábiga (1) Colombia (1) Colonizaciones (2) Comunicaciones (3) Construcciones (1) Cosmovisiones (3) Crímenes y Criminales (27) Cristianismo (20) Cristianismo y Cristianos (9) Croacia (1) Década de 1900 (13) Década de 1910 (17) Década de 1920 (8) Década de 1930 (15) Década de 1940 (20) Década de 1950 (12) Década de 1960 (7) Década de 1970 (12) Década de 1980 (18) Década de 1990 (11) Década de 2000 (24) Década de 2010 (13) Delfines y Ballenas (1) Democracia (17) Demografía (2) Deportes (7) Derechos de Autor (4) Diplomacia (3) Discriminación (1) Drogas (1) Economía (19) Edad Media (20) Educación (3) Egipto (2) Egipto Antiguo (12) Electrónica (1) Enfermedades Mentales (6) Eras Geológicas (6) Errores Científicos (5) Erupciones Volcánicas (2) Escandinavia (1) Esclavitud (4) Escultura (10) Esoterismo y Ocultismo (6) España (22) Espionaje (1) Espiritismo (1) Estados Unidos (39) Etimología (55) Europeocentrismo (3) Evolucionismo (8) Existencia de Dios (7) Expresiones (24) Fanatismo Religioso (3) Feminismo (3) Filosofía (23) Física (2) Francia (37) Frases para el Bronce (15) Fraternidad Universal (8) Fútbol (1) Gatos (6) Genética (7) Genocidios (1) Geografía (7) Geología (9) Grecia (1) Grecia Arcaica (8) Grecia Clásica (18) Grecia Helenística (6) Grecia Medieval (1) Guerra (9) Guerra Antigua (6) Guerra Medieval (10) Guerra Moderna (7) Guerra Naval (4) Guerra Reciente (7) Hebreos (3) Heroísmo (2) Historia Alternativa (4) Historiadores (13) Historieta y Cómic (7) Holanda (2) Humanismo (1) Idioma Castellano (2) Idioma Griego (9) Idioma Inglés (2) Idioma Latín (7) Idioma Sánscrito (1) Idiomas Artificiales (1) Iglesia Católica (8) Ilustración (2) Imperio Bizantino (12) Imperio Británico (2) Imperio Español (17) Imperio Inca (1) Imperio Napoleónico (6) Imperio Otomano (4) Imperio Persa (2) Incompetencia Militar (14) India (17) Informática (6) Ingeniería (7) Inglaterra (53) Intrigas (9) Islam (10) Italia (22) Japón (20) Joyas (2) Judaísmo (16) Judaísmo y Judíos (10) Juegos y Pasatiempos (4) Juicios (21) Leyenda Negra (2) Leyendas (7) Leyes (20) Libertad de Expresión (8) Libertad de Religión (4) Lingüística (1) Listas de Gobernantes (2) Literatura (50) Mar Mediterráneo (2) Más Allá (3) Matemáticas (16) Matrimonio (7) Medicina (15) Medio Oriente (6) Mesianismo (6) Mesoamérica (11) Mesopotamia (3) México (2) Minería (4) Mitología Latinoamericana (2) Mitos de la Creación (5) Moda (2) Monarquía (26) Mongoles (4) Monumentos (1) Muertes Remarcables (10) Mujeres (30) Mundo Bíblico (12) Música (10) Música Popular (6) Música Selecta (5) Nacionalismo (4) Navegación (23) Negociados (2) New Age (1) Occidentalización (1) Océano Atlántico (5) Oceanografía (2) Origen de la Humanidad (2) Paleolítico (1) Paleontología (11) Palestina (4) Periodismo (2) Persia (3) Personajes (43) Perú (1) Pintura (9) Polinesia (2) Premio Nobel (4) Primera Guerra Mundial (6) Profetas (5) Propaganda (3) Pueblos del Antiguo Testamento (4) Pueblos y Tribus (9) Química (4) Racismo (7) Radiodifusión (1) Regiones Geográficas (5) Reinos Helenísticos (1) Religión Grecorromana (9) Religiones Antiguas (3) Renacimiento (14) Robótica (2) Roma Antigua (42) Romanticismo (1) Rusia (12) Sacerdotes (1) Sacro Imperio Romano Germánico (2) Satanismo (5) Segunda Guerra Mundial (6) Sexismo (7) Sexualidad (20) Siglo 05 (1) Siglo 11 (1) Siglo 14 (1) Siglo 15 (2) Siglo 16 (6) Siglo 17 (32) Siglo 18 (26) Siglo 19 (56) Siglo 20 (24) Siglo 21 (1) Sincretismo Religioso (2) Sudáfrica (1) Suiza (2) Supersticiones (1) Teatro (5) Tecnología Militar (7) Tecnología Nuclear (3) Televisión (5) Teología Cristiana (5) Terremotos (9) Tíbet (1) Universidades (3) Urbanismo (14) Vampiros (3) Vestimenta (4) Viajes y Viajeros (13) Zoología (9)