
Entre las numerosas raíces griegas que se han abierto paso hasta nuestro idioma castellano, tiene su interés el término "πρώτα" ("prota"), que significa "primero". Como de costumbre, el término se ha dispersado hasta los lugares más inesperados del idioma. A continuación, veamos acá en Siglos Curiosos algunos "primeros" en griego:
PROTACTINIO: El protactinio es un elemento químico radioactivo cuyo número atómico es 91, uno de los más elevados dentro de los elementos naturales. Debido a ser radioactivo, se desintegra en otro elemento distinto más liviano llamado actinio, que ya era conocido desde hacía algunos años antes. Incidentalmente, "actinio" significa "descarga" o "rayo" en griego, de manera que "protactinio" vendría a significar "primer rayo", o para ajustarnos más a la era atómica, "primera radiación".
PROTAGONISTA: Este viene de la tragedia griega. En sus inicios, ésta era una especie de cantata en donde un actor en solitario se enfrentaba al coro. Y como la tragedia griega siempre implica un duelo entre un ser humano y su propio destino, a este personaje solitario se le llamó "πρωταγωνιστής" ("protagonistés"). La palabra "αγωνιστής" ("agonistés") significa "luchador", porque el personaje lucha contra el destino. De ahí que el protagonista sea el "primer luchador", o sea, el luchador principal dentro del conflicto de la trama. (Incidentalmente ya habíamos hablado sobre esto, al referirnos al "antagonista" o luchador oponente al protagonista, en el posteo "El vocabulario del Mal").
PROTEÍNA: Las proteínas fueron reconocidas como un tipo independiente de substancia por primera vez en el siglo XVIII, aunque su rol en la vida no llegó a ser determinado con cierta precisión hasta inicios del XX. En 1838, el químico sueco Jöns Jacob Berzelius propuso que como las proteínas parecían ser la más importante clase de compuestos orgánicos del cuerpo, se las llamara con la palabra griega "πρωτεῖος", que está relacionada con la que nos ocupa, ya que significa más o menos "lo primero", "lo principal", o "lo que encabeza" algo. El nombre quedó, por supuesto.
PROTOCOLO: La relación acá parece un tanto difícil, pero existe, aunque con un eslabón perdido de por medio. La palabra griega original es "πρωτόκολλον", que significa algo así como "primer sello" o "primera pegada". El término alude a la primera hoja pegada a un registro oficial, con las firmas que sirven de autentificación. Por extensión, este libro pasó a llamarse "protocolum" en latín. Y como las normas de ceremonial y cortesía suelen estar contenidos en registros de éstos, de ahí la palabra saltó a nuestro uso habitual. Pero las noticias de perdición del eslabón perdido son un tanto exageradas: en el lenguaje jurídico todavía se usa la palabra "protocolo" para referirse a los registros que mantienen los notarios.
PROTÓN: Ya nos hemos referido a ésta en Siglos Curiosos (ver el posteo "Nombrando los componentes de la materia"), pero recordar no hará mal. El protón no fue la primera partícula subatómica descubierta, pero sí el primer barión (partícula subatómica pesada, en contraste con el electrón, que es un leptón, un tipo más liviano de partícula subatómica). Y como los protones parecían ser el gran componente del átomo, se los llamó con la palabra griega que significa "primero" (después apareció el neutrón, pero eso es otro cuento).
PROTOZOO: Este fue el nombre que se le dio inicialmente a los microorganismos que parecían animalitos microscópicos. Su nombre mismo, como el lector avisado advertirá, significa "primer animal" en griego. Aunque la palabra sigue en uso por aquí y por allá, en realidad pertenece más bien a la época en que se trataba de reproducir la división entre vegetales y animales en el mundo de los microbios. Hoy en día, clasificaciones más precisas han hecho caer el término en desuso, entre la comunidad científica al menos. Aunque todavía en algunos textos antiguos circula la expresión relacionada "protista"...