No jarronearás a la Ministra.

Podría ser una frase escrita por Bart Simpson en la pizarra de su escuela: "No volveré a mojar con un jarro de agua a la señora Ministra". María Música Sepúlveda Cavieres, a sus tiernos catorce añitos, no se hizo famosa por ser una estrella infantil de TV o por haber sido secuestrada en algún crimen, sino por... jarronear a la Ministra de Educación de Chile. Tal cual.

Sucedió el Lunes 14 de Julio de 2008. En una ceremonia en que Mónica Jimenez de la Jara (Ministra de Educación hasta el día de escribir estas líneas, al menos) estaba dando un discurso, en el hotel Crown Plaza, un grupo de profesores hizo uso de la libertad de expresión que la Constitución de la República le reconoce a todos los habitantes de Chile sin excepción, para levantar lienzos y manifestarse contra la entonces álgida Ley General de Educación que estaba tramitándose en el Congreso Nacional. En medio de todo eso, la alumna María Música le dice a la ministra: "¡Ministra, ministra, sabe que me detuvieron, me golpearon, y a mis compañeros también! El problema es que ellos están en la fiscalía militar por montajes, por tonteras, y yo no quiero ver a mis compañeros así, los quiero libres. Una buena instancia de diálogo sería que los dejaran libres". Por toda respuesta, la Ministra se dio vuelta. En su impotencia por hacerse escuchar por parte de la autoridad, María Música tomó un jarrón de agua y se lo vertió a la ministra.

"Mi intención no era ni ser un símbolo, ni hacer justicia. Fue una cosa que me salió de adentro no más, para descargarme", dijo después María Música. Pero a su pesar o no, se transformó en un símbolo. Las fuerzas chilenas que defienden la democracia se alinearon a favor del gesto de María Música Sepúlveda, mientras que quienes prefieren privilegiar el respeto a la autoridad por sobre todas las cosas, condenaron el gesto sin vacilaciones. La propia María Música defendió su posición en su primera rueda de prensa: "No estoy arrepentida. Ella me faltó el respeto primero. ¿Ha pedido disculpas porque se nos ha mojado, se nos ha golpeado, se nos ha tenido más de trece horas en una comisaría?", dijo en TV, aludiendo a la persecusión policial contra las manifestaciones estudiantiles por una mejor educación, declaraciones que por supuesto horrorizaron a muchos. El Gobierno se mantuvo vacilante, obligado a defender a su Ministra, pero sin quemarse en exceso tampoco, considerando la popularidad que alcanzó María Música Sepúlveda en la ciudadanía. En cuanto al liceo de ella, la expulsó con el voto de poco más de la mitad de los profesores, medida que fue criticada porque hubo quienes alegaron que, después de todo, ni estaba dentro del recinto del Liceo ni actuaba en representación del mismo, con lo que malamente podía el Liceo tener autoridad para sancionarla de ese modo.

A finales del 2008, María Música Sepúlveda había sido recibida en el Colegio Antulequén, y había pasado a segundo medio con una nota cercana al 6 (en Chile la escala va de 1 a 7). La Ley General de Educación, por su parte, pasó exitosamente por el Senado. Y el jarrazo quedó como otro episodio folclórico más en la vacilante historia de la democracia chilena.