Quizás no tan célebre como su contemporáneo Paracelso, Cornelio Agripa se ganó de todas maneras una envidiable reputación como alquimista a inicios del siglo XVI. Recordemos que en el tiempo de la vida de Agripa (1486-1535), en parte por la difusión de ideas vía la imprenta, y en parte por el relajamiento del poder católico, la Alquimia y el esoterismo en general vivieron un buen período de resplandor. Pero menos conocido es el hecho de que Agripa escribió un tratado que hoy en día calificaríamos sin ambages como de feminista, porque defiende la superioridad de la mujer frente al varón. Su título lo dice todo: "Sobre la nobleza y la preeminencia del sexo femenino" ("De nobilitate et praecellentia foeminei sexus"). Repasemos acá en Siglos Curiosos a este curioso alquimista adelantado del feminismo moderno.
Aunque publicada en 1529, esta obra (le diré así en el posteo, para no tener que escribir tantas veces el título completo) en realidad es un trabajo de juventud dos décadas anterior. La existencia siempre errabunda de Cornelio Agripa tenía por escenario en ese 1509 la ciudad de Dole, actualmente francesa, pero que en el siglo XVI era la capital del Franco Condado, que a su vez dependía del Sacro Imperio Romano Germánico, y que estaba bajo la regencia de una casi treinteañera Margarita de Austria, hija de Carlos el Temerario y entonces ya tía de un niño que sería el futuro Carlos I de España y V de Alemania. Es a esta Margarita (seis años mayor que el propio Agripa) a quien el autor dedica su obra, probablemente con interés escondido, claro. De manera quizás sorprendente para un ocultista, aunque debemos considerar la época por supuesto, Cornelio Agripa se basa principalmente en la Biblia, y en particular en el personaje de Eva, de quien parte diciendo que su nombre es "Vida", en contraste con Adán cuyo nombre es "Tierra", anotando así un punto para las mujeres, ya que razona Agripa, el hombre fue creado antes del Paraíso y la mujer ya una vez dentro de éste, y por lo tanto, ella es el nexo último entre todas las criaturas vivientes. Además, Eva es inocente del pecado original en concepto de Agripa, porque la prohibición de no atiborrarse a manzanas era para Adán como criatura nacida fuera del Paraíso, no para ella. Y remata atacando la misoginia habitual en los teólogos, señalando que Dios ha dispuesto que la mujer quebrará la cabeza de la Serpiente (en la escena en que los echa a patadas del Paraíso, claro), y como ya sabemos que la Serpiente es el Demonio... (A Lutero le seguirá pareciendo bueno este argumento unos añitos después, pero misógino como era, no lo llevó hasta las últimas consecuencias de Agripa).
Agripa le atribuye a la mujer un papel esencial en la procreación, lo que hoy en día es obvio, pero para la época no, habida cuenta de que en ese tiempo primaba la opinión en contrario de nada menos que Aristóteles. Llega al extremo (erróneo, claro) de considerar la partenogénesis como algo frecuente en los animales. Se refiere a que María es la única que ha procreado siendo virgen, pero refiere leyendas turcas sobre islas en que las mujeres procrean fertilizadas por el viento. ¿Su remedio contra la hidropesía, la epilepsia, y para amainar las tempestades? Las menstruaciones femeninas (y conozco más de algún depravado que se habría hecho feliz cliente de la consulta médica de Agripa). También le confiere superior valor a la relación de apego entre madres e hijos, por encima del simple deber de respeto que existe respecto de los padres.
Pasando a la sección "mujeres en la Historia", Agripa no pierde el tiempo en loar a grandes mujeres como Lucrecia, la Samaritana del Evangelio, María Magdalena, santas como Clotilde, Hildebranda y Brígida, las amazonas y Juana de Arco. María, por su parte, es alabada como superior incluso al más superior de los hombres, mientras que Judas es peor que la peor de las mujeres. Claro, hubiera sido interesante conocer la opinión de Margarita de Austria respecto del libro y sus alabanzas hacia lo femenino, pero digamos en su beneficio que ella contó con el apoyo pertinaz de los optimates de sus dominios, los que gobernó sin el recurso habitual de las gobernantas en la época de anteponer un esposo o hijo títere para mandar a su través. Apenas llegó al trono español, su sobrino Carlos I se peleó con ella, pero pronto debió admitirla como un apoyo necesario, y de hecho Margarita de Austria fue uno de los grandes bastiones en que se apoyó la política continental de Carlos hasta la muerte de ella en 1530. Todo lo contrario a lo que sucedió con su contemporáneo Lorenzo el Joven, a quien Nicolás Maquiavelo dedicó "El príncipe", y que lo mejor que hizo en vida fue morirse para que su tumba fuera adornada por las estatuas de Miguel Angel...
2 comentarios:
Lo de la mayor responsabilidad de Adán en comparación con Eva en el asunto del fruto prohibido -que sólo es eso y no una manzana, ni otro fruto en específico- podría tener cierto asidero. Pues, cuando Dios se da cuenta de la desobediencia y procede a enunciar los castigos -que si nos fijamos bien, es una subversión de las bendiciones entregadas versículos antes, por lo que más que castigos vendrían siendo consecuencias lógicas-, es sólo al hombre a quien le advierte que "polvo eres y polvo serás". Aunque bueno: también podría estar oculta esa idea del AT que consideraba a la mujer como mera posesión.
Es en el apocalipsis donde se aclara definitivamente que la Serpiente Antigua es Satanás. Ahí se dice que la mujer, en cuanto madre del hijo de Dios, que con su resurrección venció a la muerte y los demonios, ya no le tendrá miedo a estos reptiles que según el Génesis, "le morderán el calcañar", haciendo alusión a la histeria femenina ante la presencia de bichos repugnantes y asquerosos.
Una consulta: ¿esta Margarita fue la que se encargó de la educación de Carlos? Lo digo porque su madre fue la inefable Juana La Loca, que pasó buena parte de su vida recluida en un monasterio (curas y sicólogos, vaya mezcla).
Por último, un comentario trivial: mientras escribía estos párrafos estaba escuchando "Corazones Rojos" de Los Prisioneros. Gran inspiración...
O eso, o bien el escritor del Génesis, sea quien haya sido, separó el discurso en "uno para el hombre, otro para la mujer" por motivos poéticos, lo que también podría ser. Sobre si la Serpiente es Satán o no, ya dejé un enlace a otro posteo anterior en este blog al respecto.
En efecto, esta Margarita es la tía que educó a Carlos V. Hasta donde tengo entendido, Juana la Loca jamás tuvo mayor conexión con Carlos. De hecho, hasta donde tengo entendido, Carlos se crió en Borgoña o Flandes, mientras que Juana la Loca permaneció en España.
Y "Corazones rojos" es un temazo del tamaño de un portaaviones.
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