El caso es que Knox no se anda con chicas en su misoginia: "Promover a una mujer al mando, superioridad, dominio o imperio sobre cualquier reino, nación o ciudad, es repugnante por naturaleza; injurioso para Dios, la cosa más contraria a su verdad revelada y ordenanza aprobada; y finalmente, es la subversión del buen orden, de toda equidad y justicia" (traducción de vuestro seguro servidor el General Gato). Una mujer que llega al poder, sentándose por ejemplo en el Parlamento, se vería pronto sacada de su condición natural (argumenta Knox) y pronto habría un baño de sangre en que los hombres serían arrasados y exterminados, como sucedió con las amazonas (nótese como la Mitología Griega era parte de la Historia Universal en la época). Pero más allá de citar a Aristóteles o al Digesto, John Knox no le da demasiadas vueltas al asunto, y recurre al viejo comodín ése del es-tan-obvio-que-no-voy-a-discutirlo-aquí, para dar por explicado aquello para que no encuentra explicación.
Más interés tiene cuando se adentra en su campo particular, la Teología. Sostiene que el imperio de la mujer es contrario a la Voluntad Revelada de Dios. Cita la Biblia por supuesto (Primera a los Corintios 11:8-10, Génesis 3:16, Primera a Timoteo 2:12). No falta tampoco la cita al teólogo romano Tertuliano (quien trata a las mujeres de "puerta al infierno" y de "primera transgresora de la Ley de Dios"). ¿Por qué? Porque la mujer (dice Knox y los venerables Padres a quienes cita) es más débil, imprudente, voluble y fácil de engañar: incluso se menciona que los falsos profetas la tienen más fácil engañándolas a ellas que a ellos para descarriarlos. También son más codiciosas, y en su ansia de poder son por tanto insaciables.
Además, el imperio de la mujer es subversivo contra el buen orden, la equidad y la justicia. Esto se debe (Knox sigue en esto a otro misógino ilustre que es San Agustín) a que cada cosa tiene su lugar, y si la mujer por todos los defectos antedichos es inferior al hombre, entonces su lugar debe también ser inferior. Por tanto, no es de buen orden dejar mandar a la que es inferior. Por lo mismo, tampoco es justo dejarlas gobernar porque gobierno implica hacer justicia, o sea dar a cada uno lo suyo, y "lo suyo" para una mujer es la sujección y la obediencia, como la criatura inferior que es, y no el gobierno. Knox cita ejemplos de gobiernos inicuos de mujeres sacados de la Biblia misma, concretamente los de Jezabel y Atalía. La que pone en aprietos a Knox es Débora, la jueza de Israel que parece haberlo hecho tan bien que ganó campañas militares para los hebreos: Knox lo explica con varios circunloquios que, reducidos a su mínima expresión, vienen a significar que Dios obró en Débora un milagro porque no había hombres tan machos que pudieran servir para la tarea (con más palabras y vueltas, pero en esencia es eso).
Se suponía que el Primer Trompetazo iba a venir seguido por un Segundo y un Tercero que completaran esta mayestática trilogía. Por alguna razón que se me escapa, no se dio el tiempo para ello. En cualquier caso, como trivia final, digamos que John Knox se casó en sus treintas, enviudó un par de décadas después, y después ya en sus cincuentas (más o menos la edad a la que escribió el panfleto éste) contrajo matrimonio... con una jovencita de diecisiete. Que cada uno saque con calma sus propias conclusiones al respecto.
3 comentarios:
En todo caso, John Knox tenía sus motivaciones para pedirle cuentas a las mujeres. Pues no sólo Mary Bloody dirigió un genocidio contra los cristianos reformados, sino que a ello hay que agregar la masacre de los hugonotes planificada por Catalina de Médicis, o las persecuciones alentadas por Isabel en España. Al final se confirma aquello de que las mujeres prefieren la seguridad fácil a pesar de que se ésta se encuentre en un movimiento reaccionario que no les da oportunidades precisamente, como ocurría con el catolicismo (o como acaeció en la propia Inglaterra contemporánea con Margareth Thatcher).
Lo que sí me parece cuestionable es que Knox cite a Tertuliano, quien abandonó la iglesia cristiana primitiva en favor del montanismo, grupo considerado como falsa doctrina, a su vez escindido del gnosticismo, que le daba excesiva importancia al profetismo y a curiosas experiencias de éxtasis.
Por último, un caso que reivindica a los gobiernos femeninos en el antiguo Israel frente a los crímenes de Atalía, es de Salomé Alejandra, considerada la mejor reina de la dinastía de los asmoneos. El problema es que este periodo histórico no se encuentra tratado en la Biblia. Bueno: sí lo está en los libros de I y II de Macabeos, dos apócrifos que la iglesia católica acepta bajo la denominación de "deuterocanónicos". Que Knox tal vez pudo haber conocido, porque había ediciones de la evangélicas de la Biblia que en esos años aún los incluían.
Creo que las guerras de religión tienen un trasfondo más complejo, que responde a los ajustes sociales del siglo XVI. Es de recordar que la Iglesia Católica renacentista iba a los tumbos respecto de la época, y no había conseguido actualizarse a las presiones sociales de la burguesía siempre creciente, la que cuando salió la Reforma, se inclinó en masa hacia el bando sesecionista. No en balde, las naciones protestantes se fueron por un tubo en lo que a desarrollo económico se refiere, y las naciones católicas empezaron a hundirse en el pozo económico que ahora las tiene entre las naciones a ser rescatadas de Europa (perdón, en España según Rajoy es "préstamo", no "rescate"). Contrarreforma tridentina mediante.
Muchos teólogos, e incluso el Catecismo de la Iglesia Católica, citan con bastante frecuencia a Tertuliano como uno de los grandes Padres de la Iglesia. Aunque lo hacen en su fase pre-montanista, claro.
Lo de Salomé Alejandra, vaya uno a saber qué habría dicho Knox al respecto (claro, en un deuterocanónico...).
primero que nada para poder comentar sobre este escrito de john knox, habria que haberlo hecho desde una perspectiva mas biblica y no mas personal y contemporanea como lo hacen aqui, es obvio que existe mucha predisposicion hacia los grandes derechos que reclama el feminismo de este tiempo, y que ha trascendido a las culturas mas misoginas y machistas, al darle a la mujer derechos y posiciones como compensacion por los danos que ha recibido la mujer en epocas pasadas por gobiernos y sociedades que no comprendian lo que la biblia dice acerca de la sujecion de la mujer, de sus roles y su capacidad intelectual como ayuda idonea del hombre, lo que Dios implemento en la biblia como un matrimonio hombre y mujer complementandose siendo uno aunque diferentes en muchas formas, el gobierno, la cultura, la sociedad y aun la misma religion lo han interpretado de forma incorrecta, haciendo de esto una guerra de sexos, pervirtiendo el diseno original de Dios. si leen la biblia se daran cuenta que generalmente Dios escogio hombres para el liderazgo tanto de las naciones como de la iglesia, y aunque hubo remotas escepciones en la biblia como la de Debora en el antiguo testamento y se mencionan diaconizas en el nuevo testamento, el plan original de Dios para gobernar sobre toda su creacion era de que el primer hombre creado que fue adan, fuera quien gobernara, por eso pablo en 1 timoteo 2:13 dice: Porque Adan fue formado primero despues Eva.
Publicar un comentario