Se considera que la obra maestra del almirante inglés Horatio Nelson, uno de los más importantes estrategas navales de todos los tiempos, fue su impecable victoria en el Combate Naval de Trafalgar, en la que de paso perdería la vida, víctima de una bala perdida enemiga (1805). Menos conocido es el hecho de que Nelson obtuvo su victoria básicamente por quebrar todas las reglas establecidas para lo que en esa época era un combate naval.
Las fragatas en aquel tiempo tenían sus cañones ubicados a los costados, por lo que maniobrar con ellas era altamente incómodo. Un barco debía primero acercarse a otro, luego virar en 90º para exponer el flanco, y cañonear. A todo esto, el otro barco seguramente viraría antes en 90º y cañonearía el primero, por lo que estas operaciones debían hacerse con sumo cuidado. La gran maniobra era la "barrida": acercarse a un barco por sus "puntos ciegos" (es decir, por proa o popa, jamás por los costados) y barrer su cubierta de punta a cabo con los cañones propios.
En consecuencia, la estrategia mandaba viajar en larguísimos convoyes, de modo que casi ningún barco expusiera su proa o popa (salvo el primero y el último), y cualquier atacante pudiera ser cómodamente barrido antes de hacer a su vez su propia barrida.
Lo que hizo Nelson fue justamente eso: acercarse y exponerse a ser barrido. Los franceses no esperaban que los británicos hicieran algo tan loco como lanzar todos los barcos literalmente a ser barridos. Pero Nelson partió su flota en tres columnas, y las hizo interceptar la columna francesa. El convoy francés se desintegró, como una serpiente partida a machetazos en varios segmentos, al tiempo que los propios barcos británicos de Nelson entraron y barrieron a placer con los navíos franceses, sembrando el caos entre ellos. Con lo que los ingleses obtuvieron una brillante victoria, que hasta el día de hoy es estudiada como modélica en la estrategia naval, y todo ello por no hacer las cosas "según el manual"...
En consecuencia, la estrategia mandaba viajar en larguísimos convoyes, de modo que casi ningún barco expusiera su proa o popa (salvo el primero y el último), y cualquier atacante pudiera ser cómodamente barrido antes de hacer a su vez su propia barrida.
Lo que hizo Nelson fue justamente eso: acercarse y exponerse a ser barrido. Los franceses no esperaban que los británicos hicieran algo tan loco como lanzar todos los barcos literalmente a ser barridos. Pero Nelson partió su flota en tres columnas, y las hizo interceptar la columna francesa. El convoy francés se desintegró, como una serpiente partida a machetazos en varios segmentos, al tiempo que los propios barcos británicos de Nelson entraron y barrieron a placer con los navíos franceses, sembrando el caos entre ellos. Con lo que los ingleses obtuvieron una brillante victoria, que hasta el día de hoy es estudiada como modélica en la estrategia naval, y todo ello por no hacer las cosas "según el manual"...
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