Uno de los pueblos más famosos de América son los jíbaros. A pesar de esta circunstancia, son bastante poco conocidos, en términos de que la mitología sobre ellos ha terminado por comerse a la realidad. Para empezar, debido a residir en la Amazonia, son considerados vulgarmente como brasileños, pero en realidad viven en el curso superior del Río Marañón, lo que los hace no brasileños sino peruanos o ecuatorianos.
Los jíbaros pasaron a la historia por su famosísimo método de reducción de cabezas. Se han hecho múltiples chistes (incluyendo la película "Beetlejuice", de Tim Burton) sobre exploradores o misioneros que sufren el proceso y deben vivir en lo sucesivo con cabezas más chicas. Se hacen también cábalas sobre el proceso de reducción, incluyendo polvos mágicos o caldos misteriosos.
La realidad es que no se puede reducir la cabeza de un ser humano vivo. Para conseguir esas cabezas reducidas, los jíbaros las cortan (matando de paso a su propietario, o al menos, decapitando su cadáver), y luego las ahuecan, sacando toda la materia interna (léase cerebro y el resto del encéfalo). A continuación, para secarlas, las rellenan de arena sumamente caliente, y las dejan al sol. De este modo, al perder agua, van disminuyendo de tamaño. Por supuesto que, como la arena es mucha y además se enfría, en este proceso los jíbaros recambian continuamente la arena.
Aparte de esto, el pueblo de los jíbaros no presenta ninguna otra peculiaridad relevante, por lo que bien puede decirse que, de no ser por el asuntillo de las cabezas, no tendrían lugar alguno en la Historia Universal.
La realidad es que no se puede reducir la cabeza de un ser humano vivo. Para conseguir esas cabezas reducidas, los jíbaros las cortan (matando de paso a su propietario, o al menos, decapitando su cadáver), y luego las ahuecan, sacando toda la materia interna (léase cerebro y el resto del encéfalo). A continuación, para secarlas, las rellenan de arena sumamente caliente, y las dejan al sol. De este modo, al perder agua, van disminuyendo de tamaño. Por supuesto que, como la arena es mucha y además se enfría, en este proceso los jíbaros recambian continuamente la arena.
Aparte de esto, el pueblo de los jíbaros no presenta ninguna otra peculiaridad relevante, por lo que bien puede decirse que, de no ser por el asuntillo de las cabezas, no tendrían lugar alguno en la Historia Universal.
1 comentario:
toda tribu tiene algo importante no la puedes desacreditar asi ,y si tiene lugar en la historia
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