Una de las peculiaridades, quizás no más espectaculares, pero sí más raras de la geografía terrestre, la representan los cenotes, gigantescos pozos que horadan la Península del Yucatán, en México, como si ésta fuera un enorme trozo de queso suizo. Y merecen una mención en Siglos Curiosos, debido al papel que desempeñaron en el desarrollo de la fase final de la civilización de los mayas.
La civilización maya floreció a comienzos de la Era Cristiana, en la jungla de lo que actualmente es Guatemala. Por razones más o menos desconocidas, pero que quizás estén asociados con una catástrofe ecológica, emigraron al norte, a la Península del Yucatán, entre los siglos IX y X, aproximadamente. Allí el ambiente es muy distinto: el Yucatán es una planicie semiárida en donde casi es imposible la agricultura. Pero en ella existen los pozos cenotes, y éstos pasaron a ser tan importantes para la agricultura y la economía yucateca, que pasaron a ser sagrados: el mismo nombre "cenote" deriva de la palabra maya "ts'onot", que significa precisamente "sagrado".
La península del Yucatán es un gigantesco macizo de piedra caliza. Con el paso de los milenios, las escasas lluvias han ido horadando la roca. Andando el tiempo se produjeron derrumbes, creciendo así el pozo. El agua de mar se filtra por el interior de los pozos, y la diferencia de densidad entre el agua de mar y el agua dulce hace que esta última se instale como una capa sobre la otra, sin mezclarse; en algunos cenotes, los buzos incluso pueden agitar la mezcla con el brazo, como si de agua y aceite se tratara.
La economía yucateca llegó a depender tanto de estos cenotes, que no hubo ciudad yucateca que no floreciera alrededor de uno: la más importante fue Chichén Itzá, alrededor justamente de dos cenotes. Uno de ellos lo usaban para abastecerse de agua. Otro lo usaban con el propósito más siniestro de realizar sacrificios humanos, arrojando a las víctimas al interior de los mismos. En todas las ciudades yucatecas, habían estrictas medidas para impedir que el cenote se contaminara con basura procedente de arriba, y sus alrededores se mantenían despejados para evitar derrumbes.
En la actualidad, desaparecido el antiguo mundo maya, los cenotes, esta configuración geológica única en toda la Tierra, es utilizada para fines tan pedestres como el turismo de los ricos y ociosos. A eso han ido a parar los lugares que antaño los yucatecas consideraban sagrados...
La civilización maya floreció a comienzos de la Era Cristiana, en la jungla de lo que actualmente es Guatemala. Por razones más o menos desconocidas, pero que quizás estén asociados con una catástrofe ecológica, emigraron al norte, a la Península del Yucatán, entre los siglos IX y X, aproximadamente. Allí el ambiente es muy distinto: el Yucatán es una planicie semiárida en donde casi es imposible la agricultura. Pero en ella existen los pozos cenotes, y éstos pasaron a ser tan importantes para la agricultura y la economía yucateca, que pasaron a ser sagrados: el mismo nombre "cenote" deriva de la palabra maya "ts'onot", que significa precisamente "sagrado".
La península del Yucatán es un gigantesco macizo de piedra caliza. Con el paso de los milenios, las escasas lluvias han ido horadando la roca. Andando el tiempo se produjeron derrumbes, creciendo así el pozo. El agua de mar se filtra por el interior de los pozos, y la diferencia de densidad entre el agua de mar y el agua dulce hace que esta última se instale como una capa sobre la otra, sin mezclarse; en algunos cenotes, los buzos incluso pueden agitar la mezcla con el brazo, como si de agua y aceite se tratara.
La economía yucateca llegó a depender tanto de estos cenotes, que no hubo ciudad yucateca que no floreciera alrededor de uno: la más importante fue Chichén Itzá, alrededor justamente de dos cenotes. Uno de ellos lo usaban para abastecerse de agua. Otro lo usaban con el propósito más siniestro de realizar sacrificios humanos, arrojando a las víctimas al interior de los mismos. En todas las ciudades yucatecas, habían estrictas medidas para impedir que el cenote se contaminara con basura procedente de arriba, y sus alrededores se mantenían despejados para evitar derrumbes.
En la actualidad, desaparecido el antiguo mundo maya, los cenotes, esta configuración geológica única en toda la Tierra, es utilizada para fines tan pedestres como el turismo de los ricos y ociosos. A eso han ido a parar los lugares que antaño los yucatecas consideraban sagrados...
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