
Jonathan Swift, autor de lengua inglesa nacido en Irlanda, es bien conocido por sus brillantes y durísimas sátiras, sobresaliendo en particular sus "Viajes de Gulliver". Esto no debería ser tan sorpresivo, si se considera que tenía un temperamento explosivo y amargo. De él se ha dicho, entre otras cosas, que falleció loco. Siendo esto cierto o no, lo cierto es que en vida tuvo más de algún desequilibrio mental, sobre cuya fuente u orígenes no hay completa certeza. Todo esto se proyectó, por supuesto, en sus relaciones sentimentales. Las dos grandes mujeres de su vida son Stella, sobrenombre que le puso a Esther Johnson, y Vanessa, el sobrenombre que le puso a Esther Vanhomrigh.
Conoció a Stella en 1689. Había sido contratado como secretario de su padre, el señor William Temple. Swift se transformó en tutor de la chica (él tenía 22 años, y ella apenas ocho), y a través de esa relación, que prosiguió después de muerto el señor Temple en 1699, Stella se transformó en adicta incondicional de Swift. Por su parte, la actitud de Swift hacia ella resultó contradictoria. Por una parte le escribía muchas cartas, y Stella se transformó en una verdadera confidente; por la otra, no hubo relación sentimental alguna. Se discute incluso si se casaron en secreto o no, aunque sí vivieron juntos; Hipólito Taine, el destacado historiador francés, que tiene un grueso libraco sobre la Literatura Británica, opina que sí, pero a la vez añade que fue un matrimonio desgraciado. La convivencia duró doce años, hasta que Stella, consumida, falleció en 1728, a los 47 años.
La otra chica, Vanessa, era una pretendiente adinerada. Siete años más joven que Stella y 21 más que Swift, se supone que ella y éste se transformaron en amantes. Sin embargo, por los textos de ambos (Vanessa también era escritora), parece ser que sólo ella estaba enamorada, y que Swift no correspondía a sus sentimientos. Y falleció joven, a la edad de 35 años, en 1723.
Después de la muerte de Stella en 1728, no hubo más romances en la vida de Swift, si es que en verdad su carácter violento, egocéntrico y patológico le llegó a proporcionar alguno. Falleció con sus facultades mentales bastante perturbadas, en 1745, faltándole un mes para cumplir los 78 años.