Un error común entre quienes no saben mucho de Historia, es pensar que Galileo Galilei fue torturado y ejecutado por la Inquisición, por sostener que el Sol es el centro del universo. En realidad esto es falso, por lo menos la primera parte del postulado.
Galileo Galilei había hecho una serie de descubrimientos con su telescopio (entre ellos los satélites de Júpiter), que le convencieron de que era cierto que la Tierra giraba alrededor del Sol, y no al revés, como la Iglesia Católica ordenaba creer. Por tanto, recibió prohibición eclesiástica de publicar algo sobre la Teoría Heliocéntrica, pero mañosamente se las arregló para burlar esta prohibición. A la Inquisición, esto no le hizo nada de gracia, de modo tal que mandó a llamarle. Galileo estuvo encarcelado, por decirlo así, "preventivamente", pero hasta donde se sabe, no se le sometió a tortura. Llamado a comparecer, Galileo Galilei se retractó, por lo que se le castigó no con ejecución, sino con arresto domiciliario de por vida. Esto sucedió en 1634, y el arresto duró hasta su muerte en 1642.
Se dice que al salir del tribunal, después de afirmar que la Tierra estaba quieta en el centro del universo, Galileo murmuró entre dientes: "E par si muove" ("y sin embargo se mueve"). Pero esta leyenda, aunque no es derechamente falsa, tampoco ha sido comprobada como cierta.
Parece ser, eso sí, que en la decisión de Galileo influyó el ejemplo de Giordano Bruno. Este filósofo fue quemado por orden de la Inquisición en 1600, por afirmar que el universo es infinito en el tiempo y en el espacio (lo que niega implícitamente el dogma cristiano de la creación "ex nihilo", de la nada). Galileo habría abjurado para evitar la triste suerte de su predecesor.
Galileo Galilei había hecho una serie de descubrimientos con su telescopio (entre ellos los satélites de Júpiter), que le convencieron de que era cierto que la Tierra giraba alrededor del Sol, y no al revés, como la Iglesia Católica ordenaba creer. Por tanto, recibió prohibición eclesiástica de publicar algo sobre la Teoría Heliocéntrica, pero mañosamente se las arregló para burlar esta prohibición. A la Inquisición, esto no le hizo nada de gracia, de modo tal que mandó a llamarle. Galileo estuvo encarcelado, por decirlo así, "preventivamente", pero hasta donde se sabe, no se le sometió a tortura. Llamado a comparecer, Galileo Galilei se retractó, por lo que se le castigó no con ejecución, sino con arresto domiciliario de por vida. Esto sucedió en 1634, y el arresto duró hasta su muerte en 1642.
Se dice que al salir del tribunal, después de afirmar que la Tierra estaba quieta en el centro del universo, Galileo murmuró entre dientes: "E par si muove" ("y sin embargo se mueve"). Pero esta leyenda, aunque no es derechamente falsa, tampoco ha sido comprobada como cierta.
Parece ser, eso sí, que en la decisión de Galileo influyó el ejemplo de Giordano Bruno. Este filósofo fue quemado por orden de la Inquisición en 1600, por afirmar que el universo es infinito en el tiempo y en el espacio (lo que niega implícitamente el dogma cristiano de la creación "ex nihilo", de la nada). Galileo habría abjurado para evitar la triste suerte de su predecesor.
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