Páginas

domingo, 30 de diciembre de 2012

La aspirina y la evolución de los gatos.


Ustedes los humanos se tragan una píldora de aspirina cuando les duele la cabeza, y voilà, asunto arreglado. A nosotros los gatos nos meten una aspirina, y nos matan. Sí, hay humanos tontos que piensan que un resfrío gatuno se nos cura con esas cosas, pero no. Va en serio: métannos una aspirina, y adios tierno gatito. Claro, este hecho médico es de relevancia suprema para todos los que tenemos conciencia de quién es la especie suprema sobre la Tierra (los gatos, claro, y si no, pregunten quién trabaja fabricando los Whiskas para quién), pero no sería en principio material para Siglos Curiosos... de no ser porque investigaciones recientes han vinculado el tema de la alergia a la aspirina con la evolución biológica de los felinos en nuestra imparable carrera para hacernos dueños del mundo y de la blogósfera y sus anexos. He aquí la historia (o mejor dicho, la prehistoria).

Hace tiempo se sabe que las aspirinas son tóxicas cuando se le administran a un gato, pero la causa se descubrió recién en 1997, cuando la investigación de un prominente prócer de la gatología llamado Michael Court, comprobó que el asunto se relaciona con una proteína y un gen llamados ambos UGT1A6. Ustedes los humanitos, así como buena parte de los mamíferos, tienen ese gen para que sus respectivos hígados secreten la proteína de marras. La función de la misma es romper ciertas moléculas del alimento en el tracto digestivo en componentes más simples. Si se piensa que muchas de esas moléculas son tóxicas (fabricada por las plantas para matar a sus devoradores, las muy desgraciadas), incluyendo la aspirina en el lote, se comprende lo importante que es disponer de esa proteína. Que ustedes los humanitos tienen y nosotros los gatos no. Lo interesante es que una investigación subsiguiente a cargo del equipo de Binu Shreshta encontró evidencias de que prácticamente todos los felinos desde nosotros los simpáticos gatos caseros detrás de un teclado hasta los grandes leones de las sabanas africanas, todos tienen copias defectuosas del gen UGT1A6, y por lo tanto, no son capaces de fabricar dicha proteína, o la fabrican a una tasa tan desesperantemente lenta, que las toxinas han tenido tiempo de acumularse o actuar envenenando a su sufrido portador antes de que la enzima llegue a tener efecto. Teoría evolutiva indica: un ancestro común a todos los felinos debía venir con ese defecto, y lo transmitió a la descendencia. Problema: las copias defectuosas del UGT1A6 fueron detectadas no sólo en estos felinos, sino también en ciertas especies de hienas, y en ciertas especies de focas marinas. Con los cuales los gatos no compartimos ancestros comunes cercanos, faltaba más. Incluso, mayor misterio aún, algunas hienas presentaban el gen en su versión correcta, y otras no. Pareciera que el gen venía presente en el metabolismo de los mamíferos primitivos, y luego degeneró de manera selectiva en ciertos troncos evolutivos. Tan selectiva, que nuestros detestados primos los perros poseen la copia del UGT1A6 y nosotros no. ¿Qué pasó aquí, en qué punto la evolución se burló de nuestro manifiesto camino a la grandeza biológica...?

Las investigaciones subsiguientes han conectado la función de la proteína con la dieta de nuestros ancestros. Los tres grupos mencionados (nosotros los felinos, las focas en cuestión y las hienas en comento), los tres tenemos en común el ser hipercarnívoros, o sea, que nuestra dieta se compone en un más de 70% de carne. Los perros o los osos, en cambio, son mesocarnívoros, o sea, les gusta la carnita, pero pueden alternar con una dieta hervíbora sin problemas (sin pasarse, claro). Los hipercarnívoros no estamos tan expuestos por lo tanto a las toxinas de las plantas como los mesocarnívoros, y por lo tanto, no necesitamos en principio del UGT1A6 con tanta urgencia. Porque como decía, las plantas son unas infelices que para librarse de sus depredadores, los envenenan. Tal cual. Fabrican químicos en sus tallos, raíces y hojas, y cuando se las comen, con sus últimas fuerzas gritan: "¡¡¡NOS LOS LLEVAREMOS CON NOSOTRAS!!!". ¿Y la aspirina, qué monos pinta en esto? Sabes que la aspirina es principalmente ácido acetilsalicílico, ¿verdad? ¿Y no adivinas de dónde se sintetiza el ácido acetilsalicílico? Exactamente, de una planta. En concreto, de la corteza del sauce. No en balde, el griego Hipócrates recomendaba polvo hecho a partir de corteza de sauce como medio para reducir los dolores o la fiebre. Es fácil entonces adivinar qué pasó: para los mesocarnívoros como los perros o ustedes los humanitos, cualquiera de ustedes que naciera con un gen UGT1A6 mutante terminaría envenenado porque sus hígados no secretarían las enzimas necesarias para digerir un montón de plantas. Por lo tanto, todos ustedes tienen versiones completas del gen porque, bueno, todos ustedes vienen de madres y padres con versiones completas del gen porque, bueno, nadie con versiones dañadas del mismo sobrevive para procrear descendencia. En cambio con los hipercarnívoros como nuestros ancestros gatunos, un felino que hubiera nacido con una versión defectuosa del UGT1A6 tendría posibilidades de sobrevivir a través de una dieta carnívora, y propagar sus gentes defectuosos en la descendencia. Sería el final de la investigación, salvo por un detalle adicional... ¿cómo es que hay especies de hipercarnívoros como OTRAS FOCAS u OTRAS HIENAS que SÍ presentan versiones completas del UGT1A6, pero casi no hay especies de felinos con la misma ventaja...?

Bueno, qué quieren, así de misteriosos somos. Verán. Busquen en Google Image acerca de la genealogía del elefante o del caballo, y se van a encontrar con unos enormes árboles evolutivos, porque han aparecido fósiles de los mismos a porfía. Inténtenlo ahora con los felinos. Poco o nada, ¿verdad? En realidad, como criaturas misteriosas que somos los felinos, los misterios de nuestra evolución están por ser investigados simplemente porque no hay un registro fósil tan abundante que valga la pena de reseñar. ¿Qué sucedió para que hubiera tan pocos fósiles? ¿Por qué, desde hace 13 millones de años en dirección hacia el pasado, no aparece casi ningún gato pequeño o grande en el registro geológico? Una posibilidad que confirma este hallazgo del gen UGT1A6 defectuoso, es que hay pocos fósiles porque efectivamente hubo pocos ejemplares de felinos en ese tiempo. Es decir, se habría formado lo que los biólogos evolucionistas llaman un "cuello de botella evolutivo", una situación en que por un motivo u otro, la población de una especie disminuye en grado sumo durante mucho tiempo, quizás millones de años. Si hay pocos ejemplares de una especie, entonces cualquier defecto genético como la mutación del UGT1A6 por ejemplo se puede propagar con facilidad a toda la población, y todos los descendientes los heredarán. Esos cuellos evolutivos no parecen presentes en las focas o hienas, y por eso existirían especies de focas o hienas con el gen defectuoso y otras sin el mismo: siguen siendo hipercarnívoros, pero el gen defectuoso no ha tenido una buena velocidad de propagación entre una población amplia. (El caso de las focas es debatible, en todo caso, ya que en la actualidad sí atraviesan un cuello de botella evolutivo, gracias a que algunos desalmados entre ustedes los humanitos han apaleado poblaciones enteras para desollarlas y vender la piel). Tenemos aquí entonces la primera prueba tangible de que efectivamente hace 13 millones de años o más hubo un cuello de botella evolutivo en la población felina, y cuando este cuello se abrió, se generaron entre una quincena y una veintena de especies felinas, incluyendo a los gatos y a prácticamente todos los grandes felinos que compartimos ese UGT1A6 defectuoso. Asombroso, ¿no? Bueno, espero que haya valido la pena, porque tuve que escribir DOCE VECES la sigla UGT1A6 a lo largo de posteo, y ya tengo las uñas mochas. Todo sea por los lectores...

jueves, 27 de diciembre de 2012

El dientes de sable vegetariano.


¿Un dientes de sable vegetariano? ¿Y para qué quiere dientes de sable, entonces? El más famoso de los "dientes de sable" es el tigre dientes de sable, por supuesto, pero aparte de él, hubo otras especies acreedoras al título. Una de dichas especies es la que aquí nos ocupa. Su nombre científico es Tiarajudens eccentricus, y es... un reptil.

En realidad, el Tiarajudens eccentricus era una especie englobada dentro de los llamados "reptiles con caracteres de mamífero", criaturas relacionadas con los mamíferos (con todo no son antepasados directos, ya que su linaje se extinguió: en realidad son más bien tíos de los actuales mamíferos, que antepasados directos). El reporte del fósil es bastante reciente: fue presentado en sociedad el año 2011.

El caso es que esta criatura era aparentemente inofensiva. Sus incisivos recuerdan a los de un caballo, y los molares a los de una vaca, por lo que es de presumir que era una criatura hervíbora. Los enormes colmillos que se gastaba tenían entonces una función de defensa, contra los depredadores o contra la competencia. Y por cierto, es más de doscientos millones de años anterior al tigre dientes de sable, ya que vivió hace unos 265 millones de años, siendo por tanto incluso anterior a los dinosaurios.

El nombre del Tiarajudens eccentricus deriva de Sepé Tiaraju, un caudillo guaraní de mediados del siglo XVIII. El fósil fue descubierto en Rio Grande Do Sul, en el sur de Brasil.

domingo, 23 de diciembre de 2012

El iniciador de franquicias.


El director Paul Verhoeven tiene un curioso récord. Todos conocemos casos de franquicias en donde la primera entrega no sólo es exitosa, sino que incluso hasta es... buena. Que vale la pena verla. Y luego llegan los productores y sacan secuelas a veces direct-to-DVD para capitalizar el éxito, que con la mitad del presupuesto, con otros actores la mitad de buenos, y con guiones de mierda, se las arreglan para sepultar la franquicia de marras. Lo que hace especial a Verhoeven es que inició cuatro de éstas, CUATRO. En los cuatro casos dirigió la primera entrega. En los cuatro tuvo la clarividencia para quitarse de rodar la segunda por un motivo u otro. Y en los cuatro, las franquicias se hundieron en el légamo. Bueno, en un caso aguantó la segunda entrega, aunque después llegó la tercera y... en fin, vamos con la historia.

La primera de las pelis de esta racha es "Robocop". Paul Verhoeven era un director holandés que se estaba haciendo de un nombre por rodar pelis ultraviolentas y sin concesiones. La clase de cine que en los '80s tenía su nicho y hasta era exitoso, y que hoy en día parece desterrado de cara a grandes blockbusters con violencia-para-adolescentes que apesta. En Hollywood había comenzado a cimentar su reputación por "Los señores del acero", cuando le cayó en las manos el guión de "Robocop". Después de leer algunas páginas, lo dejó por estúpido, pero entonces lo agarró la señora, que lo leyó de punta a cabo, y le dijo algo así como "Oye, Paul, mira, hay hartas ideas acá, dale una segunda oportunidad"... El resto es historia. Verhoeven pasó de dirigir la segunda parte, que cayó en las manos de Irvin Kershner... un especialista en segundas partes precisamente ("El Imperio contraataca", "El regreso de un hombre llamado caballo"). Al menos la segunda parte no desmereció (tanto) a la primera, por lo que esta franquicia aguantó hasta la tercera. Sin embargo, como todos sabemos, "Robocop 3" era una mugre tan mugrienta, que el personaje de Nancy Allen decidió morirse a mitad de peli para no tener que soportar la vergüenza hasta el último.

La segunda de la racha es "Bajos instintos". Todos sabemos que la primera entrega fue dinamita. Por un tiempo se puso de moda rodar pelis con reclamo erótico más o menos explícito, algo que hasta entonces estaba vedado al softcore (en realidad, la tendencia es una exageración de lo que se veía venir desde "Cuerpos ardientes" y "El cartero llama dos veces", ambas de 1981, pero eso es historia demasiado larga para compendiarla acá). E impulsó la moda de thriller softcore de bajo presupuesto que hizo el nombre de Shannon Tweed, Shannon Whirry y otras cuantas Shannon, Sharon, etcétera. ¿"Bajos instintos 2: Adicción al riesgo"? ¿Alguien la recuerda...?

Luego vino por supuesto "Starship Troopers", la sátira ultrafascista de la Ciencia Ficción militarista en la que un sospechoso meteorito se estrella contra Buenos Aires algunos añitos antes de lo de Al Qaeda y las Torres Gemelas. Seguida por dos secuelas que tampoco rodó Verhoeven, y que fueron direct-to-DVD (eso, y una versión animada de 2012 que es un reboot parcial, porque sigue a la primera e ignora los eventos de la 2 y la 3. Según me han dicho). Para la tercera, sorpresa, el prota de la primera se repite, quizás porque desde entonces Casper van Dien no se comía un rosco (lo que tiene actuar en "Código Omega", que después nadie te hace caso).

Y después vino "El hombre sin sombra", que tuvo otra de esas secuelas en que ninguno de los actores serie A de la primera entrega repiten, y son rellenados por un montón de buenorras y buenorros de serie B. No creo sorprender a nadie si digo que "El hombre sin sombra 2" fue direct-to-DVD... Y Paul Verhoeven por su parte fue direct-to-Europa, cabreado de Hollywood. Desde ese entonces el pobre hombre no ha rodado casi nada. Por tratar de ser, ya saben, un autor en vez de un mercenario al servicio de los tiburones de Hollywood. Aunque la historia no parece haberse terminado: todavía de tarde en tarde reflotan rumores lunáticos sobre una eventual secuela de "Showgirls"...

jueves, 20 de diciembre de 2012

Lance Henriksen y los robots.


Lance Henriksen es de esos actores que son más conocidos por el aficionado cinéfilo o seriéfilo que por el público en general. O bien, la clase de actor que de nombre no le suena a nadie, pero que todo el mundo identifica de alguna parte si ve una foto suya. Sus roles más famosos son probablemente en "Aliens: El regreso" para el cine, y "Millennium" de Chris Carter para la televisión. Lo interesante es que Lance Henriksen interpretó a un icónico robot del cine... y estuvo cerca de interpretar a otros dos más tan o más icónicos incluso. Bueno, técnicamente cyborgs. Pero en fin, vayamos con la historia.

Lance Henriksen ya había aparecido como secundario en algunas pelis, incluyendo "Encuentros cercanos del tercer tipo" y "La profecía II", además de, sorpresa, interpretar a uno de los astronautas del Proyecto Mercury en la olvidada y aburrida "Los elegidos" de 1983. Parece ser que este último rol entró en el ojillo de un directorcillo que venía de rodar una cosa llamada "Piraña 2", de la cual ni siquiera era el primer director (sustituyó al original). ¿Su nombre? James Cameron. Este hombre tenía una peculiar idea acerca de un cyborg que llega desde el futuro para matar a la madre del futuro líder de la rebelión contra las máquinas. Y pensó que lo más terrorífico de ese cyborg es que podría ser cualquiera, alguien como usted o su vecino, alguien que no identificaría como un cyborg en la calle, claro está. Lance Henriksen era ideal para el rol. Hasta que entró en escena Arnold Schwarzenegger, que venía de rajar cráneos en "Conan el Bárbaro", y el resto es historia. La peli del cyborg del futuro se llamó "Terminator", claro está, y Lance Henriksen apareció de todas maneras, en un papel secundario como policía. De manera que aunque Henriksen apareció en la peli, perdió la ocasión de ser Terminator. Figúrense.

Pero James Cameron siguió pensando en que algo había con Henriksen. El hombre no es mal actor, así es que acusarlo de robótico puede ser un insulto, pero por alguna razón, Cameron siguió creyendo que valía la pena hacerlo interpretar a un robot. Tenía entre las manos el proyecto de secuela de "Alien", que terminó estrenándose como "Aliens: El regreso". En realidad no fue el único traído de "Terminator": Michael Biehn también hizo su desembarco. Parece que para Henriksen fue una especie de autoúltima oportunidad: si su rol no funcionaba, iba a retirarse del cine. Fíjense que se transformó en el papel más famoso de su carrera. ¿Qué rol era éste? El androide Bishop, por supuesto.

En el intertanto, a Lance Henriksen le llegó otra curiosa oferta. Otro cyborg, miren ustedes. Resulta que por esos días se estaba rodando la peli de cierto poli cibernético que combate el crimen en una Detroit futurista devastada por el crimen (el callejero y el de las grandes corporaciones, distinguibles sólo por el terno). El prota era Peter Weller, quien estaba tan hinchado por el traje de cyborg (perdía como un kilo de peso al día por deshidratación, víctima del calor dentro del traje), que estuvo al borde de renunciar. El papel entonces fue ofrecido a Lance Henriksen... quien lo tuvo que rehusar por problemas de agenda. Al final, el problema del traje fue arreglado por un pequeño ventilador interno, Weller siguió en el rol, y en 1987 fue estrenada "Robocop". Sin Lance Henriksen, claro. La banda sonora fue de Basil Poledouris, pero para el trailer, ¿qué música se utilizó? El tema de "Terminator"...

domingo, 16 de diciembre de 2012

El atentado contra Barrabás.


Ya se ha hecho casi un lugar común dentro de Siglos Curiosos que aludamos al petulante, corrupto, narcisista y emprendedor gobernador de Chile don Francisco de Meneses Brito (1664-1668) con el cariñoso sobrenombre que sus contemporáneos le pusieron: Barrabás. Las barrabasadas de este personaje pueden llenar páginas y páginas, pero no se crea que se puede ir por la vida siendo un barrabás sin desatar anticuerpos. En sus poquísimos años de gobernación, Francisco de Meneses Brito tiene a su haber el récord de ser uno de los pocos gobernadores de Chile, quizás el único, en haber sufrido un atentado personal en su contra. El hechor fue un personaje llamado Manuel de Mendoza, veedor del ejército en Concepción, que en honrado desempeño de su cargo había intentado perseguir y atajar las exacciones que Meneses y sus acólitos cometían con los bienes y el situado del ejército. Y como ninguna buena acción queda sin su correspondiente castigo, Mendoza fue depuesto y desfavorecido del todo, hasta el punto que quedó en la pobreza más absoluta.

Corría el año de 1667. Enfermo, sin goce de sueldo y pobre de solemnidad, habiendo obtenido permiso para ir a Santiago no le quedó más remedio que asilarse como indigente en el hospital de San Juan de Dios. Quiso la suerte loca que Francisco de Meneses acudiera a tal lugar al prior de los padres hospitalarios, acompañado de su ayudante. Allí, Mendoza concibió el proyecto de librar a Chile de la tiranía de Meneses por mano propia. Cuando el gobernador se retiraba, Mendoza le disparó un tiro, pero falló. Meneses y su ayudante se le precipitaron con espadas, dispuestos a liquidarle allí mismo. En la refriega posterior murió un vizcaíno sirviente de Mendoza que se metió para defender a su amo. Meneses por su parte salió levemente herido, aunque con posterioridad, para darse aires y que la gente lo considerara como aún más agraviado, reportó haber recibido una docena de heridas.

La venganza de Meneses, hombre fatuo y pagado de sí mismo, fue implacable. Con fuerza pública ingresó en el hospital a pesar de que, como establecimiento religioso, tenía el privilegio legal del derecho de asilo. El cadáver del vizcaíno fue llevado a la plaza pública, azotado (¡!) y colgado de la horca (¡¡!!). Mendoza estaba escondido en el hospital, y fue encontrado y arrancado a viva fuerza de allí. El comisario de la Inquisición exigió de inmediato que Mendoza le fuera entregado para ingresarlo a la cárcel pública, y ser juzgado por los tribunales eclesiásticos con los privilegios que a los asilados les reconocía el fuero eclesiástico. Meneses, lejos de recapacitar en su ilegalidad, juzgó que los religiosos estaban complotando en su contra, viendo una enorme conspiración detrás, lo que mirado desde la actualidad no parece ser el caso. Meneses mandó someterle a torturas, pero ni los mayores quebrantos consiguieron que Mendoza dijera otra cosa sino actuar en solitario para liberar a Chile de la peste de Meneses.

Meneses ordenó finalmente enviarlo a la cárcel pública, pero para humillarlo, mandó raparle la barba y la cabeza, y vestirlo de loco. Lejos de desteñir su reputación, sólo consiguió darle un aura de mártir frente al pueblo que odiaba a Meneses como se odia al gobernador más corrupto que padeció Chile en sus dos y medio siglos de dominio hispánico. Un cronista eclesiástico anotó: "tan exhausto y desangrado que algunas personas piadosas le iban sirviendo de cirineos en la pasión de aquel martirio" ("cirineo" por alusión a Simón de Cirene, que según el Evangelio ayudó a Jesucristo a cargar la cruz). Meneses fue lo suficientemente estúpido como para haber exhibido al hechor como loco, y después condenarlo a muerte como si fuera un responsable en su sano juicio. Las campanas de las iglesias tocaron entonces de la manera en que se anunciaba una excomunión: la que las autoridades eclesiásticas fulminaron contra Meneses y contra quien ejecutara al infeliz Mendoza. Pero fue en vano: Meneses mandó que la tropa entrara en la cárcel y ejecutara a Mendoza mediante el garrote. A continuación consiguió una resolución de la Real Audiencia en que se "aconsejó" a la Inquisición el levantar la excomunión sobre Meneses y los suyos. Debido a la decisión mostrada por las tropas adictas a Meneses, el comisario de la Inquisición decidió que tal vez se había pasado un tejo, y con prudencia levantó dicha sanción. Meneses reafirmó aún más su autoridad mandando perseguir a algunos vecinos de Santiago, bajo la sospecha de complicidad con el atentado. Hay algo de ironía en que Meneses debió haberse ido a la cama muy tranquilo, pensando haber escarmentado a sus enemigos, mientras que en el intertanto, el virrey del Perú ya había sido autorizado por doña Mariana de Austria para separar a Meneses de la gobernación y seguirle su correspondiente juicio de residencia. Hay otro resto de amarga ironía en que si Mendoza hubiera esperado algunos meses, hubiera conseguido salvar la vida...

jueves, 13 de diciembre de 2012

Los negocios de Barrabás.


Ya hemos mencionado en Siglos Curiosos que Chile fue el único país que ha tenido el privilegio de ser gobernado por Barrabás. Bueno, por alguien apodado así, que fue Francisco de Meneses Brito, y que como gobernador fue el azote de Chile entre 1664 y 1667. En realidad, la práctica totalidad de los gobernadores españoles del siglo XVII tuvieron una vena de corrupción, y si no la tenían personalmente ellos, sí que la manifestaban sus numerosos subordinados tanto en lo castrense como en la vida administrativa y civil. Pero ninguno llevó tan lejos el peculado como Francisco de Meneses.

En la época, el principal artículo de comercio de Chile era el sebo. Su principal mercado era, por supuesto, el Perú. Y sin embargo, debido a la enorme producción de sebo en Chile, el precio era bastante barato. Meneses y los suyos se olieron el negocio, y so pretexto de mejorar la balanza comercial de Chile, reglamentaron el comercio estableciendo cuotas de venta y fijando precios. Y para asegurarse de que dicha normativa se cumpliera, no se piense mal de la probidad de Meneses y los suyos, ¡oh, por supuesto que no!, el gobernador y los suyos gentilmente compraban el sebo a los productores locales chilenos, y lo enviaban al Perú en expediciones. Ni qué decir, a los productores se les compraba el sebo a un precio moderado y en bajas cantidades, y luego en Perú este mismo sebo se vendía a precio de oro... y la diferencia entre ambos precios iba a parar al bolsillo de Meneses y los suyos, claro está.

Los resultados fueron cataclísmicos. Júzguese que durante el improvisado estanco de Meneses, el precio del sebo subió de seis a siete pesos el quintal, a veintiocho y treinta la misma cantidad. El sebo tenía muchas aplicaciones en la época, y una de las principales era la elaboración de velas. Hablamos de un tiempo en que no existía iluminación eléctrica, de manera que podrá imaginarse lo que significaba estrangular la provisión de sebo para la vida civil y religiosa de la época. Los productores chilenos, por su parte, empezaron a arruinarse por no tener hacia dónde darle salida a su sebo, y recibir por sus escasas ventas una cantidad demasiado escasa de dinero. Los peruanos enviaron cartas e informes a España quejándose de la situación, mientras que Meneses respondía en sus memoriales que las regulaciones sobre el comercio del sebo era para proteger a los pobrecitos (y expoliados) agropecuarios chilenos, permitiéndoles mejorar sus ganancias obteniendo mejores precios por su sebo.

Por supuesto que Meneses no se detuvo ahí. A los capitanes de puerto comenzó a cobrarles permisos para zarpar, además de obligarlos a transportar su propia carga particular. Que el trigo para el ejército fuera objeto de peculado era costumbre durante la Colonia, pero Meneses fue innovador y emprendedor, y comenzó a intervenir en el negocio de las carnicerías de Santiago. Y para cubrirse las espaldas, vendió cargos en el cabildo de Santiago a los parientes de su esposa chilena, doña Catalina Bravo de Saravia, no por una suma determinada sino pagada en cómodas cuotas. Pero aunque Barrabás se había echado al cabildo de Santiago en el bolsillo, no pudo hacer lo mismo con el Obispo de la ciudad. A la larga, fue este enemigo el que consiguió su caída...

domingo, 9 de diciembre de 2012

¿Y qué pasa si mandamos a Roosevelt como Vicepresidente?

Alguien podría decir que en Estados Unidos deberían haber aprendido a poner un poco de cuidado a la hora de nominar Vicepresidentes. Y resulta que no. Ahí va en 2008 John McCain y nomina a Sarah Palin. McCain era viejo (ahora lo es incluso más, créanlo) y existía una cierta posibilidad de que el cucharón le jugara alguna mala pasada, y la Palin terminara sentada en el sillón presidencial. La mujer que no sabía si Africa era un país o un continente, ella misma. Pero si el Presidente aguanta sus cuatro años, el Vicepresidente tiene muy poco trabajo. Lo suyo es hacer un poco de muñeca política, léase ser la mano mora del Presidente, y mantenerse en el juego de la larga espera. A veces resulta: George Bush (el padre) fue Vicepresidente de Ronald Reagan antes de llegar a la Presidencia, con la inestimable ayuda del candidato demócrata Michael Dukakis arruinando escandalosamente su candidatura haciendo el mongo sobre un tanque. En fin.

Toda esta disquisición es para hacernos la idea de lo que estaba pasando en el año 1900, clavado dicho año. El Presidente desde 1897 era el republicano William McKinley. A pesar de ser un Presidente victorioso debido a la paliza que le propinaron a los españoles en la Guerra de Cuba de 1898, las cosas iban difíciles para el Partido Republicano, en parte debido a que se habían descubierto una serie de escándalos políticos relacionados con Nueva York. En eso, emergió el nombre de Theodore Roosevelt, que fue Secretario Asistente de la Marina bajo McKinley, y utilizó su poderosa personalidad para influir sobre el bienintencionado pero débil McKinley de que debían ir a apalear cubanos. Una vez declarada la guerra, Roosevelt renunció a su puesto político con toda alegría y marchó a Cuba, para eso, para patear cubanos y españoles. Y se transformó en héroe de guerra.

Después de la guerra, y destapados los escándalos políticos en Nueva York, Roosevelt parecía un nombre ideal para la Gobernación. Después de todo no era un político, así es que quizás era tonto y débil. Es decir, la clase de sujeto que iba a echarle o dejar que le echaran tierra al asunto, y que siguiera la corrupción republicana. Sólo que el tiro les salió por la culata, porque Roosevelt era un hombre honesto (también era mandón, imperativo, y rígido de entendederas. Pero honesto). Pronto, los mismos republicanos que lo llevaron a la gobernación quisieron sacarlo de ahí. Pero no encontraban como sacarlo de una manera honrosa, o convencerlo para que renunciara. Hasta que se acercó la elección presidencial de 1900, y como McKinley iba a la reelección, ¿por qué no llevarse al héroe de guerra como Vicepresidente...?

Roosevelt no estaba demasiado convencido porque pensaba que la Vicepresidencia iba a ser su tumba política. Y no sin razones debido a la poquísima importancia del Vicepresidente en la política de Estados Unidos: eso era justo lo que los republicanos querían, claro. De una manera u otra, Roosevelt terminó siendo convencido, y de hecho el pateacubanos le dio la inyección de energía a la campaña que los republicanos necesitaban con tanta desesperación. Héroe de guerra en Estados Unidos, ¿recuerdan? La dupleta McKinley-Roosevelt ganó, y los republicanos respiraron aliviados: el débil McKinley seguía a cargo, y Roosevelt estaba inutilizado y fuera de juego. Nada podía salir mal, ¿verdad? ¿¿¿VERDAD...??? El calendario avanzó a septiembre de 1901, y ¡BANG-BANG!, Presidente muerto, a manos de un anarquista. Theodore Roosevelt juró como Presidente de Estados Unidos el 14 de Septiembre. La cara de OH-CRAP de los republicanos debió haber sido épica, en particular cuando Roosevelt se lanzó a una cruzada contra los monopolios. En general, pese a su carácter iracundo, no fue un mal Presidente: hizo gestos a los negros, inició la política de conservación de parques nacionales, protegió a los consumidores del mercado de la carne a lo menos, y en general fue un progresista. Aparte de los oligarcas, los únicos que sufrieron con Roosevelt fueron... todo el resto del mundo, en particular Latinoamérica (Roosevelt fue el de la política del Gran Garrote, por más señas, como bien lo supo Colombia cuando Roosevelt financió la independencia de Panamá). Aunque el Comité Noruego del Nobel pensó diferente cuando galardonó a Roosevelt con... el Premio Nobel de la Paz.

jueves, 6 de diciembre de 2012

Los almirantes amarillos.

A veces, los formulismos legales pueden llevar a situaciones muy tragicómicas. La parte cómica es para nosotros, claro, que nos reimos de los pobres diablos que sufren el asunto, y la trágica para los desgraciados que caen en alguno de esos agujeros negros administrativos, legales y burocráticos. Y en este caso hablamos de almirantes de la marina británica nada menos. Porque todos sabemos que estas historias son más sabrosas cuando son los poderosos quienes terminan humillados. La historia principia en los tiempos isabelinos, por allá por el siglo XVI, cuando la escuadra inglesa había crecido tanto, que fue necesario dividirla en secciones. Cada una de ellas llevó su propio color como identificación: el escuadrón rojo, el escuadrón azul y el escuadrón blanco (la estructura después se hizo todavía más complicada, pero para efectos conformémonos con esa explicación).

El punto crucial en la carrera de los oficiales de la Royal Navy era por supuesto pasar por el puesto de capitán. Por encima de capitán, hasta llegar a almirante, todo oficial debía tener el mando de una nave. Pero el rango de almirante era vitalicio: la única manera de perderlo era por expulsión deshonrosa después de corte marcial. A veces ocurrían casos como el de Provo Wallis, Almirante que nació en Mayo de 1791, y falleció en Enero de... 1892. Sí, falleció en ruta hacia los 101 años. En 1870 se promulgó una ley para proteger a los oficiales antiguos, por la cual no podía pasarse a retiro a nadie que hubiera mandado una nave en las Guerras Napoleónicas (sí, seis décadas antes), lo que era el caso de Wallis aunque fuera por haber servido unos poquitos días como capitán interino en... 1813. Y ahí estaba el porfiado Wallis sin morirse, obrando como tapón para que los siguientes no pudieran ascender hasta su destino natural. ¿Qué se hace entonces con los que vienen desde atrás, y no tienen el lugar libre para seguir ascendiendo? También podía suceder que un potencial almirante fuera juzgado mejor que otro... pero el otro debiera ser ascendido por antigüedad, obligando a buscar alguna clase de puente para que el más joven llegara hasta arriba, y dejar al más antiguo anclado abajo.

Una civilización más brutal hubiera recurrido al hacha, pero no la nación más flemática de la Tierra. De manera que para solucionar estos problemas, inventaron el ascenso sin mando. Es decir, se ascendía a la persona pero "se les olvidaba" darle el mando de una nave, por decirlo así. Por supuesto que esta práctica recibió su nombre coloquial. Ya hemos mencionado que cada almirante tenía mando de un escuadrón de colorcitos como papel lustre: blanco, azul, rojo... ¿Qué color entonces era el de los almirantes sin mando? La malicia les inventó el color amarillo, porque... ¿adivinan de qué color es la arena de la playa en donde estos pobres deben quedarse por no poder subirse con mando a ningún buque...? En inglés, a esta práctica la llamaron "yellowing" (traducible al castellano a lo bestia como "amarillear" o "volver amarillo"). To yellowing someone ("amarillear a alguien") vendría a ser entonces darle este ascenso sin mando de nave, dejarlo en la arena de la orilla a mirar melancólicamente los buques de guerra zarpando...

...y a rascarse neuróticamente los bolsillos de paso, porque había una humillación adicional. Aparte de presentarse en sociedad sin nada que mandar, y por lo tanto con un rango sin ocasión de mostrar su valía para el mismo, aparte de eso recibían sólo la mitad de la paga, porque la otra mitad sólo se entregaba en retribución por las fatigas y pesares del mando... De hecho, aunque con rango, era en todo un retiro de hecho, y era muy poco probable que llegaran a volver al servicio activo alguna vez.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Al rescate de los colores del ejército de terracota.

Uno de los más famosos tesoros arqueológicos chinos, y probablemente de la Humanidad toda, sea el celebérrimo ejército de terracota de Qin Shi Huang Di, el primer Emperador de una China unificada, entre 221 y 210 antes de Cristo. Este gobernante que trajo paz y estabilidad a China por primera vez después de medio milenio de guerras civiles, al precio de un despotismo despiadado, mandó entre otras cosas ser enterrado en medio de un recinto funerario de 90 kilómetros cuadrados, escoltado por soldados construidos a escala natural, en terracota. Cuando uno piensa en el ejército de terracota, piensa en el color de la terracota, justamente, ese tono pedruzco sin brillo ni vida. Pero las más recientes excavaciones arqueológicas han descubierto que el ejército de marras... estaba pintado. En efecto, eran estatuas coloreadas.

En realidad, que las estatuas inicialmente estaban pintadas era algo que se sabía, debido a que los primeros investigadores en la tumba alcanzaron a atestiguarlo. Pero había un problema. La pintura elaborada sobre una base de huevo, fue aplicada por los constructores de la tumba sobre una capa doble de laca, encima de cada guerrero. Al abrir la tumba en 1974 y entrar el aire después de dos milenios enterrada, la laca se secó de manera brusca, se cuarteó y de descascaró por escamas, llevándose a la pintura con ella, porque si hay algo que una capa doble de laca se dice a sí misma cuando se está cayendo, es que no me iré sin llevarme a la pintura conmigo. El proceso era tan rápido que apenas alcanzó a ser documentado: estudios posteriores revelan que la laca bajo el color se curvaba y caía en apenas cuatro minutos.

Pero la casualidad ayudó a los arqueólogos. Una sección del gigantesco complejo funerario, por vueltas del destino, fue sumergido en parte por una capa de lodo. Los arqueólogos, al excavar esta sección, descubrieron todavía estatuas pintadas: el pelo negro, las caras rosadas, los ojos de color café o negro... Los tintes usados son variados: cinabrio para el rojo, carbón para el negro, cinabrio y silicatos para el morado, azurita para el azul, óxido de hierro para el rojo oscuro, huesos quemados en hornos para el blanco, malaquita para el verde. Los investigadores chinos, en alianza con la Oficina de Conservación del Estado Bávaro en Alemania, desarrollaron un conservador especial para salvar los colores de los guerreros. El procedimiento se transformó en algo casi de sala de emergencias: cualquier pieza desenterrada que muestre algún rastro de color, es rociada de inmediato con la substancia en cuestión, y luego se envuelve en plastico.

Pero la cosa ha llegado a extremos surrealistas cuando los chinos han tenido que tratar nada menos que al suelo como un objeto arqueológico. Como suena. Lo que pasa es que muchos artefactos de madera, tales como escudos o tambores, están semipodridos y son difícilmente rescatables. Pero los diseños pintados sobre éstos, cuando la madera y el mundo todavía eran nuevos, quedaron estampados en el suelo, supuesto de que hayan estado en contacto con éste porque se han caído o resbalado, por supuesto. De manera que los arqueólogos deben ir con un cuidado único a la hora de tratar el suelo mismo. La pintura antigua, por cierto, se adhiere mejor al suelo que a la laca, de manera que dichos patrones están también mejor conservados. La necesidad es la madre de la invención, así es que desarrollaron un adhesivo que mantiene cohesionado al suelo, de manera que los colores no se pierdan... Y vaya uno a saber qué sorpresas adicionales esperan acá en los próximos años. Después de todo, en casi cuatro décadas del descubrimiento apenas se ha excavado el uno por ciento del complejo.

jueves, 29 de noviembre de 2012

¿Propaganda sobre Suez...?


A pesar de ser considerado como uno de los más importantes conflictos del Medio Oriente en el siglo XX, debido a ser jugado por dos potencias claves como Inglaterra y Francia en una de las áreas geopolíticas más sensibles del planeta, la operación militar anglofrancesa para tomarse manu militari el Canal de Suez en 1956, en respuesta a la nacionalización del mismo por el Presidente egipcio Gamal Abdel Nasser, es también una de las más chapuceras operaciones militares de toda la centuria. No todos los errores militares cometidos aquí merecen abrirse paso hasta Siglos Curiosos (algunos son simplemente lamentables, pero no...curiosos, más o menos como entendemos el concepto en este blog), pero no podemos dejar de elaborar una nota respecto a la terrible estrategia comunicacional de Inglaterra y Francia al respecto. Porque desde la Primera Guerra Mundial que se venía entendiendo de manera sistemática la importancia de la propaganda para desmoralizar al enemigo y convertir a los neutrales en aliados, a pesar de lo cual, el manejo propagandístico en la llamada Guerra del Sinaí, Crisis de Suez o Guerra de Suez, se merece de sobra el calificativo de desastroso.

A resultas de los manejos burocráticos británicos, sumada a la previsión (cumplida después) de que la conflagración sería muy impopular en dos países que estaban a apenas una década de distancia de la Segunda Guerra Mundial, los altos mandos británicos, incluyendo al sesentón y muy enfermo Primer Ministro Anthony Eden, estimaron que era necesario emprender una dura ofensiva propagandística para convencer a los egipcios de dejarse invadir. En la mentalidad de Eden y su gente no podía caber que Nasser privilegiara los intereses nacionales egipcios por sobre la tradicional servidumbre a los intereses coloniales británicos, de manera que se figuraban que Nasser era una especie de tirano sediento de sangre al que los egipcios no apoyarían, y recibirían a los ingleses y franceses como libertadores. En la realidad Nasser podía ser autoritario (los Presidente de Egipto desde el derrocamiento de la monarquía en 1952 tienen mucho de faraones contemporáneos, incluyendo a Nasser, Sadat, Mubarak... tres en casi seis décadas), pero a la vez era muy popular como campeón internacional de la causa tercermundista contra la intervención extranjera, cualquier intervención extranjera, fuere occidental o soviética (aunque la hostilidad occidental a su casquivanería lo llevó a dejarse cortejar un tanto por el Oso Ruso). De ahí que ingleses y franceses decidieran lanzar una campaña propagandística en pleno dentro de Egipto, contando con soliviantar a los egipcios contra Nasser (listo: ya pueden carcajearse a destajo).

A diferencia de los políticos, muchos altos mandos militares juzgaban que la guerra sicológica era una pérdida de tiempo: lanzar folletos sobre territorio enemigo no convencía a nadie, y bombardear las ciudades enemigas reforzaba la moral contra el invasor, no la debilitaba. Contaban con la experiencia de la Segunda Guerra Mundial hablando en favor de esta idea. Pero mandos aún más altos decidieron que la guerra sicológica iba, lo que además daba tiempo para organizar un desembarco rápido y sorpresivo (así como suena: según los británicos, los egipcios tenían que creer que la propaganda iba a caer porque sí, y luego dejarse sorprender por lo que venía después). Para la misión fue destacado un tal Bernard Fergusson. Parece ser que Fergusson se comportó como un soldado impecable, y a pesar de tener dudas sobre la utilidad de la operación, se dedicó a la misma en cuerpo y alma. Se le cedió a él y sus ayudantes una radio en Chipre para lanzar proclamas, y una imprenta para editar folletos. Pero los pilotos de la RAF eran reacios a arriesgar sus vidas en lo que esencialmente era infringir el espacio aéreo egipcio para una operación tan inútil como... lanzar folletos. Aún así, ironías del destino, para lanzar los folletos se había previsto una bomba que estallara a trescientos metros de altura sobre los civiles: lo que pasó es que la bomba, así como buena parte del obsoleto material bélico inglés, falló y estalló a ras de calle, causando una buena mortandad entre los civiles egipcios a quienes supuestamente debía convencerse de la bondad de una invasión británica. Se utilizaron también aviones parlantes para sobrevolar territorio egipcio, pero cuando el avión parlante aterrizó en Adén para repostar combustible, el equipo de megafonía se esfumó misteriosamente y nunca nadie supo de su destino. Fergusson también utilizó la radio para crear programas destinados a los palestinos, llenos de material contra Nasser. Pero aunque los programas eran emitidos en árabe, los palestinos no se dejaron convencer: muchos creyeron percibir un sonsonete judío en la voz de los locutores, y con eso dejaron de hacer caso a la propaganda.

Ya en medio de la guerra, que por cierto fue lanzada el 29 de octubre de 1956, la (des)inteligencia británica les jugó otra mala pasada. Debido a que los invasores querían disminuir al máximo las bajas civiles para que su intervención pareciera una operación de policía contra Nasser, no bombardearon la estación de radio El Cairo, evitando así que cualquier edificio colindante o sus residentes terminaran incinerados bajo fuego enemigo. Ni qué decir que a través de dicha radio, Egipto informó al mundo de las horrendas (y exageradas, claro, que en la guerra no hay santos) atrocidades de los invasores, volviendo a la opinión pública internacional aún más contra Inglaterra y Francia, así como fortaleciendo el ánimo egipcio para resistir. Ante este panorama, los aliados de Inglaterra se preguntaron por qué no se bombardeaba dicha radio, y cuando supieron la razón, Chipre informó que la radio El Cairo estaba... a 25 kilómetros de El Cairo, en pleno desierto. Por supuesto que lo muy verdaderamente siguiente fue enviar un escuadrón de aviones y reducirla a cenizas, pero el daño ya estaba hecho, por supuesto. Es lo que tiene haberse montado una operación bélica del siglo XX con una filosofía geopolítica del XIX: que las operaciones propagandísticas tenían un tufillo a sacadas de otro siglo...

domingo, 25 de noviembre de 2012

El nombre del monstruo de Frankenstein.


Hace algunos meses atrás en Siglos Curiosos dedicábamos un posteo a la partícula alemana "-stein", que está presente en varias palabras de dicho idioma (o idiomas, en realidad, considerando que casi cada valle alemán habla SU propio alemán). Pero a propósito de dicho posteo salió un breve debate sobre el nombre del monstruo de Frankenstein, y quizás es una buena instancia para echarle un vistazo al asunto en un posteo especial a propósito. De manera que aquí tienen... el nombre del monstruo de Frankenstein. Que, aunque no lo sabían, por el título del posteo habrán adivinado que no es Frankenstein.

La historia nació de la fértil imaginación de la escritora inglesa Mary Shelley, quien publicó en 1818 la novela "Frankenstein o el moderno Prometeo". En la misma describe cómo el científico loco de turno, el doctor Frankenstein, le otorga vida a una criatura inanimada, sólo para dejarla abandonada detrás suyo al descubrir que el engendro le ha salido... bueno, un poco horrible (sí, novela de padre modelo aquí). La criatura es rechazada y abandonada por todos los seres humanos por la misma razón, por horrible, y acaba por volverse amarga y vengativa, arruinándole la vida a su padre. Como puede observarse, el doctor Frankenstein es un moderno Prometeo porque insufla vida en paralelo a como el Prometeo griego insufló inteligencia a la Humanidad. Y por volver al tema del posteo... la criatura no tiene nombre. Como el doctor la deja abandonada nada más "nacer", jamás se preocupó de darle un nombre, y por ende, no es Frankenstein. Aunque podría argumentarse que si hereda el apellido de su padre, entonces sí sería Frankenstein como el doctor... supuesto de que el doctor la hubiera pasado por reconocimiento de paternidad alguna vez, el muy desalmado.

Que la criatura carezca de nombre es un punto interesante del denso trasfondo filosófico de la novela. A través de la relación del monstruo con el doctor Frankenstein, la novela hace un extenso análisis de la relación del ser humano con Dios. Si Dios nos hizo a su imagen y semejanza... ¿por qué entonces somos malvados y Dios no nos ayuda? La respuesta de la novela es escalofriante: porque Dios puede habernos creado para su propia vanidad y nada más. Este símil se refuerza mucho más cuando descubrimos que la criatura aprende a leer y desarrolla su visión del mundo a través de "El paraíso perdido" de Milton, el poema en donde se detalla la rebelión de Satán contra el Creador. La criatura en efecto se identifica con Satán, y por lo tanto, su búsqueda del Creador es metafóricamente una búsqueda satánica. Ahora bien, está implícita la idea de que "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios" (Evangelio de Juan 1:1), de que Dios crea a través de la Palabra, del "hágase" ("hágase la luz", etcétera). Por lo tanto, que la criatura no tenga nombre es significativo: significa que su Creador, su Dios, lo ha dejado abandonado, no ha terminado en verdad de crearlo. (Puede quizás relacionarse y ahondarse incluso más con Génesis 1:19-20, en donde Dios encarga a Adán darle nombre a las criaturas vivientes: el monstruo está vivo, pero no tiene un nombre propio, ¿eh?).

¿Entonces, por qué si la criatura en la novela original carece de nombre, hoy en día la llamamos con el nombre del Creador que rehusó en primera instancia a reconocerla? La culpa la tienen las pelis de monstruos de la Universal. En 1931 rodaron una peli llamada "Frankenstein", que es clásica por darnos la iconografía propia del monstruo (que no es de la novela original, para variar un poco, aunque venga interpretada por el gran Boris Karloff), y les fue tan bien que en 1935 se dejaron caer con una secuela. ¿Título? "La novia de Frankenstein". Al final de la peli (spoiler aquí, claro), el doctor termina por crearle una novia al monstruo. A partir de entonces, todo el mundo salvo los sabidillos de toda la vida se les olvidó que Frankenstein era originalmente el doctor o científico loco, no el monstruo de marras...

jueves, 22 de noviembre de 2012

¡Prohibido plagiar a Superman!


Decir que Superman es el primero y más icónico de los superhéroes, es una obviedad. Fue creado en 1938 por Jerry Siegel y Joe Shuster, y "vuelto a crear" desde entonces un sinfín de veces... O plagiado, mejor dicho, eso quisieran hacernos entender los abogados de DC Comics, empresa editorial que es la titular del copyright sobre el personaje. Ahora bien, el pack de superpoderes de Superman es tan canónico, que cuesta un montón diseñar otro superhéroe que no tenga a lo menos unos pocos atributos de éste, por lo que la posibilidad de escribir una historia de superhéroes y terminar demandado por plagio no es exactamente remota. Que los abogados de DC Comics han justificado su sueldo, para que nos entendamos.

La primera víctima fue Wonder Man. Este fue creado por Will Eisner, que después se haría de fama gracias a The Spirit (sí, ESE "The Spirit"). Wonder Man apareció en la revista "Wonder Comics" en 1939. Bastó un solo número, y ya los tiburones estaban litigando. El caso, llamado "Detective Comics, Inc. v. Bruns Publications, Inc.", fue fallado en 1940. Hablamos de un personaje que tiene gran fuerza y velocidad, que se saca la ropa para revelar su uniforme, que es el "campeón de los oprimidos", capaz de detener balas con su cuerpo, capaz de saltar de edificio a edificio (en una época en donde Superman todavía no volaba), o de romper una puerta de acero de un solo golpe, o ser el hombre más poderoso del mundo... y que no es Superman, es Wonder Man. La defensa argumentó que estaban siguiendo a los héroes de la literatura y la mitología, pero la judicatura no se lo compró: el paquete podía parecerse a Hércules, pero también olía a Superman, y no hubo más publicaciones de Wonder Man por orden judicial. Fue el primer juicio por derechos de autor en materia de cómics. Vendrían más.

Después siguió el más sonado y uno de los más largos, el infame "National Comics Publications v. Fawcett Publications", mejor conocido como... el caso del Capitán Marvel. El Capitán Marvel era un niño que al gritar la palabra mágica "SHAZAM!" se convertía en el Capitán Marvel, que incluía... vamos, sé que se la saben, díganlo conmigo... superfuerza, supervelocidad, invulnerabilidad, mallas ajustadas... además de un archienemigo que es un científico loco y calvo... El problema es que la franquicia era la más redituable de Fawcett Publications, incluyendo a una entera familia Marvel, figúrense (fue la primera superfamilia de los cómics), por lo que la pelea fue con uñas y dientes (basándose en que el alter ego no era un adulto sino un niño, y que la fuente de superpoderes era mágica y no científica). El juicio se alargó aún más cuando se descubrió que bajo la antigua ley de copyright en Estados Unidos, los derechos por ciertas tiras de Superman para los periódicos no habían sido renovados... Al final, después de doce años de batalla, en 1951 se alcanzó un acuerdo extrajudicial, y Fawcett Publications dejó de publicar al Capitán Marvel, en parte debido a que en la época el boom de los superhéroes estaba a la baja, y ya no era rentable seguir peleando por él. Irónicamente, Fawcett Publications fue comprado después por sus antiguos rivales de litigio... quienes pudieron usar al Capitán Marvel, pero ya no publicar una revista de ese título, que entretanto había sido pasada por copyright por Marvel Comics... Pero al menos, el Capitán Marvel y Superman pudieron vivir aventuras juntos en paz y armonía. Aún más irónico, casi sarcástico, cuando Superman fue asesinado por Doomsday en el famoso evento de la muerte de Superman en 1992, uno de los que portaron su féretro fue precisamente el Capitán Marvel... Me pregunto si alguno de los guionistas habrá reparado en la metalectura respectiva. Digo yo.

Y dejamos para casi el final la ida de olla definitiva de DC Comics. En 1981 se estrenó la comedia "El gran héroe americano". Por si no la recuerdan o eran demasiado jóvenes: la serie en que a un profesor pringao, unos extraterrestres le regalaban un traje que le daba superpoderes, sólo para que el tipejo perdiera el manual de instrucciones (un dato para la trivia, el prota William Katt había aparecido media década antes como el galán que invitaba a la prota en la peli "Carrie"...). Volviendo a lo nuestro, los abogados de DC Comics batieron un récord de velocidad que ni los de Alyssa Milano, fíjense: ya estaban preparando la demanda cuando salió la promoción publicitaria en televisión. No importaba que fuera una comedia, no importaba que fuera una parodia. La justicia, por una vez y sin que sirva de precedente, obró con sensatez. Dijo lo obvio, que el parecido no sólo debe ser a nivel de ideas, sino también el tratamiento de las mismas, y que aunque el copyright funciona como estímulo a la creatividad concediéndole al autor la posibilidad de lucrarse con su obra, esto no significa cerrarle la creatividad a otros que puedan usar los mismos temas de maneras diferentes a la original.

Decíamos para "casi el final" porque el verdadero y triste final de este posteo... es que Jerry Siegel y Joe Shuster litigaron durante años contra DC Comics (bueno, contra el nombre que tuviera la editorial según el tiempo) para que ésta compartiera los beneficios de la franquicia de Superman con ellos como creadores. Pero la venta de los derechos había sido hecha sin condiciones, y por lo tanto, Siegel y Shuster no vieron un solo centavo durante años. Hasta que en los tiempos de la peli de "Superman", a punta de campaña negativa contra la editorial, ella se congració con los creadores y les ofreció una pensión vitalicia más beneficios médicos. Dicho de otra manera, durante años los abogados de DC Comics demandaron cuanta cosa oliera a plagio de Superman para seguir lucrándose con el personaje, mientras por otra parte no hicieron nada por ayudar económicamente a los creadores del mismo. No es que no sea legal, por supuesto, pero es otra muestrita de las fronteras siempre difusas entre el arte y el negocio...

domingo, 18 de noviembre de 2012

La generosidad de Diego de Almagro.

Es bien sabido que la construcción del Imperio Español no fue producto de ejércitos bien entrenados enviados por la corona hispánica misma a anexarse tales o cuales territorios, sino de privados que con perfecto espíritu empresarial, reclutaban lo que técnicamente eran tropas mercenarias, invirtiendo sus capitales y sus vidas por supuesto con la esperanza de que los territorios conquistados los harían señores ricos y poderosos. La corona española se limitaba a otorgar permisos y reconocer títulos que, a su vez, le habían sido validados por el Papa en el Tratado de Tordesillas de 1494 (sobre a su vez quien validaba al Papa, mejor no preguntemos por ahora). Que los españoles inventaron la externalización de servicios medio milenio antes que los neoliberales, vaya... El caso es que uno de estos capitanes fue Diego de Almagro, que fue compinche con Francisco Pizarro en la conquista del Imperio Inca en 1532. Y entonces...

En 1534, el norte de Perú había sido invadido por Pedro de Alvarado, el conquistador de Guatemala que encontraba más provechoso ir a la cacería de tesoros incaicos que permanecer en tierras mayas. Alvarado había sido repelido, pero sus tropas habían quedado varadas en Perú sin un céntimo. Diego de Almagro los acogió bajo su ala, y decidió emplear a estas tropas en la anexión de nuevos territorios: en concreto de Chile. Para que se armaran y vivieran mientras tanto, repartió con ellos una buena cantidad de sus tesoros (bueno, suyos por derecho de depredación sobre las arcas incaicas), a título de anticipo a cuenta de lo que obtendrían si lograban la anexión de Chile y apoderarse de sus riquezas. A tanto llegó su generosidad, que sólo obligó a firmar comprobantes por esos anticipos sólo a aquellos que de buena voluntad lo hicieran.

En 1535 partió finalmente la expedición de Almagro. Eligieron un camino ruinoso que implicó cruzar la cordillera de los Andes, para luego dejarse caer en la zona central de Chile. Mal negocio hicieron. Almagro y los suyos no encontraron ninguna ciudad como las que existían en el Perú, y por supuesto, nada parecido a un tesoro incaico como los de los templos peruanos. Además de eso estuvo la resistencia de los siempre sublevados indios de la región, que libres del yugo incaico, no iban a dejarse caer en un yugo diferente por supuesto. Para 1537 se habían convencido de que lo mejor era regresar. Aunque eso implicara atravesar el ardiente Desierto de Atacama, que como hoy sabemos es el más árido del mundo, pero alguna noticia de eso debían tener por sus informantes quechuas, suponemos.

Y aquí es donde viene el rasgo más asombroso de la generosidad de Diego de Almagro. Para levantar la alicaída moral de las tropas, que habían tenido algunos combates, muchas penalidades, y nada de oro, los reunió a todos y les dio un corto discurso. Y a continuación, cogió las escrituras en que estaban consignadas las deudas por cantidades fabulosas que sus hombres tenían para con él, y las fue rompiendo una por una, "porque nunca deseé dineros ni hacienda sino para darlo". Seguramente fue la mayor liberación de deudas que se vio en toda la conquista hispánica, alcanzando a varias decenas miles de pesos de oro (el peso de oro, por noticia, no es una moneda sino una medida de cantidad de oro, para que se hagan una idea). Y a continuación, volvieron al Perú, en donde Almagro encontraría su destino en una corta guerra civil contra Pizarro, después de la cual sufriría el garrote estando en prisión, para luego su cadáver ser decapitado en la plaza pública, en 1538. Francisco López de Gómara el cronista de indias comenta el gesto de manera muy dolida: "Liberalidad de príncipe más que de soldado; pero cuando murió, no hubo quien le pusiese un paño en su degolladero"...

jueves, 15 de noviembre de 2012

Para hacer florecer Pica.


Pica es una localidad ubicada al norte de Chile, en medio de la Pampa del Tamarugal. Es un oasis famoso por los limones de Pica que se utilizan para la elaboración del pisco sour chileno. De hecho, su nombre viene del quechua y significa "flor en la arena". Y como todos los recovecos de Chile, existen leyendas asociadas a su historia. La siguiente es una que recoge el insigne folclorista chileno Oreste Plath, pero no he podido cotejarla con otras fuentes, de manera que queda a medio camino entre la historia y la leyenda. El lector que sepa algún antecedente más, se agradece el aporte.

Pero al grano. En el siglo XVI, a la llegada de los españoles, Pica era otro de esos cacicazgos sometidos al Imperio Inca. Andando el tiempo, Pica caería bajo la esfera del Virreinato del Perú (Pica, al igual que todo el resto del territorio de Tarapacá, permanecería peruano hasta su conquista militar por parte de Chile durante la Guerra del Pacífico, a finales del siglo XIX). Pero por el minuto, ante la debacle del Imperio Inca, la tribu de Pica puede decirse que alcanzaron la independencia, y la defendieron con armas en la mano contra Diego de Almagro, cuando éste regresaba al Perú después de su malograda expedición por la zona central de Chile. Pero más tarde o más temprano, piquetes de españoles vinieron a establecerse a la región: dadas las circunstancias, era inevitable. Los españoles se apostaron en el vecino oasis de Matilla, con los de Pica observando con suspicacia a los recién llegados.

Uno de esos españoles, llamado Dámaso Morales, se enamoró de la hija del cacique de Pica. A éste, maldita la gracia que le hacía darle su hija a un ezpañó, así es que se fue de negativas. Pero tanto insistió el peninsular, que para sacárselo de encima, el cacique le dijo que le cedería la mano de su hija si hacía florecer el oasis entre Pica y Matilla. Hablamos de la región norte del desierto de Atacama, el más árido del mundo, así es que ya se pueden figurar más o menos lo que significaba el mensaje.

Pero nuestro recio ezpañó, haciendo honor a los machos ibéricos, no iba a dejarse por esa nadería. Había observado que los indios juntaban aguas en unas represas que llamaban cochas. Lo que hizo fue seguir las vetas de agua, y excavarlas hasta crear socavones: la ingeniería europea se anotaba un punto sobre la prehispánica aquí. Con estos trabajos, el español consiguió encauzar una mayor cantidad de agua en el valle, y hacerlo florecer. Al cacique indígena no le quedó más que cumplir su promesa, aunque claro, ahora tenía un valle lleno de vida vegetal en vez de un pedazo de desierto, así es que no se la sacó tan mal. Y de este florecer, Pica habría obtenido su nombre.

domingo, 11 de noviembre de 2012

La peregrina historia del yo-yo.

El yo-yo viene y va. No sólo porque se trate de un par de rodelas conectadas por un eje que sube y baja según se lo deje caer o se tire de la cuerda respectiva, sino también como moda y pasatiempo. Todos lo conocen como esto último, pero pocos saben que el yo-yo en realidad tiene un origen muy distinto a lo lúdico. Porque originalmente, varias culturas del mundo desarrollaron el concepto del yo-yo como arma de caza. La idea era arrojar el yo-yo a las patas de un animal para enredarlo: el animal se venía al suelo, y ahí era literalmente presa fácil del cazador de turno. El nombre del yo-yo, sin ir más lejos, viene del tagalo, el idioma hablado en Filipinas.

El yo-yo se popularizó en Europa a comienzos del siglo XIX. Por supuesto que, despojado de su carácter como arma de caza (quizás porque para la muy aristocrática caza del zorro se prefería un buen fusil con perdigones que dejaran como colador al pobre bicho), entró como juguete. Los británicos lo llamaron "bandalore", "quiz" y, en un giro lamebotístico, "el juguete del príncipe de Gales". Los franceses por su parte lo bautizaron como "incroyable" (increíble) o "l'emigrette".

En Estados Unidos, la penetración del yo-yo comenzó en la década de 1860. Sin embargo, el juguete voló la cabeza de los yankis recién en la década de 1920, cuando un inmigrante filipino llamado Pedro Flores comenzó a producirlos de manera industrial. Con buena mentalidad comercial, el yanki Donald Duncan convirtió el yo-yo en un producto registrado, y le introdujo una modificación importante: cambió el nudo fijo habitual hasta ese entonces, por un lazo corredizo que le permitió al yo-yo una mayor versatilidad.

En Chile, el yo-yo ha tenido popularidad por épocas. A inicios del siglo XX fue un juguete relativamente popular, pero después se desvaneció en el olvido. Por alguna razón, volvió por sus fueros a finales de la década de 1980, aunque dicha moda resultó efímera y el yo-yo volvió a perderse en los meandros de la historia. Eso, hasta que a alguien se le ocurra volver a sacarlo del desván y volverlo a poner en circulación...

jueves, 8 de noviembre de 2012

El origen del trompo.


El trompo o peonza es sin lugar a dudas uno de los juegos infantiles más tradicionales alrededor del mundo. Y por tradicionales quiero decir amenazado por esta modernidad en la que los críos no abandonan la consola ni para ir al baño. Pero antes de que aparecieran las consolas, cuya electricidad la transporta el demonio, el trompo era uno de los pasatiempos favoritos de los niños. El trompo consiste en un cono de madera dura rematado con una púa. Al trompo se le enrolla un cordel, y luego se lanza reteniendo el cordel: al distenderse, el cordel se desenrolla y le confiere giro al trompo, el cual si cae de manera adecuada sobre el suelo, quedará girando y bailando sobre su púa. Sólo por si alguien ya no se acuerda de cómo eran.

El trompo dio origen por supuesto a algunos dichos populares, hoy en día tan en desuso como el trompo mismo. Decirle a alguien que se agarre trompo en la uña significaba darle ánimos para aguantar una situación difícil. Ser el trompo de ñiques significaba ser el blanco de todos los tiros: el ñique en efecto es un juego en que se arroja un trompo contra otro para que la púa del primero raye, astille o derechamente haga trizas a la pobre víctima (otra prueba más de que los niños suelen estar más cerca de la malignidad que de la inocencia). Y cuando hay un cargo disponible y muchos tiburones dispuestos a saltar sobre él, se solía decir que había muchas cuerdas para un mismo trompo.

Menos conocido es el hecho de que el trompo deriva de una invención para obtener fuego. Parece ser que los primeros trompos eran parte integral de un mecanismo más grande. Al usarse el mismo, la púa de madera giraba a velocidad endemoniada contra una tabla o un pedazo de leño, y de la fricción nacía el fuego. Al separarse dicha pieza, podía utilizarse para jugar. Muchos eruditos latinos nos han dejado testimonio del trompo, tal y como Persio Flaco Aulio, Catón el Viejo, Ovidio y Virgilio. En las ruinas de Pompeya, por su parte, se han reportado trompos de barro. Uno podrá preguntarse qué tan resistentes podrán haber sido, confeccionado con ese material, pero en fin...

domingo, 4 de noviembre de 2012

Para elevar los moais.


Uno de los grandes misterios arqueológicos de todos los tiempos es el problema de cómo se irguieron los moais de Isla de Pascua. Dicho pedazo de tierra tiene el récord de ser el más aislado del mundo, a más de 2000 kilómetros del pedazo de tierra más cercano, y por lo tanto su civilización parece haberse visto en la precisión de desarrollar sus técnicas de ingeniería por sí sola, sin ayuda científica o logística del exterior. Es decir, que para levantarlo contaban sólo con la técnica de una civilización brutalmente aislada, más los materiales que buenamente pudieran encontrar en una isla de un tamaño raquítico, cuyos 163 kilómetros cuadrados además han sido brutalmente deforestados, suponemos que por la mano del hombre (o de alguna bestia introducida por el hombre, como se ha postulado recientemente). Aún así, los pascuenses se las arreglaron para erigir cerca de un millar de esas estatuas, cuyo peso puede alcanzar hasta las ochenta toneladas. ¿Cómo lo hicieron?

Thor Heyerdahl hizo un experimento al respecto en 1955. El y 180 ayudantes amarraron un tronco a un moai de cuatro metros y diez toneladas, y lo arrastraron. El comentario de un nativo: "Está completamente equivocado, señor". En 1970, William Mulloy especuló que los pascuenses habían construido armazones con forma de V invertida, basculándolo para hacerlo moverse por pasos. En 1986, el ingeniero checo Pavel Pavel utilizaron movimientos de torsión, girando un moai de cuatro metros un poco sobre su izquierda, luego sobre su derecha, luego sobre su izquierda, un poco como un tipo caminando con una bota de yeso. Lo único que consiguieron fue dañar la base del moai: obviamente, la solución no iba por ahí. Al año siguiente, un tipo con un nombre tan cool como Charles Love izó una réplica de cuatro metros y nueve toneladas, situándola verticalmente sobre un trineo de madera deslizado sobre rodillos. Consiguieron un avance de 45 metros en dos minutos. En 1998, Jo Anne Van Tilburg acostó una réplica de cuatro metros y diez toneladas sobre un trineo de madera: 40 voluntarios la arrastraron sobre una "escalera" de madera.

El último experimento a la fecha de escribir esto fue en 2011. Terry Hunt y Carl Lipo volvieron a la teoría de hacer caminar al moai con balanceos. Esto, siguiendo la vieja sabiduría popular pascuense de que antaño, según las leyendas, las estatuas "caminaban". Esta vez perfeccionaron el método, utilizando una base para proteger al moai. Además, utilizaron tres cuerdas manejadas por tres equipos de personas: dos de ellas a cada lado para controlar el balanceo, y una tercera desde atrás para mantener el moai estabilizado (así, los otros dos pueden tirar hacia adelante sin que se vaya de bruces al suelo).

Por último, ¿qué tanto contribuyeron los moais a destruir el equilibrio ecológico de Isla de Pascua? Jared Diamond en su libro "Colapso" está convencido de que mucho: los toromiros habrían sido talados para fabricar trineos con los cuales transportar los moais. Pero si Hunt y Lippo tienen razón, entonces la madera utilizada para ello habría sido mínima: habrían bastado con algunas cuerdas y unos pocos hombres por cada moai. El debate, como de costumbre, sigue abierto.

jueves, 1 de noviembre de 2012

La leyenda de los Aku-Aku.

El moai, como gran y prototípico ejemplo de arte pascuense, ha ensombrecido en la fama popular a otra significativa muestra del arte de Isla de Pascua. Ellos son los aku-aku. Estas estatuas representan criaturas antropomórficas algo cabezonas, y con los huesos del costillar a flor de piel, con las carnes hundidas y muy poco saludables: como una modelo anoréxica de Victoria's Secret, para que nos entendamos. Y por supuesto, porque los antiguos tenían que inventarse un mito para todo, el Aku-Aku tiene su propia tradición.

Resulta que, según dice la leyenda, unos diablos en Isla de Pascua decidieron sacarse la ropa para dormitar una siesta. En mala hora. Porque un mocetón pasó por ahí y descubrió a los demonios dormitando. En particular le llamó la atención que sus cuerpos no tenían carne, y se les podían contar las costillas. Pero otro demonio que andaba por ahí se puso a gritar y alertó a sus compañeros idiotas que se habían quedado dormidos de manera tan idiota y en un lugar tan idiota. Entre todos los demonios cercaron al joven, y lo intimidaron para que no hablara. Tenían miedo, por supuesto, de que cuando se supiera lo raquítico de su contextura, los isleños les perdieran el respeto. En concreto, los demonios le dijeron al mozalbete que fuera despidiéndose de la vida si es que se iba de lengua. Ante tanto talento negociador, el mozalbete accedió.

Pero los demonios no eran tontos, y sabían que apenas le quitaran la vista de encima, el chico podía terminar hablando igual. De manera que lo siguieron a escondidas. Pero en un caso de yo sé que tú sabes que yo sé, el mozo no dijo una sola palabra. Nada de nada. Nope. Niente. Al cabo de un tiempo, los demonios se aburrieron, dieron por sentado que el joven iba a guardar el secreto, y se marcharon a cualquiera sean los asuntos que ocupen a un demonio en la Isla de Pascua anterior al Cristianismo. Pero el individuo éste no tenía manera de saber si la vigilancia se había acabado, o si acaso los demonios estaban tomando turnos, ¿no? De manera que siguió sin hablar, pero recurrió a un lenguaje en código: agarró un pedazo de toromiro, y sobre esta madera talló la figurilla que recordaba en la memoria, un hombrecillo desgarbado, feo y con las costillas al aire. Acababa de nacer el primer aku-aku. De lo que se deduce que los isleños eran unos genios, porque adivinaron el significado del aku-aku enseguida: ¿de qué otra manera podríamos conocer la historia si el único testigo de la misma nunca habló...?

Volviendo al ámbito más prosaico de la realidad histórica, el historiador Jared Diamond en su libro "Colapso" ofrece una explicación alternativa más siniestra para los aku-aku. Según la teoría prevaleciente sobre el pasado de Isla de Pascua, su civilización habría colapsado víctima de una sangrienta guerra civil provocada por la superpoblación y la escasez de recursos agrarios. Al final, el resultado habría sido incluso el canibalismo. Los aku-aku habrían sido así un retrato fiel de la angustia suprema vivida por los pascuenses en el ocaso de su civilización. Aunque claro, cuesta imaginarse a un artista de la talla preocupándose por tallar un pedazo de madera en vez de, digamos, buscar ratas o algún otro bicho para echarse a la boca. Como de costumbre, la verdad sobre este aspecto de la cultura de Isla de Pascua sigue sumida en el más penetrante de los misterios.

domingo, 28 de octubre de 2012

Cuando Rusia vendió buques de guerra a España.


¿Rusia vendiéndole buques de guerra a España? Sí, sí sucedió... Esta es otra de esas extrañas y pintorescas anécdotas relativas a la geopolítica de Europa. Volvamos en el tiempo al año 1817. Napoleón Bonaparte había sido derrotado en toda regla, y los diplomáticos europeos se habían repartido el continente como pedazos de tarta en el Congreso de Viena de dos años antes. De dicho Congreso salió la Santa Alianza, la liga de monarquías europeas (que no de naciones: los de la Santa eran cualquier cosa menos demócratas, por el contrario eran absolutistas de viejo cuño y terror sagrado a tope) que se comprometía a defenderse mutuamente de esos asquerosos inútiles subversivos que amenazaban con traer el gobierno del populacho indecente a nuestras buenas y santas naciones, trastocando nuestro buen y pacífico orden interno otorgado nada menos que por la Voluntad de Dios, etcétera. Es en este clima que se suscitó nuestra historia.

España, ni qué decirlo, estaba en un estado lastimoso. Había librado una guerra de seis años contra el invasor francés, y aunque habían conseguido que los napoleónicos salieran por pies, en el camino había quedado devastado el país, arruinada la industria, desangrado el tesoro público, y exiliado Francisco de Goya para colmo de males. La escuadra que según un informe de 1796 había alcanzado a las 198 naves, se había resentido sobremanera, por supuesto, en parte por la lucha de las naves contra la superior armada inglesa, y en parte porque en estado de guerra apenas había tiempo o recursos para mantener las naves a flote, o reemplazar las bajas echadas a pique. Y en estas críticas circunstancias, España todavía tenía la misión de salvar su imperio latinoamericano, que ardía en rebeliones desde México hasta Chile. Es en estas circunstancias que los rusos le echaron un cable a los españoles, en concreto a través del embajador Tattischef, lo que se concretó en la adquisición de once naves de guerra que, según el inventario, estaban nuevas y en perfectas condiciones. La negociación fue llevada a cabo por correspondencia de alto nivel entre Fernando VII de España y Alejandro I de Rusia. De tan alto nivel, en efecto, que los últimos en enterarse fueron las buenas gentes del ministerio de marina. La operación fue financiada sacándole una tajada a la indemnización que los ingleses le pagaron a los españoles a cambio de la abolición del comercio de esclavos y el reconocimiento a que las naves españoles se dejaran registrar para el efecto.

Las primeras señales de alarma estallaron cuando las naves recalaron en Londres. La prensa inglesa no tardó en informar que las naves rusas eran básicamente inservibles. Al arribar las naves a Cádiz, comenzó la rumorología en idéntico sentido, pero la Gaceta de Madrid publicó el 28 de febrero de 1818 que las naves estaban en óptimas condiciones y listas para operar, y punto final. El problema es que al momento de la verdad, el grueso de las naves rusas no pudieron siquiera salir de Cádiz, o las que lo consiguieron, regresaron a poco con enormes averías. Al último los españoles se rindieron, y en los años subsiguientes hasta 1823, todas estas naves (bueno, las que seguían en poder de los españoles, como veremos), acabaron desguazadas.

Solamente una de estas naves consiguió la hazaña de llegar hasta el Océano Pacífico. Se trataba de una fragata construida en San Petersburgo en 1813 y llamada Patricio, antes de que en Cádiz fuera rebautizada como Reina María Isabel, en homenaje a la segunda esposa de Fernando VII, doña María Isabel de Portugal, la que incidentalmente, como si una maldición persiguiera a las naves rusas, fallecería a los veintiún años el 26 de Diciembre de 1818, en la entonces riesgosa labor de dar a luz. Para esas fechas, la fragata que homenajeaba a la reina ya no era parte de la escuadra española: en el mes de Octubre anterior se había engarzado en lucha con la entonces todavía novel escuadra chilena, había acabado capturada por los chilenos, rebautizada como "O'Higgins", y peor aún, había sido utilizada en batalla contra otras naves españolas... Por si alguien quiere seguir la cansina historia, en 1826 esta fragata fue vendida al que iba a ser su cuarto dueño, Argentina, pero en ruta hacia Buenos Aires, en el Cabo de Hornos, terminó por irse a pique y descansar en definitiva de su ajetreada historia...

jueves, 25 de octubre de 2012

Una resolución jocosa de un militar español.


Hace su tiempo atrás acá en Siglos Curiosos nos referimos a Mariano Osorio, el penúltimo gobernador español de Chile, quien ejerció entre 1814 y 1815, y su peculiar estilo para redactar resoluciones administrativas. Pero el historiador decimonónico chileno Diego Barros Arana se las arregla para recordar al respecto a un español llamado Tomás de Morla. No sólo Morla y Osorio eran ambos andaluces de terruño y militares de profesión, sino que además, Mariano Osorio había sido discípulo de Tomás de Morla en la Escuela de Artillería de Segovia. Sin embargo, la hoja de servicios de ambos resulta divergente desde la invasión napoleónica. Mientras que Osorio se unió a los patriotas que lucharon por expulsar al invasor francés, y después emprendió acciones militares en Latinoamérica al servicio de la Reconquista española, Tomás de Morla defeccionó del bando español y pasó a servir a los franceses.

Digamos también de paso, para terminar de perfilar a nuestro personaje, que Morla dejó para la posteridad un tratado sobre artillería en tres tomos, más un tomo adicional de láminas.

Pero no es por eso que traemos a colación a don Tomás de Morla, sino por una resolución que rescata Diego Barros Arana, en la que también se expresa en verso... Citando a otro historiador, Barros Arana dice que Morla era "bufón a veces en sus providencias". Y menciona como ejemplo la queja de un vecino de Sevilla, sobre que una academia de baile le resultaba molesta. La respuesta de Morla:

"Siga la danza
Baile el danzante,
Y tenga paciencia el suplicante. Morla"...

domingo, 21 de octubre de 2012

La supertormenta solar de 1859.



Quizás no sea la mayor supertormenta solar de todas, pero sí fue la mayor de cuantas han registrado los astrónomos. Ocurrió en 1859, y ocasionó más de algún serio trastorno en la superficie terrestre, incluso en la vida civilizada. Todo comenzó con una explosión que liberó una gran cantidad de material de la corona solar, la capa superior del Sol, hacia el espacio exterior, esto el 26 de Agosto. El impacto de dicha oleada fue el 28 de Agosto, provocando la visión de una serie de auroras boreales, ya no tan boreales como de costumbre, como que fueron vistas incluso tan al sur como en las cercanías de Cuba... Fueron tan brillantes, que hubo campistas en las Montañas Rocosas que confundieron la aurora boreal con el amanecer, y se levantaron para preparar el desayuno. Otras personas pensaron que había incendios en sus respectivas ciudades. Hasta ahí, lo normal cuando el Sol se pone caprichosito: ahora es donde viene realmente lo bueno.

El Jueves 1 de Septiembre, Richard Carrington, un productor de cerveza que dedicaba las horas muertas a su afición personal que era la Astronomía, se encontraba estudiando el Sol. Para ello poseía un observatorio privado, con un telescopio gracias al cual podía proyectar al Sol como una imagen de 28 centímetros sobre una pantalla. De pronto, trabajando en esto, descubrió la aparición de dos manchas de luz blanca y muy brillante. Al mismo tiempo, los magnetómetros del Observatorio Kew en Londres saltaron como locos. Lo que estaban observando, era el estallido de una SEGUNDA oleada de material procedente desde la corona solar.

Como la primera oleada había arrasado todos los residuos de plasma o viento solar a su paso hacia la Tierra, la segunda oleada sin nada que la frenara o debilitara llegó en apenas 17 horas, además de hacerlo con casi toda su potencia. El segundo impacto ocasionó auroras boreales incluso más potentes, que fueron vistas... ¡en Venezuela! El golpe de la tormenta solar contra el campo magnético de la Tierra rebajó la magnetósfera desde los 60.000 kilómetros a apenas 7.000. Por tanto, muchas más partículas eléctricamente cargadas alcanzaron la superficie. Lo que sobrecargó la atmósfera de electricidad, hasta el punto de colapsar las líneas telegráficas en algunos lugares. En otros, los telegrafistas descubrieron que podían desconectar las baterías y seguir trabajando... Un telegrafista de Boston envió un telegrama a Portland, en Maine: "¿Cómo están recibiendo mi mensaje?". La respuesta: "Mucho mejor que cuando funcionaban las baterías"...

La vida en la Tierra no sufrió mayormente, por supuesto. En realidad, el campo magnético de la Tierra es un escudo más fuerte de lo que las pelis catastrofistas del Sci-Fi Channel quisiera hacernos creer. Pero hoy en día, una sobrecarga generalizada de electricidad en la atmósfera como la que la Tierra sufrió en 1859, resultaría fatal para nuestras redes computacionales. No ha vuelto a haber una supertormenta como aquélla, pero si llegara a producirse una de esa escala (y, tratándose del malhumorado astro rey, más tarde o más temprano HABRÁ una), no se encontrará con redes telegráficas sino con Internet, lo que podría arrojar a buenas porciones de la civilización de regreso a la Edad Media, en lo que a tecnología se refiere a lo menos. Por otra parte, la saturación de partículas solares en la órbita terrestre frena también a los satélites, sacándolos de trayectoria: en el peak de una tormenta solar, un objeto tan masivo como la Estación Espacial Internacional puede perder 300 metros de altura al día. La civilización podría sufrir un apagón que por supuesto no será definitivo, pero que ocasionará unos buenos trastos rotos. ¿Qué tanto? Un informe de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos cifró el eventual impacto económico de una catástrofe de esas características, en el equivalente a veinte huracanes Katrina. Para temblar.

jueves, 18 de octubre de 2012

La evolución de las manos.


No suele pasar que los grandes hombres acierten en todo. El escocés Charles Bell (1774-1842) fue uno de los más eminentes cirujanos de su tiempo, y sin embargo, fue un convencido antievolucionista (aunque "El origen de las especies" de Charles Darwin fue publicado 17 años después de su muerte, debemos recordar que la idea de evolución ya planeaba sobre el mundo científico, e incluso su contemporáneo Erasmus Darwin había propuesto una teoría evolutiva). En 1833, Charles Bell publicó un libro llamado "The Hand: Its Mechanism and Vital Endowments", un completo tratado sobre la anatomía y funcionamiento de la mano humana. Una de las metas de Charles Bell era probar que la anatomía de la mano era tan compleja, y su funcionamiento tan delicado, que era imposible postular que algo tan fino y elegante podía ser producido por la burda y sórdida evolución en vez de, digamos, la obra de un Creador Todopoderoso. Bell escribió sobre la mano "(...) ofrece la última y mejor prueba de ese principio de adaptación, que manifiesta un diseño en la creación".

Irónicamente, la mano en el Reino Animal es una prueba bastante firme de la evolución. Charles Darwin la usó a destajo en su "La evolución de las especies", publicada en 1859. Darwin escribió: "¿Qué puede haber más curioso que la mano del hombre, hecha para sujetar, la del topo, hecha para escarbar, la pata del caballo, la aleta de la marsopa y el ala del murciélago, todas estén formadas conforme a un mismo diseño?". La respuesta más sencilla es: todos heredamos una mano de cinco dedos a partir de un ancestro común. En algunos casos, ciertos dedos se han atrofiado, como en el caso de los caballos, aunque huesos vestigiales de dichos dedos aún subsisten. O bien se han transformado en alas en el caso de los murciélagos (técnicamente, membranas interdigitales) o aletas.

Se sospecha que la evolución de la mano principió hace unos 380 millones de años, alguna decena de millones de años de más o de menos. El creador de la mano aparentemente no fue Dios, sino una especie prehistórica de dipnoo, los llamados peces pulmonados (sí, existen, son peces con pulmones que pueden salir medio caminando y medio arrastrándose a tierra firme, y sobreviven seis especies en el mundo). En el dipnoo, las aletas evolucionaron y se robustecieron para poder arrastrar el cuerpo por tierra firme. Parece ser que los dedos fueron un desarrollo posterior, una adaptación evolutiva que favoreció a dichas criaturas agarrarse y trepar la vegetación submarina.

Los primeros diseños de manos tenían una cantidad anárquica de dedos. Han aparecido fósiles con siete u ocho dedos. Andando el tiempo, dichos desarrollos parecen haber quedado abortados, en beneficio de alguna criaturilla de cinco dedos que colonizó la tierra firme, y se transformó en el ancestro de todos los vertebrados terrestres (y de algunos que después regresaron al agua, como el caso de los cetaceos). En la anatomía de todos ellos existen siempre cinco dedos, salvo mutaciones esporádicas como la polidactilia. O vestigios de ellos, a lo menos.

Seguidores

Busca temas históricos en Siglos Curiosos

Absolutismo (4) Administración Política (14) Africa (14) Alemania (16) Alimentación (13) América Colonial (6) América Independiente (1) América Precolombina (9) Animales (15) Antártica (1) Anticipación del Futuro (15) Argentina (2) Arqueología (11) Arquitectura (13) Arquitectura y Urbanismo (7) Astrología (4) Astronomía (28) Australasia (4) Australia (1) Austria (2) Automóviles (1) Aviación (2) Biblia (27) Bibliotecas (1) Biología (9) Bolivia (1) Botánica (1) Brujería (1) Bulgaria (1) Caballería (2) Calendarios (7) Caricaturas y Cómics (4) Celebraciones (1) Chile (97) China (9) Ciencia Ficción (12) Cine (42) Civilización Andina (5) Civilización Arábiga (1) Colombia (1) Colonizaciones (2) Comunicaciones (3) Construcciones (1) Cosmovisiones (3) Crímenes y Criminales (27) Cristianismo (20) Cristianismo y Cristianos (9) Croacia (1) Década de 1900 (13) Década de 1910 (17) Década de 1920 (8) Década de 1930 (15) Década de 1940 (20) Década de 1950 (12) Década de 1960 (7) Década de 1970 (12) Década de 1980 (18) Década de 1990 (11) Década de 2000 (24) Década de 2010 (13) Delfines y Ballenas (1) Democracia (17) Demografía (2) Deportes (7) Derechos de Autor (4) Diplomacia (3) Discriminación (1) Drogas (1) Economía (19) Edad Media (20) Educación (3) Egipto (2) Egipto Antiguo (12) Electrónica (1) Enfermedades Mentales (6) Eras Geológicas (6) Errores Científicos (5) Erupciones Volcánicas (2) Escandinavia (1) Esclavitud (4) Escultura (10) Esoterismo y Ocultismo (6) España (22) Espionaje (1) Espiritismo (1) Estados Unidos (39) Etimología (55) Europeocentrismo (3) Evolucionismo (8) Existencia de Dios (7) Expresiones (24) Fanatismo Religioso (3) Feminismo (3) Filosofía (23) Física (2) Francia (37) Frases para el Bronce (15) Fraternidad Universal (8) Fútbol (1) Gatos (6) Genética (7) Genocidios (1) Geografía (7) Geología (9) Grecia (1) Grecia Arcaica (8) Grecia Clásica (18) Grecia Helenística (6) Grecia Medieval (1) Guerra (9) Guerra Antigua (6) Guerra Medieval (10) Guerra Moderna (7) Guerra Naval (4) Guerra Reciente (7) Hebreos (3) Heroísmo (2) Historia Alternativa (4) Historiadores (13) Historieta y Cómic (7) Holanda (2) Humanismo (1) Idioma Castellano (2) Idioma Griego (9) Idioma Inglés (2) Idioma Latín (7) Idioma Sánscrito (1) Idiomas Artificiales (1) Iglesia Católica (8) Ilustración (2) Imperio Bizantino (12) Imperio Británico (2) Imperio Español (17) Imperio Inca (1) Imperio Napoleónico (6) Imperio Otomano (4) Imperio Persa (2) Incompetencia Militar (14) India (17) Informática (6) Ingeniería (7) Inglaterra (53) Intrigas (9) Islam (10) Italia (22) Japón (20) Joyas (2) Judaísmo (16) Judaísmo y Judíos (10) Juegos y Pasatiempos (4) Juicios (21) Leyenda Negra (2) Leyendas (7) Leyes (20) Libertad de Expresión (8) Libertad de Religión (4) Lingüística (1) Listas de Gobernantes (2) Literatura (50) Mar Mediterráneo (2) Más Allá (3) Matemáticas (16) Matrimonio (7) Medicina (15) Medio Oriente (6) Mesianismo (6) Mesoamérica (11) Mesopotamia (3) México (2) Minería (4) Mitología Latinoamericana (2) Mitos de la Creación (5) Moda (2) Monarquía (26) Mongoles (4) Monumentos (1) Muertes Remarcables (10) Mujeres (30) Mundo Bíblico (12) Música (10) Música Popular (6) Música Selecta (5) Nacionalismo (4) Navegación (23) Negociados (2) New Age (1) Occidentalización (1) Océano Atlántico (5) Oceanografía (2) Origen de la Humanidad (2) Paleolítico (1) Paleontología (11) Palestina (4) Periodismo (2) Persia (3) Personajes (43) Perú (1) Pintura (9) Polinesia (2) Premio Nobel (4) Primera Guerra Mundial (6) Profetas (5) Propaganda (3) Pueblos del Antiguo Testamento (4) Pueblos y Tribus (9) Química (4) Racismo (7) Radiodifusión (1) Regiones Geográficas (5) Reinos Helenísticos (1) Religión Grecorromana (9) Religiones Antiguas (3) Renacimiento (14) Robótica (2) Roma Antigua (42) Romanticismo (1) Rusia (12) Sacerdotes (1) Sacro Imperio Romano Germánico (2) Satanismo (5) Segunda Guerra Mundial (6) Sexismo (7) Sexualidad (20) Siglo 05 (1) Siglo 11 (1) Siglo 14 (1) Siglo 15 (2) Siglo 16 (6) Siglo 17 (32) Siglo 18 (26) Siglo 19 (56) Siglo 20 (24) Siglo 21 (1) Sincretismo Religioso (2) Sudáfrica (1) Suiza (2) Supersticiones (1) Teatro (5) Tecnología Militar (7) Tecnología Nuclear (3) Televisión (5) Teología Cristiana (5) Terremotos (9) Tíbet (1) Universidades (3) Urbanismo (14) Vampiros (3) Vestimenta (4) Viajes y Viajeros (13) Zoología (9)