Como en la Edad Media, la primera región europea en inventar de nuevo el comercio fue Italia, varios términos e invenciones comerciales proceden de allá. Entre ellos está la etimología de la palabra "banco".
Los primeros bancos italianos eran precisamente eso, bancos o mesas que se instalaban en las plazas de las ciudades, muchas veces frente a la catedral. De ahí que se habla también de "la banca", porque claro, los bancos de mesas también pueden ser "bancas". Los primeros banqueros eran avispados burgueses que se instalaban en sus bancos para captar dinero de la gente, a cambio de un boleto o billete en el cual el banquero reconocía su deuda. Estos fueron los primeros "billetes de banco", y debido a que eran "al portador", podían transferirse de mano en mano, por lo que se transformaron en una forma de dinero. En la actualidad, los billetes de banco son emitidos por un banco especial, el Banco Central de cada país, pero en esos tiempos de rudimentaria actividad bancaria, cada banco emitía los suyos. Claro que si un banco no tenía suficiente respaldo, el valor de sus billetes se iba a pique, y ya se imaginan ustedes la que se armaba entonces...
Cuando esto ocurría (que un banco no podía responder a sus obligaciones), estos primeros banqueros tenían que manifestarlo públicamente de una manera muy gráfica, para que todos se enteraran: agarraban a hachazos la banca en que habían estado efectuando sus operaciones y romperla. De ahí que el cese de operaciones financieras haya pasado a ser la "bancarrota" (banca rota a hachazos, se entiende), tanto en italiano como en español.
Los primeros bancos italianos eran precisamente eso, bancos o mesas que se instalaban en las plazas de las ciudades, muchas veces frente a la catedral. De ahí que se habla también de "la banca", porque claro, los bancos de mesas también pueden ser "bancas". Los primeros banqueros eran avispados burgueses que se instalaban en sus bancos para captar dinero de la gente, a cambio de un boleto o billete en el cual el banquero reconocía su deuda. Estos fueron los primeros "billetes de banco", y debido a que eran "al portador", podían transferirse de mano en mano, por lo que se transformaron en una forma de dinero. En la actualidad, los billetes de banco son emitidos por un banco especial, el Banco Central de cada país, pero en esos tiempos de rudimentaria actividad bancaria, cada banco emitía los suyos. Claro que si un banco no tenía suficiente respaldo, el valor de sus billetes se iba a pique, y ya se imaginan ustedes la que se armaba entonces...
Cuando esto ocurría (que un banco no podía responder a sus obligaciones), estos primeros banqueros tenían que manifestarlo públicamente de una manera muy gráfica, para que todos se enteraran: agarraban a hachazos la banca en que habían estado efectuando sus operaciones y romperla. De ahí que el cese de operaciones financieras haya pasado a ser la "bancarrota" (banca rota a hachazos, se entiende), tanto en italiano como en español.