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jueves, 20 de septiembre de 2012

Códigos de los patriotas de Chile.


Entre 1814 en que la expedición del general español Mariano Osorio derrotó a los patriotas chilenos, y 1817 en que el Ejército de Los Andes derrotó al gobierno realista en la Batalla de Chacabuco, un rol esencial en la lucha por la independencia fue jugado por los guerrilleros. Estos fueron la resistencia contra las exacciones de los realistas en contra de los patriotas, y ayudaron a voltear los ánimos de los indecisos hacia la causa patriota, la que durante la llamada Patria Vieja (1810-1814) nunca había sido excesivamente popular más allá de los círculos santiaguinos. El más popular de estos guerrilleros e insurgentes fue Manuel Rodríguez, pero no fue de ninguna manera el único, aunque el más legendario debido a sus métodos.

Pero no hablaremos de éste ahora, sino de los peculiares códigos empleados por los guerrilleros. Parte importante de los guerrilleros era dar golpes selectos en contra de las fuerzas realistas para demostrar que eran gigantes con pies de barro, pero otra parte era propagar noticias favorables a los patriotas, para saltarse los medios de comunicación oficiales del gobierno, en particular un diario santiaguino llamado la Gaceta del Gobierno, fundado por Mariano Osorio durante su período como gobernador (1814-1815). Para esto, los guerrilleros debieron construirse una red de comunicaciones a prueba de realistas. Y eso implicaba, por supuesto, encriptar las comunicaciones. Algo que no podía hacerse de manera demasiado compleja debido a que muchos guerrilleros eran bandidos reclutados para la causa, y por lo tanto apenas manejaban las primeras letras, menos iba a pedírseles que retuvieran códigos criptográficos en la cabeza. Los códigos a utilizar debían ser entonces sencillos.

La solución a la que recurrieron estos guerrilleros fue sencilla. Simplemente, utilizaron palabras claves. De esta manera, quien leyera el mensaje y no estuviera en el secreto, vería solo un texto de interpretación algo rara, pero por otra parte nada que pudiera resultar incriminatorio para el portador. Así, "lluvias" significaba expedición, mientras que "nueces" se refería a soldados de infantería, "pasas" a soldados de caballería, y "uvas", soldados de artillería. "Higos" y "papas" eran victorias peruanas y derrotas españolas, respectivamente. Mientras que "tabaco" significaba eventual protección de ingleses. Sólo cabe preguntarse el cacao que sería cada mensaje al mezclar todos estos elementos... Los códigos parecen haber funcionado bien, empero, y de hecho sólo llegaron a ser descubiertos en años bastante posteriores a la Independencia, gracias al rescate de la correspondencia de gentes involucradas en el ajo, tanto en Cuyo desde donde el general San Martín aprestaba el ejército patriota para el cruce de Los Andes, como en las haciendas mismas de Chile.

2 comentarios:

  1. Lo de Manuel Rodríguez siempre ha sido objeto de controversia. Muchos historiadores aseveran que varias de las hazañas que se le atribuyen en realidad fueron llevadas a cabo por otros guerrilleros.

    Una pregunta: ¿Paula Jaraquemada también fue guerrillera?

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  2. Lo de Manuel Rodríguez no pertenece a la historia de los documentos oficiales que se pueden leer en archivos gubernamentales u oficinas parroquiales, sino a la leyenda que ha sido recogida por aquí y por allá por otros historiadores interesados en la cultura popular. Es posible en efecto que por motivos de economía narrativa, muchas anécdotas de varios guerrilleros hayan confluido en él. Por otra parte Manuel Rodríguez fue el más destacado de los guerrilleros porque además de serlo, dio el salto a la arena política, cuando fue Director Supremo de Chile después de Cancha Rayada (claro, al día siguiente se supo que O'Higgins estaba vivo y lo echaron a patadas del puesto), además de casi promover un golpe de estado cuando llegaron las nuevas del fusilamiento de los hermanos Carrera en Mendoza en 1818. Nada de raro que O'Higgins, o la Logia Lautaro, o ambos, hayan querido quitárselo del medio...

    Lo de Paula Jaraquemada cuenta como one hit wonder, cuando ante un piquete de realistas que querían registrar su casa (y vaya uno a saber qué más, si hablamos de una época anterior a los derechos humanos por supuesto) volcó un brasero para mostrar su decisión. O sea, guerrillera en sí no fue, salvo que contemos como actividad guerrillera el dar apoyo logístico a los mismos. Ignoro quién registró la anécdota, pero según parece ser, un pequeño de nueve años llamado Manuel Montt fue testigo, y ya sabemos que ese Manuelito a la vuelta de unos añitos llegaría a Presi de Chile...

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