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domingo, 1 de mayo de 2011

La terremoteada historia de Bernardita Yamaguchi.


Si se vive en un país como Chile, que está instalado a horcajadas de la línea de choque de dos placas tectónicas, debes estar preparado para que en cualquier minuto el suelo te haga una broma pesada. Si vives en un país como Japón, sucede lo mismo. Y si además te toca viajar entre un país y otro... puede que te pase como a Bernardita Yamaguchi, que tuvo que bancarse dos de los terremotos Top Ten de la Historia desde que existe registro científico en 1900. Acá en Siglos Curiosos rescatamos la historia desde un artículo publicado en el diario La Tercera del 20 de marzo de 2011.

Bernardita Berríos nació en Santiago de Chile, pero enamorada y después casada con un japonés llamado Tosaku Yamaguchi, tomó su apellido y se fue a vivir a Japón, en los años '80s. De esta manera capeó el terremoto que azotó a Chile en 1985. Un día, estando ella con una severa gripe, comenzó a temblar. El marido empezó a apremiarla para que saliera de la cama y la habitación en el segundo piso, pero ella, enferma y con una temperatura de cero grados en el exterior, se negó. ¿Dónde y cuándo fue esto? Pues en el terremoto de Kobe del 27 de enero de 1995, que se cobró más de 6000 víctimas, dejó unos 300.000 damnificados (ninguno de ellos nuestra pareja protagónica), y convirtió la infraestructura vial en esto.

Pero lo anterior fue sólo el prólogo. Muchos años después, a comienzos del 2010, ella regresó a Chile sin su marido. Su padre había fallecido en noviembre, su madre estaba en una casa de reposo en Ñuñoa, y Bernardita decidió cuidarla unas semanas mientras su hermana se iba de vacaciones. Tenía pasajes para regresar a Japón el 27 de febrero... pero la porfiada naturaleza, la madrugada precisamente de ese día, hizo lo suyo. Los objetos en el interior de la casa empezaron a derrumbarse frente a un terremoto que con sus 8,8 grados en el epicentro, iba a catapultarse instantáneamente al séptimo lugar de los más violentos terremotos registrados desde 1900 en adelante. Además de evidenciar las falencias de la construcción en Chile, poner en aprietos a los viñateros chilenos, y proporcionar una réplica que aguó el cambio de mando de Sebastián Piñera.

Volviendo a la historia de Bernardita Yamaguchi: ella regresó a Japón. A Kobe. Ciudad que está a unas cuatro horas de Fukushima, vayan sacando cuentas. Pasó más o menos un año. Estaba ella trabajando en su oficina, cuando de pronto viene el terremoto. Pero empezó a tomar recién el peso a la situación cuando recibió una llamada telefónica de un sobrino desde Nueva Zelanda, porque allá también el suelo se había movido... Al menos, en esta pasada no le tocó lidiar con el maremoto que azotó a las costas de Japón. Aunque el terremoto fue otro Top Ten como el que había vivido un año antes en Chile, tanto que ese séptimo lugar pasó al octavo: el nuevo terremoto se empinó al quinto. ¿Y ella?: "No puedo creer que pasen estas cosas. Los orientales dicen que son de la naturaleza, que nadie lo puede controlar y dicen, ¡qué se le va a hacer!"...

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