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jueves, 12 de mayo de 2011

Compre usted su Legión de Honor.



La Legión de Honor es probablemente una de las más preciadas condecoraciones del mundo, inflada de paso por ese sentido de la pomposidad que sólo los franceses parecen ser capaces de conseguir. Su lema "Honneur et Patrie" ("Honor y Patria") recuerda subliminalmente que la Legión de Honor fue creada por Napoleón Bonaparte no para recompensar a la nobleza, sino como una condecoración democrática que pudiera en principio dársele a todo el mundo en premio a sus méritos. Por ello, el escándalo del tráfico de esta condecoración a finales del siglo XIX conmocionó tanto a una sociedad francesa tan dada a dar una imagen autosuficiente y pagada de sí misma.

Francia vivía por ese entonces los cálidos días de la Tercera República, instaurada después de la caída de Napoleón III en la Guerra Franco-Prusiana, y caracterizada por un cierto estancamiento social, en donde los políticos se dedicaban a destrozarse mutuamente con saña sin que la sociedad francesa sufriera eventos tan radicales como la revolución de 1789 o la guerra de 1870. Jules Grévy era Presidente de Francia desde 1879, el primero más o menos republicano (sus antecesores habían sido monarquistas tratando de derribar la república, aunque sin éxito), y fue a la relección y obtuvo un segundo período en 1885. Para su desgracia, eso lo puso en la línea de fuego de lo que se iba a venir. Porque pronto llegó a la prensa la noticia de un posible tráfico de condecoraciones.

Resulta que el principal involucrado en el tráfico era un tal Daniel Wilson, que era sobrino de Jules Grévy precisamente, y que a la sazón era diputado. Grévy fue sometido a desafuero y de hecho se le privó de su inmunidad parlamentaria el 17 de noviembre de 1887, aunque la cosa por el minuto no llegó a mayores. Peor le fue al Jefe del Estado Mayor de Francia, que debió pagar 3000 francos de multa. El conde D'Andlau, un senador, fue condenado por contumacia a tres años de prisión y 3000 francos de multa. Los enemigos políticos de Jules Grévy aprovecharon la ocasión para ir a por el tío a cuenta de la conducta del sobrino, y lo presionaron de tal manera que éste acabó por renunciar el 2 de diciembre de 1887 (fallecería en 1891, a los 84 años). En cuanto a Wilson, parecía salvarse por el minuto, pero no le duraría demasiado.

El 16 de Febrero de 1888 comenzó el juicio contra Daniel Wilson, que duró hasta el 1 de Marzo, acusado de ofrecer a un industrial la Cruz de la Legión de Honor por 25.000 francos. Fue condenado por estafa (ya que no estaba en posición de ofrecer tal distinción, a pesar de lo cual había obtenido pago por ella) a dos años de prisión y 3000 francos de multa, además de la privación de derechos civiles por cinco años. Wilson apeló, y a finales de marzo había conseguido ser absuelto por un tecnicismo: existía un vacío legal sobre la materia, por lo que en sentido legal no había delito, y por tanto no cabía condena. En 1889 se remedió esto: el artículo 177 del Código Penal de Francia pasó a incorporar como delito el recibir dinero por condecoraciones, distinciones, recompensas o funciones. En cuanto a Wilson mismo... fue reelegido para su cargo parlamentario. Pareciera que estos franceses no tienen remedio...

2 comentarios:

  1. Muy interesante, le doy la enhorabuena por este blog, que acabo de descubrir.
    Me gustaría que usted pudiese enlazar mi blog de Historia http://lacunadehalicarnaso.blogspot.com en su lista de referidos. Muchas gracias, le leeré.
    Un saludo.

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  2. Gracias por las felicitaciones, y está incorporado al blogroll. Saludos.

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