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jueves, 6 de mayo de 2010

Los locos en la merienda de Alicia.


Una de las escenas más célebres de "Alicia en el País de las Maravillas", la novela de Lewis Carroll que todo el mundo ha "leído" gracias a tragarse la adaptación cinematográfica de Walt Disney (además de la "Alicia en el País de las Maravillas" de Tim Burton), es la merienda de locos que se produce con el Lirón, el Sombrerero y la Liebre de Marzo. Sintomáticamente, este capítulo fue añadido por Lewis Carroll con posterioridad al borrador de su escrito ("Las aventuras de Alicia bajo Tierra", que le regaló a Alice Liddell en la Navidad de 1861, según referimos en "La verdadera historia de Alicia"). Casi todo el peso de la reunión se lo llevan los dos segundos, porque el Lirón, por supuesto, como buen lirón, se la pasa durmiendo. En cuanto a los otros dos... Hay muy buenas razones para que ambos personajes sean justamente un Sombrerero y una Liebre de Marzo.

En la Inglaterra de Lewis Carroll, eran corrientes las frases "loco como un sombrerero", y "loco como una liebre de marzo". Lo segundo es fácilmente entendible. Marzo es la época en la cual, en el Hemisferio Norte, las liebres entran en celo. Si una liebre es inquieta en temporada normal, ya se la podrán imaginar con todas las hormonas cargadas al máximo. El espectáculo era fácilmente observable por la gente en una Inglaterra en vías de industrialización, pero ni de cerca tan urbana como hoy en día (cabe preguntarse, por cierto, si Lewis Carroll se habrá percatado del alcance sexual del dicho, en la Inglaterra puritana del siglo XIX, y en un libro dirigido a los niños, pero nadie parece haber puesto el grito en el cielo por eso).

Con el Sombrerero, en cambio, la cosa es más difícil, pero existe una relación. Apunta Martin Gardner, en una edición anotada de Alicia, que en la época de Carroll se solía tratar la felpa de los sombreros con mercurio. Huelga decir para cualquiera con conocimientos elementales de Medicina o Química, que el mercurio es un metal altamente tóxico para la salud, y de hecho, tales métodos para tratar la ropa ya no se utilizan por razones obvias. Pero en esa época, sea por ignorancia de los efectos del mercurio, sea por desidia con los temas de salubridad (¿algún lector especialista en Historia de la Química que nos apuntale en esto?), la prolongada exposición al mercurio provocaba que efectivamente los que practicaban la ocupación de sombrereros acabaran envenenados, y consecuentemente, con trastornos mentales que terminaron haciéndose proverbiales.

Con todo, cuando Tenniel dibujó los célebres dibujos de Alicia para la primera edición de 1865, parece que éste (a sugerencias de Carroll) lo hizo inspirándose en un conocido personajes del Londres decimonónico, un tal Theophilus Carter, dueño de una tienda de muebles, y conocido como el "Sombrerero Chiflado" debido a que usaba un enorme sombrero, y también por sus delirantes ideas. Era conocido entre otras cosas, porque en la Exposición Universal de 1851, Carter presentó una "cama despertador" que tenía un método infalible para despertar a su dueño: simplemente lo arrojaba al suelo...

2 comentarios:

  1. wow! q historia! lo de la liebre esta bastante anecdotico, pero lo del sombrerero es delirante, xD por cierto sr. general gato podría poner las fuentes complazca a su lectora :D así completo la información buen post buen jueves

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  2. La información salió de la edición de "Alicia en el País de las Maravillas" que publicó Alianza Editorial, que tiene un explicativo prólogo y notas a pie de página de Jaime de Ojeda, escrito en Abril de 1970. Aunque por lo que escribe, me da la idea de que se limitó a tomar los datos que venían de la edición comentada en inglés por Martin Gardner (es una impresión, en todo caso, y necesitaría la edición de Gardner para confirmar este último punto). Los datos de la edición que tengo a la vista:

    "Alicia en el País de las Maravillas", de Lewis Carroll. Traducción y prólogo de Jaime de Ojeda. Alianza Editorial Mexicana, S.A. Duodécima Edición. Ciudad de México, México, 1984. ISBN 84-206-1276-6 (España), 968-6001-22-0 (México).

    Espero que esto complazca a mi lectora, si puede dar con la edición Alianza (que imagino han venido publicando el mismo prólogo antes y después). Saludos.

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