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domingo, 10 de enero de 2010

Los orígenes de la Ciencia Ficción en Chile.


El siglo XIX fue el siglo del aceleramiento tecnológico. Hasta la centuria anterior, todo marchaba a paso de caracol, mientras que a partir de la Revolución Industrial, cambios técnicos (¡y los sociales relacionados!) que antaño tomaban generaciones, ahora se daban en el curso de una sola vida. Y como la Literatura se empapa de la vida, no es raro que los ecos de este fenómeno alcanzaran a los literatos, y empezara una embrionaria Ciencia Ficción. Y Chile, aunque país provinciano en el contexto mundial, no se mantuvo al margen de la tendencia.

Como había sucedido en la Europa del siglo XVIII (por ejemplo, el "Micromegas" de Voltaire), durante la mayor parte del siglo XIX la ficción científica chilena en realidad sólo servía de vehículo para hacer planteamientos filosóficos o políticos proporcionándoles a los autores la excusa de que "es una fantasía escapista y nada más" para no responsabilizarse por sus dichos. En este contexto encontramos un texto de Juan Egaña (¡el redactor de la Constitución de 1823!), que en Londres, en 1829, publicó "Ocios filosóficos y poéticos en la Quinta de las Delicias", siguiendo un poco la tradición volteriana, y más lejanamente, la de Luciano de Samósata, de crear a través de diálogos un mundo imaginario... un mundo de Ciencia Ficción.

En 1842, el político Victorino Lastarria publica "Don Guillermo", novela en la que su protagonista, el inglés Guillermo Livingston, termina por motivos varios en la Cueva del Espelunco y accede a otro universo paralelo (nótese que "espelunco" es un anagrama de "pelucones", el sobrenombre "de cariño" que tenían los conservadores... a quienes Lastarria, como buen liberal, fustiga con saña). El reino que el héroe encuentra, está subyugado por cuatro bestias, a las que debe por supuesto enfrentar: Mentira, Ignorancia, Fanatismo y Ambición. La alegoría política sigue porque se oponen el tétrico y satánico Espelunco (es decir, el pasado colonial chileno alegorizado, claro está) con la Patria Transparente, llena de luz y calor. Esta novela es varios años ANTERIOR a "Martín Rivas" de Alberto Blest Gana... considerada unánimemente por la crítica local como la "primera novela chilena".

En la década de 1870, Chile vivió un despegue económico y un aperturismo internacional que quizás influyó en que surgieran algunas obras más por el estilo. Liborio Brieba, escritor de relatos históricos, se atrevió con un folletín fantástico llamado "Los anteojos de Satanás" en 1871. En 1875, un inglés avecindado en Valparaíso llamado Benjamin Tallman había escrito "¡Una visión del porvenir! O el Espejo del Mundo en el año 1975". Y en 1878, David Miralles publica "Desde Júpiter", que inspirándose en Julio Verne (a quién había leído entre noche y noche de bohemia parisina, todo sea dicho), escribe las visitas hacia otros mundos de un "santiaguino magnetizado" (sic).

Pero no es sino en la década de 1920 que comienza una producción cienciaficcionística ininterrumpida en Chile, aunque con altas y bajas, ya que la crítica chilena se ha tendido a cuadrar en masa con la literatura realista y criollista. Ahí surgen "Tierra Firme" de R.O. Land (1927), "El dueño de los astros" de Ernesto Silva Román (1929), "Ovalle, el 21 de Abril del año 2034" de David Perry (1933), "El secreto del Doctor Baloux" (1936), "Mundo y supermundo" de Antonio Villanelo (1937)... y cerramos con el gran poeta creacionista chileno Vicente Huidobro, que sensible al ritmo de los tiempos, ahondó en la Ciencia Ficción con "La próxima (historia de guerra futura)" (1934) y "Caglistro (novela-film)" de 1942. El resto es historia.

6 comentarios:

  1. gracias por citar el prólogo de mi antología definitiva: Años Luz. Mapa Estelar de la CF en Chile (Puerto de Escape, 2006) eso sí, sin citarme como el antologador y ensayista...
    larga vida a la cf en chile!

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  2. Como lo he mencionado en alguna otra ocasión en algún comentario de este blog, no suelo citar las fuentes porque trato de mantener un blog de Historia lo más amigable posible, y mucha gente rehuye el asunto cuando se cita bibliografía, por aquello de evitar que Siglos Curiosos suene académicamente pedante, algo que a mucha gente suele tirar para atrás cuando se trata de leer Historia. Eso, salvo que sea información realmente difícil de conseguir, como por ejemplo ocurre con las notas de prensa escrita, que suelen servir para envolver el pescado al día siguiente y se acabó. Con todo, si alguien pregunta o acota al respecto de la fuente en los comentarios, entonces ahondo en materia.

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  3. La novela Cagliostro no calificaría como ciencia ficción , ya que rela existióta la historia de un personaje histórico. Huidobro eso si escribió la obra de teatro para Guiñol "En La Luna"

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  4. Hace años (bastante más de una década, en realidad) que no agarro el "Cagliostro", así es que no podría pronunciarme. Aunque la definición de "ciencia ficción" en su cuna anglosajona es bastante elástica, y ya no digamos acá en Chile, lugar a donde el género llegó más bien por trasplante, sin que se hayan desarrollado muchas ideas o aportes al género que podamos decir son originales (sin perjuicio de que el autor de ciencia ficción chileno supla la falta de originalidad con mayor o menor ingenio). En cualquier caso, Huidobro sí incluyó en algunas de sus poesías varios toques de lo que podríamos llamar ciencia ficción en un sentido amplio (no hard), me imagino que por influencia no confesada del Futurismo italiano. A ver si en algún lugar de mi revuelta biblioteca acaba por aparecer el dichoso "Cagliostro" para poder evaluar con el texto más fresco en la cabeza...

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  5. Cagliostro habla del Conde Cagliostro, famoso taumaturgo (1743-1795) José Bálsamo, llamado también Alejandro: para algunos un farsante, para otros hechicero; médico y alquimista italiano. Su historia mas estaría cercana a el relato fantástico, circunscrito dentro de la novela histórica.
    No es ciencia ficción.

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  6. Cuestión de definiciones. Algunos podrían ver la obra como cercana al Steampunk... En cualquier caso no me pronunciaré hasta repasar la obra en algún minuto (si es que la encuentro, porrrrrrque me ha dado dolores de cabeza buscarla...).

    En cualquier caso gracias por la acotación, que a nadie le hace mal el debate. Saludos.

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