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jueves, 7 de enero de 2010

Androides y antropoides.


Hace un tiempo atrás hablábamos acerca de las palabras griegas "antropos" y "andros", refiriéndose la primera a los seres humanos en general, y la segunda a los hombres (específicamente al sexo masculino) en particular. Una cuestión interesante al respecto ha sido planteada por la robótica, ya que la dicotomía entre dichas palabras aparece cuando se trata de ambas terminadas en "oide". Porque en sentido estricto, lo que llamamos un "androide" en realidad debería llamarse "antropoide", y lo que llamamos antropoide, bueno, ejem...

En realidad, tanto "antropoide" como "androide" comparten la idea de una criatura parecida al ser humano. "Antropoide" es la más antigua de las dos. Resulta que en la época de los grandes descubrimientos geográficos (siglos XV y XVI, principalmente), los europeos avanzaron más allá de la línea del Ecuador, y se llevaron una sorpresa. Los europeos conocían los monos, por supuesto, debido al comercio con el norte de Africa. Pero todos estos monos eran pequeños y con cola. En cambio, los monos que se encontraron más al sur, en particular los gorilas y los chimpancés, no sólo carecían de cola, sino que eran más inteligentes, y tenían un aire mucho más humano. Para establecer distinciones, empezó a hablarse de simios que se parecían a los seres humanos. Como la palabra "antropos" ("ἄνθρωπος") significa "ser humano" en griego, se le sumó el sufijo "-eides", que en griego designa a las especies. Por tanto, al hablar de simios antropoides se estaba diciendo que son "simios con forma de ser humano". Claro está que después la palabra "simio" se perdió, para lo que se refiere, y empezó a hablarse de antropoides a secas.

Pero después vino la Ilustración, el Racionalismo y la Revolución Industrial, y con ello la posibilidad, en teoría al menos, de fabricar artefactos mecánicos que pudieran imitar la forma y movimientos de los humanos. La idea no era nueva: en la mitología hebrea ya existía el golem, por ejemplo, y entre los griegos estaban los asistentes del dios griego Hefaistos (el Vulcano romano), que como buen metalúrgico y forjador, se forjó unos hombres de metal para tales labores. La diferencia es que en el siglo XIX, lo que pertenecía al campo de la mitología amenazaba con volverse realidad. Pero como la palabra "antropoide" estaba ocupada, hubo quien se volvió hacia la otra, hacia la palabra griega "andros" ("ἀνδρός"), que significa el ser humano de género masculino en griego. En una cultura falocéntrica como la del siglo XIX, nadie pareció plantearse en serio la posibilidad de un ser mecánico que imitara a una mujer en vez de a un hombre, de manera que la palabra prendió, y tales engendros fueron llamados "androides" en adelante. Cuando vino George Lucas y "La guerra de las galaxias", la palabra se contrajo a "droide", eliminando la primera sílaba de la raíz griega "andros". O sea, si tradujéramos "androide" literalmente como "hombriforme", "droide" vendría a traducirse como "briforme", eliminando la primera sílaba... La palabra androide tuvo popularidad un tiempo, aunque después se impuso el vocablo "robot". Con todo, "robot" abarca a todos los artilugios mecánicos capaces de ser programados para un trabajo, y que no necesariamente tienen forma humana (y por lo tanto, técnicamente no son androides, así como en sentido estricto no lo es R2D2 en "La guerra de las galaxias").

¿Y la posibilidad de un robot con forma de mujer, o que imite a ésta? El artista japonés Hajime Sorayama aceptó el reto, y creó bellísimas infografías de chicas robóticas, a las que llamó precisamente "ginoides" (del griego "γυνή", que significa "mujer"). Pero las ginoides son mucho más antiguas que esto. Es más: el primer robot que apareció en el cine fue precisamente una ginoide (y no un androide). En la película alemana de Ciencia Ficción "Metrópolis", de Fritz Lang (1927), un científico loco le da vida a su propio "monstruo de Frankenstein". Sólo que en este caso el "monstruo" es una chica, y es una chica robot: se trata de la ginoide María (fotocopia literal de una María humana...), que después desata una apocalíptica revolución social dentro de los márgenes de la muy correcta y ordenada Metrópolis... interprétese esto último como se quiera.

2 comentarios:

  1. Muy interesante, recién me encuentro tu blog y ya me lo leí completo jeje...

    Viendo la "ginoide" de Metrópolis de la entrada... ¿3CPO seria su androide o sea su versión masculina? Tienen un aire muy parecido, aunque en temas de Stars Wars soy un ignorante (y en casi todo) igual por allí les viene la inspiración...

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  2. No sé si C3PO está DIRECTAMENTE inspirado en la ginoide de Metrópolis, pero si nos ponemos a hacer el listado de cineastas que le han robado id... er... que han "homenajeado" a "Metrópolis" de Fritz Lang (y tiíto Lucas en esto no es de los menos), la lista sería interminable. No en balde es una de las pelis más influyentes en la entera Historia del Cine.

    Y bueno, gracias por los cumplidos, y esperamos seguir en nuestro camino hacia el quinto aniversario con el mismo nivel de siempre. Saludos.

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