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jueves, 1 de octubre de 2009

Tito el buena gente.


Obviamente no todos los Emperadores romanos estaban locos, o el Imperio no habría podido sostenerse cuatro siglos en pie. Pero por motivos dramáticos, suelen ser los Emperadores locos (Calígula, Nerón, Cómodo) los que suelen salir más en el cine, y por lo tanto, los más famosos y los que dejaron a los pobres romanos (especialmente si son paganos) con fama de viciosos y corruptos. Esto deja en la sombra a muchos Emperadores capaces y competentes, y que por lo mismo, son los que menos chismorreo dan. Entre ellos deberíamos incluir a Tito, en cuyo breve gobierno (79 a 81 d.C.) sucedió el desastre de la erupción del Volcán Vesubio y la destrucción de Pompeya. Pero Tito (Tito Flavio Vespasiano por nombre completo) también es famoso por ser uno de los más bonachones Emperadores que reinó en Roma. De hecho, se le llamó "amor y delicias del género humano" (aunque, todo sea dicho, fue también responsable de arrasar el Segundo Templo de Jerusalén, pero en fin, su biografía fue escrita por historiadores romanos...).

Nada más entronizado dio muestras de esto. Todos los Césares, cuando llegaban al trono, consideraban nulas las gracias concedidas antes, a menos que las ratificaran, lo que por supuesto era una manera de que sus súbditos les tuvieran que rendir pleitesía. Tito, en cambio, declaró en un solo edicto que todas las gracias anteriores a él eran válidas, y prohibió que le pidieran su aprobación particular para alguna de ellas. Se complacía en el deporte de hacer favores a los demás, y un día en que no pudo hacerlo se quejó en la cena: "Amigos míos, he perdido el día". No mandó ejecutar a nadie porque no quería mancharse las manos de sangre, ni aunque los reos lo fueran por crímenes contra el Emperador o el Imperio mismos. Su hermano Domiciano, que después llegaría a Emperador, no cesaba de intrigar en su contra, y Tito se limitó a pedirle, con lágrimas en los ojos: "que viviese en fin con él como un hermano".

Pero esto no le hacía un debilucho. Después de todo, había sido general de legiones romanas antes de ser Emperador (ya dijimos que arrasó Jerusalén el año 70). Odiaba a los soplones, a los delatores y a los sobornadores de testigos, por los trastornos que introducían en los asuntos públicos, y les dio castigo ejemplar. De manera que los sacó al Foro, y allí los hizo azotar con varas y palos. Muchos de ellos fueron después subastados como esclavos, o bien desterrados a islas insalubles, a que allí se pudrieran. Decretó también que no podría perseguirse el mismo delito en virtud de diferentes leyes (claro antecedente del actual "non bis in idem", que una persona no puede ser juzgada dos veces por el mismo delito), ni turbar la memoria de los muertos pasado un número de años (esto se hacía, obviamente, por cuestiones de herencia, cuestionando al muerto para hacer entrar o salir herederos al baile de la repartija de sus bienes). Cuando ocurrió el mencionado desastre del Vesubio, desplegó Tito una energía inusual. Hubo también un incendio en Roma que duró tres días y noches completas, y Tito decretó que tomaba a su cargo todas las pérdidas públicas.

Como dijimos, el reinado de Tito fue dramáticamente corto. Consumido por una repentina enfermedad, falleció con apenas 41 años de edad. Consigna el historiador romano Suetonio, que "al difundirse la noticia de su muerte, hubiérase dicho, viendo el dolor público, que cada cual lloraba por uno de su propia familia".

4 comentarios:

  1. Vaya por dios, los mejores son los que menos duran. No me extraña que los llorasen tanto, ni que lo llamasen "amor y delicias del género humano". Casi parecería un emperador Flower Power de no haber sido por lo de Jerusalen.

    Feliz dia, monsieur

    Bisous

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  2. Bueno, con mi tendencia a los posteos irónicos o francamente sarcásticos, alguna vez tenía que postear algo "good feeling"... aunque en este caso el sarcasmo lo ordena la madre naturaleza, buuuuuu...

    Feliz día también, y saludos.

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  3. Pero en otra parte leí que tan buen hermano no fue, porque su mayor amor fue Domicia, quien era... la señora de su hermano (así que Domiciano tendría algún motivo válido para complotar contra él).
    A todo esto, es interesante el detalle que Domicia no fue incluida en la "Damnatio Memorae" (algo así como borrar de todos los registros cualquier recuerdo del emperador) que le endosaron a su marido. Habría que averiguar el por qué.
    Saludos.

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  4. Bueno, el chismoso ahí es Suetonio, el historiador que es como el periodista de revistas de papel cuché del corazón de la antigua Roma. Para que no se diga, copiaré textual, sacado del momento de la muerte de Tito: "En el primer descanso le acometió la fiebre; prosiguió el viaje en litera y dícese que separando las cortinas, miró al cielo y se quejó de morir sin haberlo merecido, puesto que en toda su vida sólo había realizado una acción de que tuviese que arrepentirse. No dijo a qué acción quiso referirse, y no es fácil adivinarla; se ha creído que era su trato íntimo con Domicia, la esposa de su hermano, pero ésta juró por todos los dioses que nada había habido entre ellos, y no era mujer para negar aquel comercio si hubiese existido, y hasta es seguro que se habría vanagloriado de él como de todas sus infamias" (Vida de Tito Flavio, X). Recordemos que entre las infamias éstas, Suetonio incluye su probable participación en el complot para desembarazarse de Domiciano. Pero eso fue quince años después de la muerte de Tito...

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