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domingo, 6 de septiembre de 2009

La fraseología del charqui.


Una de las más típicas frases chilenas es "¡Ojo al charqui!", que se usa tradicionalmente (y por "tradicionalmente" queremos decir cada vez más en desuso, como otras expresiones antiguas) como un reclamo de atención. Así, decirle a alguien "¡Ojo al charqui!" equivale a un "¡Presta atención", y "estar con el ojo al charqui" significa estar pendiente y alerta de las situaciones.

Partamos diciendo que el charqui es la carne que corta en lonjas, se sala y luego se seca al Sol, práctica inmemorial para conservarla en una época en la que, por supuesto, la tecnología de los frigoríficos no pensaba en inventarse todavía. El término es propio de Argentina, Chile, Perú y Bolivia, lo que no es casualidad: la raíz de la palabra es quechua, y por lo tanto, se expandió por todos los antiguos dominios del Imperio Inca. Cuando se va a comer, el charqui se desmenuza y se prepara usualmente en guiso con verduras: es el célebre charquicán (aunque en la actualidad el charquicán, por razones lógicas, suele prepararse con carne molida directamente comprada en la carnicería o supermercado).

Como en los antiguos solares y haciendas el charqui era la gran y única manera que se tenía para conservar la carne, su conservación era vital, y claro está, también su vigilancia. En una hacienda típica, tanto las bodegas como los establos de los animales solían estar alrededor de la casa principal, y el patrón debía estar, por supuesto, vigilando que ninguno de sus empleados o peones tratara de "hacerlo leso", engañándole y hurtando el charqui a escondidas. De ahí que, según se decía, había que estar "ojo al charqui".

La condición de carne molida que tiene el charqui ya cocinado, dio también origen a otras frases, las cuales, así como el propio charqui, también se baten en retirada del lenguaje popular chileno. "Estar hecho charqui" venía a significar estar completamente molido, bien sea por haber estado trabajando duro una gran cantidad de horas, o simplemente por haber recibido una buena paliza. "Estar con el charqui largo" tiene su sentido de ironía, reemplazando la cara por el charqui, lo que viene a significar estar cariacontecido, aburrido o amurrado.

Una anécdota relacionada tiene que ver con piratas ingleses. Como sucedió sus tantas veces en la Colonia, el pirata británico Bartolomé Sharp asoló las costas de Chile, sucediendo tal cosa en 1680. Su blanco fue la ciudad de Coquimbo, en cuyo saqueo se regodeó por todo lo alto. De ahí salió la expresión de terror "¡Llegó Sharp a Coquimbo!", que con el paso del tiempo terminaría transformada en "¡Llegó charqui a Coquimbo!", que se usó durante mucho tiempo para referirse a las personas bullangueras que se dejaban caer atolondradamente en un lugar y terminaban por revolverlo todo...

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