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jueves, 18 de junio de 2009

¿Los diamantes son eternos...?

Una de las novelas de James Bond, medio adaptada para el cine en 1971, "Diamonds are Forever" ("Los diamantes son eternos" en Latinoamérica, "Diamantes para la eternidad" en España) jugaba con el concepto de que estos pedruscos de carbono son para siempre. Poco antes, en 1961, Blake Edwards unía a los diamantes con el encanto eterno de Audrey Hepburn en su clásico "Desayuno con diamantes" ("Breakfast at Tiffany's"). Estas son pruebas de lo instalada que está en la cultura popular, la noción de que los diamantes son para siempre. Y sin embargo...

A comienzos del siglo XX, los diamantes eran asociados con la aristocracia, y en particular con la realeza. En Estados Unidos, se había empezado a imponer la costumbre de que los anillos de compromiso debían tener diamantes engarzados, pero esto quedó bruscamente interrumpido con la Gran Depresión. Los productores de diamantes se vieron en la boca de la catástrofe, porque a la demanda decreciente se sumó una oferta creciente, ya que se descubrieron nuevas minas en Sudáfrica, y el resultado de todo eso sólo podía ser el desplome brutal de los precios.

Los financistas británicos respondieron creando De Beers Consolidates Mines, la mayor firma de diamantes de todo el siglo XX. En Septiembre de 1938, Harry Oppenheimer, hijo del fundador de De Beers, viajó a Nueva York para encontrarse con Gerold M. Lauck, el presidente de la importante agencia publicitaria N. W. Ayer. La cita había sido arreglada nada menos que por el Morgan Bank, que como buen banco inversor, estaba preocupado por el hundimiento de los precios de los diamantes. La relación resultó fructífera, y se realizaron varios estudios sobre cómo llevar a cabo la campaña publicitaria. Finalmente se decidió que debía crearse demanda entre los jóvenes, inculcando la idea de que un anillo de compromiso con diamantes era para siempre, y que mientras más grande y más fino fuera el diamante, más grande sería el amor expresado a través del anillo. Se aconsejó explotar a la industria del cine como medio, ofreciendo modelos cinematográficos de romance con diamantes de por medio. También se ofrecerían historias y fotografías de sociedad a periódicos seleccionados. Se hicieron reproducciones de artistas como Picasso y Dalí, inculcando la noción de que cada diamante era como una obra de arte, una pieza única e irrepetible.

La campaña fue todo un éxito. La venta de diamantes se incrementó en un 55% en Estados Unidos desde 1938, y consiguió mantenerse constante a través de numerosos vaivenes económicos. También hubo una internacionalización: en Japón, en 1967, apenas un 5% de mujeres recibían un anillo de compromiso con diamantes, mientras que en 1981, ese porcentaje había subido al 60%... Incluso durante la Crisis del 2008 y 2009, en que los precios de numerosos recursos naturales se han venido catastróficamente abajo, en Febrero del 2009 el precio mundial de los diamantes apenas había descendido un 12%, uno de los mercados de commodities más firmes a nivel mundial...

2 comentarios:

  1. Que interesante blog y cuantas cosas que hay para ver aquí. La pelicula no la vi, pero si tengo la imagen en mi mente de Mariln.
    Besos

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  2. Gracias por los cumplidos. Y por cierto, muy curioso el blog Guantes Largos... ¡No pude menos que hacerme seguidor!

    Saludos.

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