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domingo, 17 de mayo de 2009

Inepcia en el frente ruso.

Es bien conocida la terrible manera en que los rusos se condujeron durante la Primera Guerra Mundial (1914-1918). La razón debe buscarse, entre otras, en la profunda corrupción imperante en la Corte de Nicolás II, que promovía a oficiales por favores o nepotismo en vez de cualidades, por lo que se llevaron chascos como subvalorar a los japoneses (fatalmente, como se vio después), o el desastre de la Expedición de Rozhestvensky en 1905. Y en la Primera Guerra Mundial, volvería a suceder.

Ya a comienzos de la guerra, en la invasión alemana contra Prusia Oriental en 1914, hubo un problema fatal relacionado con el comandante de caballería del Primer Ejército ruso, que era el Jan de Nakhichevan. Resultó que el Jan perdió contacto con sus propias tropas, y para cuando vinieron a regresar por él, descubrieron que estaba en su tienda de campaña, aquejado por un duro ataque de hemorroides que, lógicamente, le impedía comandar a su caballería desde la montura de su caballo.

Pero el principal problema que debían afrontar los rusos fue la enemistad entre Pavel Rennenkampf, General del Primer Ejército Ruso, y Aleksandr Samsonov, General del Segundo Ejército Ruso (y no habían otros dos ejércitos que éstos, para completar el desastre). Ambos se habían insultado rudamente en una estación de tren en Mukden, durante la Guerra Ruso-Japonesa (una década atrás), y se odiaban con todas sus fuerzas. El Coronel alemán Max Hoffman desarrolló un plan de ataque que implicaba atacar primero a Samsonov y su Segundo Ejército, y luego a Rennenkampf y su Primer Ejército, a sabiendas de que Rennenkampf no ayudaría a Samsonov. Apuesta arriesgada donde las haya, pero un plan audaz a fin de cuentas. El plan alemán desembocó en la Batalla de Tannenburg (23 de Agosto a 02 de Septiembre de 1914) y en la siguiente Batalla de los Lagos Masuri (Septiembre 09 a 14 de 1914). La derrota rusa fue tan completa, que los rusos debieron batirse en retirada, con el Segundo Ejército completante destruido y el Primer Ejército muy maltrecho. Temeroso de tener que enfrentar al Zar Nicolás II con las peores noticias imaginables, Samsonov lavó su deshonor saltándose la tapa de los sesos de un disparo. Fue el fin de la cordial enemistad entre Samsonov y Rennenkampf. Hoffman, por su parte, el arquitecto de la victoria alemana, se permitió ironizar: "Si la Batalla de Waterloo se ganó en los campos de juego de Eton, la de Tannenburg se ganó en un andén de estación de Mukden"...

La enemistad de Samsonov y de Rennemkampf, que tan desastrosas consecuencias tuvo para el ejército ruso, no fue ni con mucho un caso aislado. El Comandante Nikolai Ivanov y el jefe de estado mayor Mijail Alexeyev se pelearon entre los dos hasta tal punto por el privilegio de ser el primero que abriera los telegramas, que se tomó la decisión salomónica de enviar cada uno con dos copias. Fue para peor, porque Ivanov y Alexeyev, ignorándose mutuamente, daban cada uno órdenes distintas sobre las noticias de los mismos.

El resultado de estas y otras hostilidades intestinas en el seno del alto mando militar ruso, provocó que aunque los soldados rusos pelearon heroicamente durante cuatro años, los alemanes no tuvieron nunca demasiadas dificultades en ese frente militar. Cuando, después de la Revolución de 1917, los bolcheviques accedieron al poder, entraron en negociaciones que remataron en la Paz de Brest-Litovsk, por la cual los rusos hubieron de retirarse de la Primera Guerra Mundial antes del desplome alemán. En la Segunda Guerra Mundial, los rusos tendrían más o menos una oportunidad para redimirse, aunque para esas fechas el alto mando ruso estaba guiado no por el inepto Nicolás II, sino por el férreo Stalin...

4 comentarios:

  1. Gracias por las felicitaciones, y por enlazado también el Ponga un Monstrenco en su Vida. Me he reído mucho echándole un vistazo al blog. Saludos.

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  2. Buen blog el tuyo, te voy a seguir. Suerte.
    PD: Hahahahaha, esos rusos, que graciosos, siempre, tan grandes y tan ineptos.

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  3. Bueno, pueden permitirse el lujo, para eso tienen población. Después de todo, que le hacía a Stalin que le mataran un millón de soldados si en una semana podía montarse otro millón en pie de guerra... Así hasta qué Zukhov no gana guerras mundiales.

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