Nadie pone en duda que los apellidos fueron inventados para crear aristocracias. Porque no era lo mismo ser simplemente Juan o Pedro, que Juan el de Aragón o Pedro el de Sevilla, cuando había mucho dinero o un título nobiliario en juego, a finales de la Edad Media. Y precisamente para remarcar este carácter de unión familiar que tienen los apellidos, nacieron los patronímicos. Un patronímico es precisamente un apellido que significa "hijo de", y existen en los más variados idiomas.
En castellano, el patronímico se forma por la terminación "-ez". Así, "Alvarez" es "hijo de Alvaro", "Ramírez" es "hijo de Ramiro" y "Domínguez" es "hijo de Domingo". En algunos casos el más difícil descubrir el nombre original, porque si bien el patronímico sigue vigente, el nombre ha caído en desuso. Así, "Pérez" es "hijo de Pero" (forma antigua de "Pedro"), "López" es "hijo de Lope" y "Peláez" es "hijo de Pelayo", todos nombres de ilustre alcurnia, pero que hoy por hoy ya no se usan.
En portugués el patronímico se forma de igual manera, pero con "-es" en vez de "-ez". Así, existen los "Alvares", los "Lopes" y los "Peres". Por cierto, muchos marranos (judíos conversos al cristianismo) usaron estos apellidos para disimular su origen, como procedentes de Portugal...
En inglés, el patronímico se forma con la terminación "-son" ("hijo"), o su abreviatura "-s". Así, "Stephens" y "Stephenson" son "hijo de Esteban" ("Stephen"), "Johnson" y "Jackson" son "hijos de Juan" ("John", o su diminutivo "Jack"), "Donaldson" es "hijo de Donald", y así sucesivamente. La terminación es común a otras lenguas germánicas. Por ejemplo, el apellido sueco "Magnussen" significa "hijo de Magnus".
Entre los irlandeses se usa el clásico "of" ("de"), abreviado en "O". Así, "O'Reilly" es "de Reilly" (o sea, "hijo de Reilly") y "O'Higgins" es "de Higgins" ("hijo de Higgins"). Entre los escoceses, el "Mc" sirve al mismo propósito: "McArthur" es "hijo de Arthur", "McPherson" es "hijo de Pherson", etcétera.
En Rusia, el patronímico se forma por la terminación "-vich". Así, "Ivanovich" es "hijo de Iván" (o sea, de Juan), etcétera.
Entre los semitas se usa la raíz "ben" o "ibn". Muchos nombres castellanizados desde el árabe, empiezan con dicha raíz: Abejaldún (Ibn Jaldún), Avicena (Ibn Sina), Averroes (Ibn Rushd). Así, entre los árabes, el rey Salomón viene a ser "Solimán ibn Daud" ("Salomón el hijo de David"). Entre los judíos, que podrán odiar a muerte a los árabes, pero son tan semitas como ellos, se usa la partícula "ben". En ese sentido se llama "Ben-Hur" al protagonista de la novela del mismo nombre, Judá, o sea, su protagonista es "Judá hijo de la Casa de Hur". Y por supuesto que no debe confundirse con "Ben" como nombre diminutivo de "Benjamín"...