En un posteo anterior hemos hablado de Bastet, la diosa gata del Antiguo Egipto. Ahora corresponde hablar de los gatos egipcios en sí mismos. Hay evidencia que parece apuntar a que fue en el Antiguo Egipto, en donde surgió el gato doméstico por primera vez, y éste es descendiente del Felis Lybica, una especie de gato salvaje africano. La razón es casi obvia, bien mirada. Cuando Egipto empezó a crecer, y por lo tanto se dedicó a construir graneros (algo necesario entre tanta pirámide y templo), las ratas se transformaron en un problema. De ahí que los gatos, como cazadores naturales de roedores, se transformaron en aliados útiles, y de ahí, en verdaderos animales semidivinos. Los egipcios creían muy en serio de que en cada gato estaba una parte de Bastet, la diosa gata, y de ahí el extraordinario cuidado que depositaban en éstos.
En el Antiguo Egipto, era peor matar a un gato que a un hombre. Ante lo último, siempre cabía la posibilidad de un indulto, pero si el muerto era un gato, ni el propio faraón tenía poder para ello; y la condena era a muerte. Es más: si un egipcio descubría un gato fuera de las fronteras egipcias, era su deber y obligación llevarlo a tierra egipcia, sano y salvo. En caso de incendio, el primero en ser puesto a salvo era, adivinaron, el gato. Y si moría, las familias adineradas transportaban el cuerpo a Bubastis, la ciudad sede del culto a la diosa gata Bastet, para ser enterrado allá; para estos efectos, en la época tardía egipcia, llegaron a fabricarse ataúdes con forma de gato, en los cuales podía introducirse el cuerpo del felino, convenientemente momificado. Los arqueólogos modernos han rescatado cientos de estos gatos momificados, y varios de estos ataúdes.
Existen dos anécdotas relacionadas con gatos en el antiguo Egipto. Una de ellas se remonta a la época en que Cambises II, rey del Imperio Persa (528-521 a.C.) conquistó Egipto. Frente a la ciudad de Pelusa, puso cientos de gatos amarrados a los escudos de sus soldados. Los egipcios, ante el dilema de defenderse o respetar la vida de los gatos, optaron por rendir la ciudad. O al menos así se cuenta.
La otra se remonta al año 47 a.C., cuando Julio César invadió Egipto. En la ocasión, un soldado romano mató, accidentalmente o con intención, a un gato. Ni siquiera el Faraón Tolomeo XII pudo hacer algo al respecto: la turba se apoderó del legionario y lo linchó simple y llanamente, como a un blasfemo cualquiera.
ESTE POSTEO ESTÁ DEDICADO A LA MEMORIA DE LA GATA EUDORA (n. cerca 1-XI-2007, f. 6-XI-2008).
Interesantísimo general, no tenía ni idea de algunas cosas que has contado. ¿ es cierto lo de Cambises ?, Me imagino intentando amarrar a un gato a un escudo ( pienso en el mío, me destrozaría ¡ ja, ja ! ). Ya en serio, sabía de la importancia de los gatos en Egipto, pero no algunos detalles interesantes que has contado, como el de encontrarse un gato fuera de las fronteras, o lo del incendio. Un saludo
ResponderBorrarYa me habria gustado ser gata en el antiguo Egipto :D, yo tambien conocia sobre la importancia de los gatos en el antiguo Egipto, pero no algunos de los detalles que explicas en el post.
ResponderBorrarBuena entrada! Saludos!
Ni idea sobre si lo de Cambises es realmente cierto o no, que esto entra en la categoría de "lo que se cuenta", y ya sabemos que a los historiadores antiguos, como a los actuales, muchas veces hay que creerles con pinzas... Con todo, aunque sean falsas, estas anécdotas siempre tienen el valor de que si se escribieron, es porque eran creíbles en su tiempo y reflejan su poco la mentalidad. Después de todo, el cementerio de momias de gatos en Bubastis sí que es muy real...
ResponderBorrarFantástica entrada, me ha encantado. Acabo de descubrir tu Blog, y dado que soy un loco aficionado de la historia y de los gatos (de estos ultimos tengo 11), no he podido tomar con mejor Blog. Gracias por tu estupendo trabajo. Un saludo desde Cádiz.
ResponderBorrarGracias mil por las felicitaciones, y seguimos adelante. Además, todo amigo de los gatos es mi amigo, así es que... Un saludo desde Chile.
ResponderBorrarBien poco te duró la gata. Se nota que no eres egipcio
ResponderBorrargenial =)
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