Historias desopilantes, anécdotas curiosas, rarezas antiguas: bienvenidos a los siglos curiosos.
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jueves, 20 de noviembre de 2008
El lecho de Procusto.
Es lugar común, por lo menos entre las gentes más cultivadas y eruditas, el referirse al lecho de Procusto como sinónimo de inflexibilidad. De esta manera, cuando alguien pretende que todo lo demás se ajuste a lo que él dice, se afirma que tal persona pretende que los demás se acuesten en el lecho de Procusto. Veamos por qué.
Dentro de la Mitología Griega, uno de los máximos héroes, y el principal de lo que podríamos llamar el "ciclo ateniense" (es decir, de héroes relacionados con la pólis de Atenas, que en esto los antiguos griegos eran bien patriotas) es Teseo. La aventura más conocida de Teseo es, por supuesto, su incursión a Creta para entrar en el Laberinto de Minos y matar al Minotauro. Pero previo a esto, tenemos lo que podríamos llamar de manera un poco hollywoodense como "las aventuras del joven Teseo". Una de las batallas que libró Teseo, fue contra el malvado Procusto.
Procusto era un sádico criminal que convencía a los viajeros de acompañarle a su casa, en donde podrían descansar y reparar fuerzas (y conociendo ciertas costumbres homoeróticas de los griegos, vaya uno a saber qué más). Una vez allí los tendía en un lecho de hierro, en donde los inmovilizaba. Si el viajero era demasiado alto, le agarraba los pies y le cortaba lo que sobrara a hachazo limpio. Si el viajero era demasiado bajo, le descoyuntaba las articulaciones para alargarlo y dar la medida del lecho.
Para su desgracia, uno de estos viajeros resultó ser el joven Teseo, entonces en ruta hacia Atenas. Procusto lo llevó hasta su lecho, pero Teseo le castigó con su propia ley, tomando a Procusto, echándolo en el lecho, y cortándole todo lo que sobrara... Después de lo cual, le dio muerte. La ciudad de Atenas recibió entonces a Teseo como un gran bienhechor, por haberla librado de un hombre con tan pocas virtudes cívicas.
Desconocía el origen de esta expresión. La mayoría de los mitos tienen una función moralizante, aunque hay muchas interpretaciones sobre esta interpretación, pero ¿ cuál puede ser la de este ?, ¿ una crítica a una excesiva lujuria ?, ¿ a la banalización de las relaciones sexuales ?, ¿ qué piensas general ?
ResponderBorrarUna cosa no excluye la otra. El mito puede tener un contenido de advertencia sexual (como la leyenda urbana del "bienvenido al club del SIDA"...), pero ha perdurado por el tema de representar como villano al personaje que desea uniformizar y unidimensionar a todos los miembros de la sociedad según un patrón establecido. Alemania, Rusia, China o Camboya sufrieron sus Procustos en el XX, y cierto cristiano renacido que gracias a los votos de unos vejetes en Florida llegó a la Presidencia de Estados Unidos hace algunos años, no lo hace nada de mal tampoco...
ResponderBorrarDejando de lado las sanatas, y los comentarios inconducentes, la frase; "Lecho de Procusto", extraida de la anécdota que se desprende del mito,se há convertido en un eufemismo, o sí se quiere en una muletilla utilizada frecuentemente en el campo del conocimiento de diversas ciencias, generalmente de carácter humanista, como por ejemplo: la psicología, para señalar a aquellas Teorías o conceptos teóricos, que poseen un alcance indefinido, por cuya razòn se intenta reducir o extender este alcance, para que este se acomode a una realidad o a un hecho, de carácter circunstancial.
ResponderBorrarEl pueblo que nos lego la idea de igualdad ante la ley no dio tambien el mito de Procusto para advertirnos de las consecuencias de creer que la igualdad material debe primar sobre cualquier otra consideracion
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