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domingo, 19 de octubre de 2008

Observaciones chirriantes.


La siguiente recopilación de anécdotas, se la debo al periodista Christopher Hitchens, a quien siempre es agradable de leer aunque sea demasiado radical y catedralicio para dar sus no siempre tan bien fundadas opiniones. Las agrupa bajo un rótulo tomado en préstamo del escritor irlandés Joyce Cary (1888-1957), quién llama "observaciones chirriantes" a aquellas proferidas con perfecta inconsciencia social por parte de personas desaforadamente ricas. Y son interesantes porque revelan una parte de la mentalidad del millonario, a saber, la íntima convicción de creerse moralmente superiores al resto de la Humanidad. He aquí el ramillete.

La anécdota que gatilló el artículo fue del mismísimo 2008, y su protagonista es el candidato republicano a la Presidencia de los Estados Unidos, John McCain. Se le preguntó en una entrevista sobre cuántas casas poseían él y su esposa Cindy. Su respuesta textual: "Pienso... Haré que mis empleados me informen". Huelga decir que la propaganda demócrata se cebó en dicha respuesta: Charles Schumer (senador demócrata por Nueva York) dijo que sabía de McCain que "usa zapatos de 500 dólares, tiene seis casas y proviene de una de las familias más ricas de este estado". Era la devuelta de mano porque la maquinaria propagandística de George W. Bush, para las elecciones del 2004, se cebó en el candidato demócrata John Kerry y su esposa Teresa Heinz, por poseer cinco casas...

Otros casos de Estados Unidos. Un donante estadounidense que entregó dinero a la Universidad de Oxford se apellidaba Coolidge, y Hitchens dice que cuando le preguntó sobre si estaba emparentado con Calvin Coolidge (Presidente de Estados Unidos entre 1923 y 1929), replicó ofendido: "Bueno, no. Yo creo que él era uno de los Coolidges que trabajaba". Mientras que en el año 2005, haciendo labor social en Nueva Orléans tras la catástrofe del Huracán Katrina, Barbara Bush habría dicho que como muchos refugiados eran menesterosos, la vida en el improvisado refugio en un estadio de Texas "era una maravilla para ellos"...

Pero los comentarios que tienen más sal, son los de la aristocracia británica, campeones indiscutibles en el arte de la displiscencia irónica. La Reina Madre Isabel de Inglaterra, mientras era transportada en un Rolls Royce por las calles de Manchester, habría dicho: "Creo que no tiene sentido alguno ser pobre". El duque de Saint Albans, por su parte, mencionó que un antepasado había perdido 50 millones de libras esterlinas en una especulación, y añadió como coda: "Ese era un montón de dinero en aquella época". Y el Duque de Devonshire, tras ser criticado en el London Times, dijo que él no pensaba recibir el periódico en "ninguna de sus casas"...

Desgraciadamente, ese síndrome también existe en Chile. Y si no, pregúntenle a las pelolais que viven su vida happy desde Plaza Italia hacia el este, en Santiago, y que no viajan al oeste sino para sentirse un poco más cool haciendo labores de voluntariado para la gente pobre...

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