Ya hemos hablando antes en Siglos Curiosos sobre Ramón Barros Luco, Presidente de Chile entre 1910 y 1915, quien es probablemente el más inercial de todos los que alguna vez pasaron por el Palacio de la Moneda. Este Barros Luco fue el que, por filosofía de vida, le dijo una vez a Mariano Casanova, a la sazón Arzobispo de Santiago, quien se estaba quejando de sus muchos problemas: "No se afane tanto, don Mariano, porque el noventa por ciento de los problemas se resuelven solos y el resto no tiene solución"... Pero ni ésa ni las anécdotas que ya consignamos son las únicas. A continuación, algunas de las que protagonizó en el terreno de la política y las relaciones internacionales.
En aquellos años era cuestión candente el problema de Tacna y Arica. Ambas ciudades habían quedado en manos chilenas desde la Guerra del Pacífico, desde la cual habían transcurrido apenas treinta años, pero por tratado esta situación era transitoria y se supone que debía realizarse un plebiscito para determinar en manos de quién quedaba. Sólo que ningún Presidente chileno quería dar el paso. Varias veces le recordaron a Barros Luco el llamado "problema del Norte", ante lo cual éste invariablemente respondía: "¿Qué problema? El problema es de ellos, que perdieron, pero no para nosotros, que se lo quitamos". Y la frontera definitiva no se trazó sino hasta catorce años después de que terminara el período presidencial de Barros Luco...
En otra ocasión, don Lorenzo Anadón, que era Ministro de Argentina, se despidió de Barros Luco, listo para volver a Buenos Aires, después de haber llevado algunas negociaciones infructuosas en Chile. Como recurso desesperado le dejó caer a Barros Luco, medio en tono de chanza, que no se atrevía a pasar por Mendoza porque aún no salía un convenio para que los viñateros pudieran exportar sus vinos a través de Chile hacia el Océano Pacífico. Barros Luco, sin darse por aludido, contestó jovialmente: "Yo que usted, me iría por el Estrecho"... (el Estrecho de Magallanes, se entiende).
Durante su gobierno estalló la Primera Guerra Mundial. Le preguntaron entonces si Chile apoyaría a la Triple Entente. Socarronamente, Ramón Barros Luco esquivó el bulto diciendo: "No hay que meterse en peleas de familia". Porque, en efecto, Guillermo II de Alemania era primo carnal de Jorge V de Inglaterra, así como político del Zar Nicolás II de Rusia... Y Chile no ingresó a la Primera Guerra Mundial.
Curiosa filosofía de vida la de este buen señor.
ResponderBorrarNo sólo curiosa, sino costosa para el país también. Ramón Barros Luco no sólo fue bastante indolente, al igual que la camarilla parlamentaria y política de su tiemop, sino que también fue uno de los cabecillas que se alzaron contra el Presidente constitucional Balmaceda en la Guerra Civil de 1891, que le "regaló" a Chile la llamada "República Parlamentaria". Al final, los problemas sociales de Chile reventaron por las costuras, y significó la caótica ronda de desórdenes civiles de 1924 a 1932...
ResponderBorrar