Los revolucionarios franceses de 1789 no sólo buscaban aniquilar a las clases dirigentes, sino que además pretendían minar hasta los últimos fundamentos de su poder. Por eso, decidieron secularizar la sociedad en masa, eliminando hasta el último resquicio de Cristianismo que encontraran. Y uno de ellos era el Calendario Gregoriano.
Mantuvieron al menos la división en doce meses, pero obsesionados con la idea de la racionalidad, la que en ese tiempo significaba "sistema métrico decimal", abolieron la vieja y astrológica semana de siete días, para adoptar como unidad la "década" de diez días (como dice su nombre). Sus días eran simplemente "primidi", "duodi", "tridi", "quartidi", "quintidi", "sextidi", "septidi", "octidi", "nonidi" y "décadi". Como 12x10x3 (meses, días y décadas) daban 360, hubo que inventarse fiestas seculares para terminar de rellenar el año de 365 días (366 en bisiesto): las Fiestas de la Virtud, el Talento, el Trabajo, la Opinión, las Recompensas, y cada cuatro años, de la Revolución...
El primer día del año era el equinoccio de otoño (22 de Septiembre en el hemisferio norte), que además coincidía con la proclamación de la Constitución de 1792, que fue tomado como el "día 1". Los revolucionarios consideraban todo lo romano como el colmo de la racionalidad, y por eso tomaron la opción no muy racional de numerar los años con el sistema de notación romano, que carecía de cero, de modo que los años eran I, II, III, IV, V, VI... hasta XIV, en que se abolió la pesadilla.
Los meses fueron llamados en asociación con los ciclos de la naturaleza. Así, éstos eran: Vendimiario, Brumario y Frimario (en otoño), Nivoso, Pluvioso y Ventoso (en invierno), Germinal, Floreal y Pradeal (en primavera) y Mesidor, Thermidor y Fructidor (en verano). Sus nombres hablan por sí mismos.
También, para desterrar el santoral, cada día fue dedicado a un animal, planta o herramienta. Así, el 11 de Nivoso (1º de Enero, día de cumpleaños de Siglos Curiosos) era el Día del Granito.
El calendario nunca prendió en el pueblo francés, demasiado acostumbrado a su irracional calendario religioso antiguo, además de que éstos no encontraban muy racional que desaparecieran sus fiestas religiosas, y que su descanso semanal fuera una vez cada diez días en vez de cada siete. Finalmente Napoleón Bonaparte, en 1806, para transar con la Iglesia Católica, decidió abolir el calendario, cuyo último momento de vigencia fue la medianoche del 10 de Nivoso del año XIV (31 de Diciembre de 1806, hablando en normal).
Mantuvieron al menos la división en doce meses, pero obsesionados con la idea de la racionalidad, la que en ese tiempo significaba "sistema métrico decimal", abolieron la vieja y astrológica semana de siete días, para adoptar como unidad la "década" de diez días (como dice su nombre). Sus días eran simplemente "primidi", "duodi", "tridi", "quartidi", "quintidi", "sextidi", "septidi", "octidi", "nonidi" y "décadi". Como 12x10x3 (meses, días y décadas) daban 360, hubo que inventarse fiestas seculares para terminar de rellenar el año de 365 días (366 en bisiesto): las Fiestas de la Virtud, el Talento, el Trabajo, la Opinión, las Recompensas, y cada cuatro años, de la Revolución...
El primer día del año era el equinoccio de otoño (22 de Septiembre en el hemisferio norte), que además coincidía con la proclamación de la Constitución de 1792, que fue tomado como el "día 1". Los revolucionarios consideraban todo lo romano como el colmo de la racionalidad, y por eso tomaron la opción no muy racional de numerar los años con el sistema de notación romano, que carecía de cero, de modo que los años eran I, II, III, IV, V, VI... hasta XIV, en que se abolió la pesadilla.
Los meses fueron llamados en asociación con los ciclos de la naturaleza. Así, éstos eran: Vendimiario, Brumario y Frimario (en otoño), Nivoso, Pluvioso y Ventoso (en invierno), Germinal, Floreal y Pradeal (en primavera) y Mesidor, Thermidor y Fructidor (en verano). Sus nombres hablan por sí mismos.
También, para desterrar el santoral, cada día fue dedicado a un animal, planta o herramienta. Así, el 11 de Nivoso (1º de Enero, día de cumpleaños de Siglos Curiosos) era el Día del Granito.
El calendario nunca prendió en el pueblo francés, demasiado acostumbrado a su irracional calendario religioso antiguo, además de que éstos no encontraban muy racional que desaparecieran sus fiestas religiosas, y que su descanso semanal fuera una vez cada diez días en vez de cada siete. Finalmente Napoleón Bonaparte, en 1806, para transar con la Iglesia Católica, decidió abolir el calendario, cuyo último momento de vigencia fue la medianoche del 10 de Nivoso del año XIV (31 de Diciembre de 1806, hablando en normal).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario