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domingo, 26 de febrero de 2012

Miss Mina Terrestre.


Desde siempre los concursos de belleza han sido controversiales. Para algunos son un buen negocio, una diversión más o menos inocente a según el concurso, y por qué no, una buena oportunidad para hacer dinero por publicidad de productos cosméticos y similares. Para otros implican tratar a la mujer como un objeto, validarla únicamente por su belleza física a despecho de su interioridad, imponer cánones de belleza de manera unilateral, etcétera. Pero quizás el más polémico de todos los concursos de belleza habidos y por haber, sea el concurso Miss Mina Terrestre (Miss Landmine).

La idea partió de un director de teatro llamado Morten Traavik, de nacionalidad noruega. La idea detrás del proyecto implicó dar vuelta a una convención aceptada de belleza: una mujer desfigurada puede ser tan hermosa como una mujer con todo su cuerpo. En este caso, una desfiguración que sea producto de una mutilación por obra de una mina terrestre. Traavik lo expresó así: "Miss Mina Terrestre al final celebra la verdadera belleza, y reemplaza el término pasivo de 'víctima' por el activo de 'superviviente'".

La idea vino a la mente de Traavik estando de visita en Angola, en el año 2003, y presenciando la organización de un concurso de belleza local. Aún así, la idea de Traavik tardó en desarrollarse. El concurso Miss Mina Terrestre fue efectuado por primera vez en Angola, en el año 2008. Hubo dos ganadoras. La elección del jurado fue Augusta Hurica, y la del público fue Maria Restino Manuel. Las ganadoras obtuvieron dinero en efectivo, y una prótesis ortopédica.

Al año siguiente, trató de repetir el evento en Camboya. Pero el gobierno camboyano negó el permiso, considerando denigrante el concurso en cuestión, por lo que finalmente fue realizado en secreto, y el resultado anunciado al tiempo después. La ganadora fue Dos Sohpead, una chica que se impuso en la votación de internet, y que ganó 1000 dólares y una prótesis de titanio. La chica perdió su pierna a los seis años. Su padre la cargaba en brazos una noche, cuando alguien del grupo tropezó con un alambre de detonación: de la herida subsiguiente, tuvieron que amputarle la pierna por sobre la rodilla. Desde el evento en Camboya, de todas maneras, el concurso no parece haber vuelto a ser organizado. Y ni qué decir acerca de la polémica que se generó entre quienes lo defienden como un esfuerzo para poner el tema de las minas terrestres en el mapa y erradicarlas, y quienes lo atacan como una vergonzosa maniobra publicitaria o una utilización del dolor y del drama ajenos... Que el amable lector se forme sus propias opiniones al respecto.

2 comentarios:

  1. No están mal las chicas africanas de la foto, en todo caso. De cualquier manera, cabría preguntarse por qué estas iniciativas generan tanto rechazo pero no ocurre lo mismo con los concursos de belleza tradicionales, que además promueven otro defecto: la anorexia. Esto también sucede con el porno: existe gente que escupe ácido contra los sitios de intercambio de vídeos caseros, mientras se arrodillan ante los gemidos ultramontanos, racistas y neonazis que se oyen en las producciones de Private. ¿Sexo es sinónimo de libertad? ¡Las pelotas! También puede servir para propagar los valores de una "sociedad ideal", en el sentido de conservadora y reaccionaria.

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  2. A mí la generalidad de los concursos de belleza no me ponen por lo mismo: porque las que se pasean en trajebaños por la pasarela son unas pobrecillas saquitos de huesos. Ahí tienen las semillas de las cuarentonas dependientes de sus pastillas de calcio para poder pararse de la cama cada mañana sin quebrarse en dos...

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