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jueves, 15 de septiembre de 2011

Culebrón de un historiador chileno.


¿Quién dice que la vida de un historiador tiene que ser aburrida? A la de Vicente Carvallo y Goyeneche no le faltan ingredientes para su propia teleserie. Vicente Carvallo y Goyeneche es considerado el último de los grandes historiadores que produjo el Chile del período colonial, y de hecho, fue soldado en la frontera con los mapuches. Valdiviano de origen, nació en 1742. Aunque abrazó la carrera de las armas, no pudo continuarla por su carácter: era jugador, mujeriego y díscolo.

Pero por otra parte, era un hombre siempre interesado en la lectura, y por lo tanto de gran cultura. Esto lo aprovechaba para escribir sermones por encargo de los frailes y los clérigos, con cuyos ingresos conseguía financiar las calaveradas que, probablemente sobre decirlo, lo tenían de manera permanente al borde de la bancarrota. O de cómo financiar las actividades del Diablo haciéndole trabajos a Dios...

El caso es que hacia 1780 se dio a escribir una gran obra histórica sobre Chile. Para su "Descripción Histórico-Geográfica" no sólo incorporó material de cronistas anteriores, sino que incorporó sus propias averiguaciones en la documentación que pudo consultar en los cabildos. Terminado su trabajo de investigación en Chile, Carvallo y Goyeneche pidió autorización a la corte de Madrid para viajar hasta allá y consultar los archivos reales, en busca de más información sobre Chile. La corte le concedió la autorización en 1791. Pero para desgracia del historiador, en la época el gobernador de Chile era Ambrosio O'Higgins, antiguo superior al mando de Carvallo y Goyeneche que conocía su carácter indisciplinado y mantenía una franca enemistad con él, y que temeroso de que éste aprovechara su viaje a Madrid para intrigar en la corte en su contra, se negó a darle autorización para el viaje.

¿Creen ustedes que eso iba a detener a Carvallo y Goyeneche? Por supuesto que no. Su remedio fue cortejar a una viuda rica y añosa llamada Mercedes Fernández, con quien contrajo rápido matrimonio. Luego del cual, por supuesto, se fugó desde Chile dejando atrás a la afligida viuda y llevándose los dineros de la misma. Furia redoblada del Gobernador y del mismísimo Rey, que ordenaron su captura inmediata. Pero Carvallo y Goyeneche se las arregló en la corte para lograr el perdón real, y pudo seguir sus investigaciones en España, aunque por desgracia no obtuvo el acceso a los archivos. Finalmente se radicó en Buenos Aires, ciudad en la que fallecería en 1816. Con todo, su opus magna permaneció inédita durante más de medio siglo, hasta ver la luz finalmente en tres tomos publicados en 1875 y 1876...

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