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jueves, 9 de junio de 2011

El árbol de Lyautey.



El militar francés Louis Hubert Lyautey tuvo una destacada carrera bélica aporreando razas inferiores en nombre del colonialismo, a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Luego de que se estableciera el protectorado francés sobre Marruecos en 1912, fue nombrado Residente General, el primero en su cargo, puesto que ejerció hasta su retiro de la vida militar activa en 1925; en 1921 había alcanzado el grado de mariscal de Francia. No se puede decir que Lyautey (que, dicho sea de paso, llegó incluso a ocupar un sillón en la Academia Francesa) fuera un burócrata flojonazo y de mente simple: de hecho le gustaba visitar e inspeccionar personalmente hasta los más lejanos puestos militares de su protectorado para cerciorarse de que todo marchaba en orden. Y en uno de estos puestos transcurre la anécdota que reproducimos en Siglos Curiosos, puesto al que Lyautey había llegado y se había quedado impresionado de que no hubiera un solo árbol. El mariscal exigió entonces que se plantara algún árbol. Al tiempo regresó, y se encontró con el mismo panorama desolado y desolador.

-- ¿Por qué no han iniciado ninguna siembra? -- le espetó entonces al comandante del puesto militar.

-- ¡Mariscal! Envié muestras de la tierra al laboratorio agronómico de Casablanca, para averiguar qué especies convendría plantar aquí, y me respondieron que era inútil, porque cualquier cosa sembrada en este lugar tardaría cien años en dar fruto.

La respuesta de Lyautey no puede ser más directa y lógica:

-- ¿Cien años? ¡Con mayor razón todavía! No hay tiempo que perder.

6 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Buenas tardes General Gato, lamento escribirle no para comentar su entrada, sino para preguntarte si has recibido un email mío (joanluma7@gmail.com).
    Gracias, un saludo.

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  3. ¿Y... habrán plantado algo, finalmente?

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  4. A MARS ULTOR: Sí, recibí el E-Mail, y está contestado (con retraso, como es mi deplorable costumbre, pero contestado).

    A GALO GÓMEZ: Ni idea... La anécdota salió de un Selecciones de los '60s (Nov. 1966, para ser exactos), pero no se decía nada al respecto... Supongo que en la actualidad, algo sabríamos, porque si tardaría en crecer como 100 años, y la anécdota pasó más o menos hace 100...

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  5. ...y no le faltaba razón, aunque él no pudiera comer de sus frutos. Un saludo.

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  6. Considero lo mismo. Esa es la diferencia entre un pobre cualquiera que vive el día a día, y un hombre de verdad que mira y hace las cosas con perspectiva de largo plazo. En mi nunca demasiado humilde opinión, al menos.

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