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jueves, 4 de noviembre de 2010

Espectros de los ordovicos y los silures.

Uno de los más dramáticos eventos en la Historia de la Tierra, no demasiado conocido porque no intervienen dinosaurios, pero no por ello menos dantesco en cantidad bruta de muertos, es la llamada Extinción Masiva del Ordovícico-Silúrico, que se produjo aproximadamente hace 450 millones de años. No es la peor de todas, pero en cantidad de especies extintas no tiene nada que envidiarle a la extinción masiva más conocida, que es la KT (Cretácico-Terciario, la clásica de los dinosaurios, vamos). De hecho, es la segunda extinción masiva de especies marinas conocida, cerca de un 60% del total, lo que es bastante si se considera que en la época, TODA la vida animal o vegetal estaba confinada en los mares (el récord absoluto lo tiene la Extinción del Pérmico-Triásico, hace unos 250 millones de años, aunque en esa época la vida ya se había abierto camino hacia la superficie terrestre).

Desde un punto de vista etimológico, tiene su gracia que una de las cinco mayores extinciones masivas en la historia terrestre reciba su nombre de los dos períodos geológicos mencionados (el Ordovícico y el Silúrico, ambos partes del Paleozoico, conocido en los manuales antiguos como Era Primaria). Resulta que la Paleontología de la primera mitad del siglo XIX, cada vez más dispuesta a aceptar que la Tierra debía ser más vieja que los 6000 años bíblicos, comenzaba la dificultosa labor de periodizar la historia terrestre. Como la investigación científica estaba confinada en la época a los fósiles y sedimentos de Europa, las rocas mejor investigadas del período Primario (actual Paleozoico) eran las de Gales, en Inglaterra. De esta manera, cuando quisieron buscar nombres, se volvieron al nombre antiguo de Gales (Cambria), para bautizar lo que actualmente es el Período Cámbrico.

Ahora bien, pronto hubo que inventarse más nombres para los períodos, y como parecía cómodo el sistema adoptado, los dos períodos siguientes al Cámbrico recibieron su nombre de dos tribus galesas, precisamente: el Ordovícico de los ordovicos, y el Silúrico de los silures. Los ordovicos vivían en el norte de Gales y los siluros en el sur, y los historiadores romanos refieren el apetito de ambas tribus por la guerra. En los hechos, durante el siglo I después de Cristo, los romanos trataron de entrar a Gales por la fuerza, y si bien lograron conquistar y pacificar la región (más o menos), esto les costó lo suyo, y los ordovicos y siluros nunca aceptaron la romanización sino de mala gana, sólo para sacudírsela a la primera ocasión. Cuando cayó el Imperio Romano, Gales recayó en la barbarie como si nunca los romanos hubieran estado allí.

Yendo un poco más lejos en la etimología, nos encontramos con que la palabra "ordo-wik" puede estar emparentada con el irlandés "ord" y el galés "gordd", que significa martillo. "Silo", por su parte, vendría significando "semilla" en galés. Quizás ambas tribus, conocidas por la fiereza de sus guerrillas contra los romanos, se habrían sentido más que satisfechas de saber que por un capricho de la Historia de la Ciencia, los nombres de ambas acabarían insertas nada menos que en uno de los más importantes eventos de extinción masiva en la Historia de la Tierra completa...

2 comentarios:

  1. Perdona el atrevimiento de mi ignorancia, pero ¿Los silures no son también unos peces??

    Saludos!!

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  2. Efectivamente, el siluro es lo que los yankis llaman "pez gato". Sin embargo, según el Diccionario de la Real Academia Española de la Lengua, la palabra "siluro" tiene una raíz etimológica distinta (la palabra original sería el griego "σίλουρος", contrástese con la definición de la RAE de "silúrico"). En cualquier caso gracias por el aporte, se me había pasado la posibilidad de que el pez derivara de la misma raíz etimológica y tuve que chequearlo. Saludos.

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