Páginas

jueves, 14 de octubre de 2010

Toda la Humanidad resucitada al mismo tiempo.


Probablemente no sea la más grande saga de novelas de Ciencia Ficción de todos los tiempos, pero la propuesta del Mundo del Río, escrita por Philip Jose Farmer, es bastante interesante por sí misma, y tiene un filón histórico que se puede explotar. La saga se compone de cinco novelas ("A vuestros cuerpos dispersos" en 1971, "El fabuloso barco fluvial" en 1971, "El oscuro designio" en 1977, "El laberinto mágico" en 1980 y "Dioses del Mundo del Río" en 1983), además de algunos libros de cuentos, no todos ellos escritos por Farmer. La premisa es simple, pero rendidora: una misteriosa raza de seres alienígenas, conocidas únicamente como "los Eticos", resucitan a los 36 mil millones de seres humanos que han vivido desde la Prehistoria hasta el siglo XX, en las orillas de un único río. Este se encuentra en un planeta completamente transformado para esos efectos. El propósito para el cual son resucitados es desconocido, y el eje vertebral de las cinco novelas es como una serie de personajes se lanza a la búsqueda de las respuestas respectivas.

No cabe duda de que la idea es una profunda metáfora de la existencia humana. El río ha sido desde siempre un poderoso símbolo literario de la vida. El español Jorge Manrique en el siglo XV escribía sus famosos versos: "Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir" (Coplas por la muerte de su padre, 3). De manera relacionada, en Madame Bovary un personaje reflexiona: "Por ejemplo, nosotros decía él, ¿por qué nos hemos conocido?, ¿qué azar lo ha querido? Es que a través del alejamiento, sin duda, como dos ríos que corren para reunirse, nuestras inclinaciones particulares nos habían empujado el uno hacia el otro" (segunda parte, Capítulo VIII). El chileno Baldomero Lillo, por su parte, recrea el ciclo del agua en su cuento "Las nieves eternas", la historia de una gotita que "nace" en la montaña y viaja río abajo. Volviendo a la obra de Philip Jose Farmer, resulta que el protagonista principal es Richard Francis Burton, un personaje histórico real, que en la Tierra del siglo XIX se embarcó a la búsqueda de las fuentes del Nilo, el Santo Grial de los exploradores africanos de la época, y que en el Mundo del Río, ya resucitado, parte a la búsqueda de las respuestas en el nacimiento mismo del gigantesco río que recorre a toda la civilización ultraterrena.

Interesantemente, Farmer no cree demasiado en la bondad de la naturaleza humana. Aunque la novela está escrita como un folletín, hasta el punto que puede llegar a pensarse que Farmer en realidad inventó la premisa argumental para darse el gusto de mezclar personajes históricos que de otra manera no hubiera podido juntar unos con otros, en el trasfondo puede olerse un poco la vieja necesidad humana de adquirir poder y riquezas a costa de otros. Los misteriosos alienígenas han dispuesto las cosas de manera tal, que los seres humanos están encajonados en el río, y además no pueden crear tecnología de un estadio superior al Paleolítico. Además, la agricultura no sólo es imposible, sino también innecesaria, porque cada habitante del Mundo del Río tiene un cilindro que, gracias a unos pilones ubicados a porfía en las riberas del río, se recargan diariamente con toda la comida que necesitan. Además, los cuerpos de los resucitados carecen de defectos físicos. ¿Creen ustedes que eso detiene a los habitantes para crearse pequeños feudos e imperios? A la vuelta de algunos años, el entero Mundo del Río de principio a fin está balcanizado en una multitud de micronaciones, e incluso se ha inventado la llamada "esclavitud de los cilindros", en los cuales los más fuertes capturan los cilindros de los más débiles para atiborrarse de comida (manteniendo vivos a los esclavos, eso sí, porque los cilindros vienen "personalizados", y si su dueño o usuario muere, el cilindro se vuelve inútil). Así vemos a personajes como el vikingo Haroldo Dienteazul repitiendo sus saqueos de "su otra vida", o al británico Juan Sin Tierra siempre sediento de poder...

Para quien les interese, digamos que la saga ha sido adaptada en un par de ocasiones a la televisión. En el año 2003 se hizo una peli llamada "El Mundo del Río", que en realidad era el episodio piloto de una serie televisiva que nunca llegó a rodarse. Y en 2009 se rodó una miniserie de cuatro horas de duración. Eso, por si les da flojera bancarse los cinco tomos completos (que en castellano, para terminar la sección informativa, fueron publicados por Editorial Ultramar).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario