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domingo, 15 de noviembre de 2009

El Diablo contra Georges Cuvier.


Georges Cuvier (1769-1832) fue uno de los más destacados naturalistas de comienzos del siglo XIX. Entre otros méritos, desarrolló los estudios de Anatomía comparada entre fósiles, e impuso la idea de que las criaturas antiguas podían en efecto llegar a extinguirse. Descubrió el primer fósil de pterodáctilo del que se tenga noticia, así como una bestia marina reptiliana, el mosasaurio, y tuvo la muy certera intuición, que se confirmaría después de su muerte, de que antes del predominio de los mamíferos, había existido una época en la que el planeta había sido dominado por los reptiles. Con todo, no se libró de cometer algunos errores, el peor de los cuales fue ser un antievolucionista convencido. Para Cuvier, los fósiles eran restos de animales prehistóricos, vale, pero no habían evolucionado, sino que habían sido barridos por catástrofes sucesivas en la historia terráquea.

En su mentalidad, Cuvier se mantenía más o menos apegado a la idea de Creación. Para él, las especies sobre la Tierra surgían y se mantenían inmutables en el tiempo, hasta que un cataclismo las barría. Observó que las partes de distintos animales se correspondían, y formuló así una "ley de la correlación". Según Cuvier, un animal con cuernos y casco siempre tendrá dentadura de hervíboros, y si tiene uñas y garras, necesariamente tendrán dientes de carnívoro. Esta idea, llevada al extremo, es como mínimo un poco complicada, pero Cuvier con esto adelantó la noción de que podemos saber si un fósil pertenecía a un hervíboro o un carnívoro mirándole los dientes, y en general, de que podemos saber cosas sobre el comportamiento y costumbres del animal observando su anatomía. Con esto, creía estar amarrando al Reino Animal, y cerrando la puerta a cualquier clase de evolución. Después de todo, si los animales permanecen dentro de sus respectivas correlaciones porque es su forma natural, es imposible que cambien con el tiempo.

Un buen día, un grupo de estudiantes decidió gastarle una broma. Uno se vistió de diablo y se puso cuernos, además de zapatos con suela en forma de casco. Con ese disfraz se metió a la casa de Cuvier, mientras el resto se quedaba afuera, esperando el resultado. El disfrazado se acercó a Cuvier, que estaba durmiendo, y le gritó cerca del oído:

- ¡Despierta, hombre de las catástrofes! ¡Soy el Diablo, y vengo a comerte!

A sabiendas de que era alguna clase de broma, o simplemente demasiado adormilado para asustarse, Cuvier replicó:

- ¿Quieres comerme? Es imposible. Tienes cuernos y pezuñas. Según la ley de las correlaciones, eres hervíboro.

Y se vuelta sobre su cama para seguir durmiendo. Los estudiantes, mientras tanto, al escuchar esto, descargaron una gran ovación.

Por cierto, como ya explicamos en Siglos Curiosos, la imagen del Diablo fue confeccionada a partir del dios griego Pan, que tenía patas de macho cabrío, esto es, de un hervíboro. Entonces, la afirmación de Cuvier no iba tan desencaminada...

2 comentarios:

  1. Lo raro es que el diablo haya querido comerselo, o quizás era un doble sentido de esos que le hubieran gustado a Julio Cesar xD

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  2. Bueeeeeeno, ya sabemos cómo son estas cosas, que algunos testigos ven algo, y después vamos metiéndole detalles y picante para que sea mejor el cuento... :-D

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