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jueves, 12 de febrero de 2009

Complicaciones de volar un puente.


El arte tiende a ser una actividad solitaria: el pintor en su taller (con modelos desnudas, de preferencia, claro está), el escritor frente a su pluma de ganso, su Olivetti o su PC... Pero el cine, al revés, implica crear arte en colectivo. Algunas películas podrán haber sido creadas con escasez de medios, pero aún así requiere la cooperación de muchos técnicos en varios rubros distintos. Desgraciadamente, entre poner de acuerdo a tanta gente para hacer tal o cual cosa, suelen ocurrir accidentes. Uno de los costosos, ocurrió en la filmación de "El bueno, el malo y el feo", el clásico Spaghetti Western protagonizado por Clint Eastwood.

A pesar de ser largamente sindicada como italiana por ser un Spaghetti Western, por estar Sergio Leone de director, y por tener soundtrack de Ennio Morricone, lo cierto es que "El bueno, el malo y el feo" fue una coproducción entre capitales italianos, alemanes y españoles. Así es como el equipo productor arribó a España para rodar. Quienes hayan visto la peli recordarán que parte importante de la trama transcurre alrededor de las peripecias de los protas para volar un puente, en medio de la Guerra Civil de Estados Unidos (sí, un director italiano con capitales alemanes rueda en España una escena de yankis contra sudistas... ¡misterios del cine!). Para la escena, los esforzados ingenieros militares españoles levantaron todo un puente, simplemente para volarlo después. Como siempre las escenas que implican dinamitar cosas (automóviles, puentes, lo que sea) tienden a ser monetariamente costosas, sólo cabe hacer una sola toma, o los costos se encarecen astronómicamente, de manera que se pusieron todos de acuerdo para que saliera a la primera y sin error. La señal era que Sergio Leone diría "Vai!" ("¡Vamos!"), por un walkie-talkie, y entonces el capitán de los ingenieros militares que habían construido el puente, tendría el honor de presionar el detonador y volarlo a dinamitazo limpio.

El problema es que de pronto, por el mismo canal de walkie-talkie, un cualquiera del equipo técnico de la película le dijo a otro cualquiera "Vai! Vai!", refiriéndose a otro asuntillo completamente distinto. El capitán, con obediencia militar, creyó que Sergio Leone estaba dando la señal, y pulsó el detonador. El puente fue volado, y no había ninguna cámara rodando. Suerte hubo que tampoco había nadie ni en el puente ni en sus cercanías, así es que no hubo lesionados ni muertos que lamentar. Sergio Leone, furioso por supuesto, despidió al sujeto en cuestión. Pero el capitán, avergonzado en su honor militar, se comprometió a reconstruir por completo otra vez el mismo puente, mientras Sergio Leone rodaba otras escenas. La única condición que puso, es que el pobre desgraciado que había dado origen al problema fuera recontratado, a lo que Leone accedió. De esta manera el técnico volvió al set, Leone grabó otras escenas, el puente fue reconstruido... Y fue volado por segunda vez, ahora sí con todas las de la ley, con cámaras grabando la detonación.

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