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domingo, 28 de diciembre de 2008

De dónde salió el "colemono".


El cola de mono o "colemono" es un trago típico chileno que, si bien se puede consumir todo el año, suele ser tradicionalmente asociado a la Navidad y el Año Nuevo. Es un combinado de café, leche, azúcar y aguardiente, y generalmente se le añaden especias (canela, por lo regular, aunque también a veces cascaritas secas de naranja) para darle un toque. El origen del trago, así como el de su denominación, es uno de los misterios sumergidos en la Historia Profunda de Chile, y circulan varias versiones sobre ella.

Según don Manuel Antonio Román, en su diccionario de chilenismos, el nombre vendría simplemente del color café oscuro del trago, semejante a la cola de un mono. Otros le achacan la responsabilidad a que el trago se comercializaba artesanalmente en sus buenos tiempos, reutilizando las botellas de un popular anís español, el Anís del Mono, cuya característica era el dibujo de un mono con una larga cola. Pero las versiones más populares relacionan al colemono con don Pedro Montt, quien fuera Presidente de Chile entre 1906 y 1910 (ya nos referimos incidentalmente a Pedro Montt en un posteo anterior de Siglos Curiosos).

Según una versión, en 1901 los partidarios de Pedro Montt habrían ido a consolar la derrota electoral sufrida frente a Germán Riesco, a una heladería cuya especialidad de la casa era justamente un trago de aguardiente con helados de café con leche derretidos. El trago no tenía nombre, pero hubo quienes asociaron a Pedro Montt (a quien, por lo bajo, y comprensiblemente de espaldas al aludido, llamaban el Mono Montt por su cara más bien morena) y el que hubiera salido "a la cola" o "coleado" en las elecciones, con el trago. Empezó así a hablarse de la "cola de Montt", y más aún, con su picardía, de la "cola de mon... o", para aludir a Montt sin referirse directamente a él.

Pero la versión más popular es la siguiente. En la casa de doña Filomena Cortés viuda de Bascuñán, que tenía cuatro hijas casaderas que cantaban, tocaban la guitarra y el arpa, se organizó una fiesta que tenía como invitado de honor nada menos que al ahora sí Presidente don Pedro Montt. En la madrugada empezó a llover, e inquieto, Pedro Montt quiso retirarse, y pidió que le devolvieran un revólver Colt que había entregado para que lo custodiaran. Los invitados trataron de disuadir a Montt de que no se retirara, en parte por la lluvia y en parte para seguir la fiesta, y de manera muy conveniente para los contertulios, nadie recordaba dónde había quedado el dichoso revólver. Y como el vino y los licores se habían terminado, y descubrieron sólo una jarra de café con leche, los parroquianos le echaron aguardiente y azúcar, y siguieron la fiesta. Y como el trago no hubiera nacido, según esta versión, si el revólver del Presidente no se hubiera perdido, se lo llamó en su honor el "Colt de Montt", que después por corrupción idiomática habría pasado a ser el "colemono"...

5 comentarios:

  1. muy intresante

    y pues
    Salud!! jaja

    felices fiestas de final de año

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  2. No he probado nunca esa bebida, como los ingredientes están en la entrada, lo intentaré.
    Un saludo y próspero año nuevo.
    pd. A propósito, la botella de anís del mono a la que haces referencia también tiene una historia singular y curiosa. Como no tengo tiempo, corto y pego de la siguiente dirección: http://weblogs.madrimasd.org/cienciaypoesia/archive/2008/12/15/457.aspx
    El texto es el que sigue:

    "Cuando los fundamentalistas americanos rechazan las leyes de la evolución y piden la supresión de su enseñanza en las escuelas, bueno es recordar el singular homenaje que en la atrasada España de 1872 rindió el comerciante barcelonés Vicente Bosch al genio de la ciencia moderna al diseñar una botella que agrandaba las medidas de un frasco de perfume francés y mandar dibujar para ella una etiqueta en la que un primate humano presentaba unas botellas sosteniendo un pergamino que proclamaba: "Es el mejor. La Ciencia lo dijo y yo no miento. Esta ciencia era la que había hecho publica en 1859 Charles Darwin con su libro 'El origen de las especies'". Más desconocido es el hecho de que la efigie del primate humano, que daría lugar a la marca Anís del Mono, es la de Charles Darwin, como puede comprobarse cotejando la imagen de la etiqueta con una fotografía del insigne científico. Más de un siglo después el famoso icono sigue ganando batallas, sin que alguna otra alternativa al establecido logotipo, como la de mujer con simio, haya prosperado. Bienvenido sea otra vez este ilustre mono."

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  3. Gracias por el brindis, y gracias por el comentario. Interesante historia la del anís del mono, yo he visto alguna vez de esas botellas, en el anticuario. Disculpen la demora en responder, que ha sido un cambio de año bastante agitado. Saludos, y un Feliz 2009.

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  4. La que yo conocía refería que el bebestible se llamaba "ponche de leche", y se ingería caliente. Pero a Montt le gustaba beberlo frío, y los aduladores siguieron la moda, pidiendo entonces, el "cool" de Montt, Y de "cool de Montt" a "cola de mono", hay sólo un paso.

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  5. Y ahí va entonces otra versión de los orígenes de la historia del colemono. Es lo que tienen las leyendas y tradiciones, que de dónde vienen son fuentes de nunca acabar.

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