¿Se puede ser escocés si no se nace en Escocia...? Sentimientos nacionalistas de inmigrante aparte, la verdad es que sí, al menos en un caso, y éste es el de Juan Escoto Erígena, teólogo del siglo IX. Porque éste, a pesar de su origen ("escoto" significa más o menos "el escocés", porque Escocia le debe su nombre al pueblo de los escotos, que lo colonizó hacia el siglo VI), su apodo lo delata como nativo no de Escocia, sino de Irlanda, ya que "genos" en griego significa "nacido", y "Erín" es el nombre que recibía la isla ("Irlanda" viene del inglés "Eire Land", que significa "Tierra de Erín", precisamente). O sea, Juan Escoto Erígena era Juan el escocés, pero un escocés nacido en Irlanda. ¿Cómo es esto posible?
La verdad es que, durante la temprana Edad Media, la historia de Escocia y de Irlanda estaba más vinculada de lo que podría parecer a primera vista. Las Islas Británicas estaban pobladas por tribus celtas en la época de la conquista romana, pero éstos sólo conquistaron Inglaterra, es decir, la región sur de la isla de Gran Bretaña (a veces se identifica a Inglaterra con la totalidad de Gran Bretaña, lo que es incorrecto). Es decir que Escocia, la región norte, e Irlanda, la isla occidental a Gran Bretaña, jamás cayeron en manos romanas. Debido tanto a su cultura común como a la resistencia contra el invasor romano, hubo buenas relaciones entre ambos territorios. En el siglo VI, la región norte fue invadida por la tribu de los escotos, y éstos dieron nombre a Escocia, pero por ser celtas, siguieron tan fieles a los celtas de Irlanda como siempre. De manera que, desde la Europa Continental, se les dio el nombre de escotos tanto a los escoceses mismos como a los irlandeses.
Las invasiones vikingas cambiaron esto. Los montañeses de Escocia, frente a la presión, se unieron, y en el año 844 crearon un reino unificado (bueno, más o menos, pendencieros como eran los highlanders, en realidad), bajo la dirección de Kenneth MacAlpin, señor de los escotos, que fue aceptado también por los pictos, otra tribu de Escocia, convirtiéndose así en Kenneth I de Escocia y fundando la monarquía escocesa. Irlanda, por su parte, tuvo menos suerte, y los vikingos no sólo la arrasaron, sino que fundaron un puesto de avanzada (la futura ciudad de Dublín), desde la cual dominaron la isla durante casi un par de siglos. Con lo que las tradiciones culturales escocesa e irlandesa divergieron, y cada territorio asumió su propia identidad, si bien con raíces culturales célticas comunes.
Y una nota final. Juan Escoto Erígena, a pesar de venir desde las Islas Británicas, floreció en la corte de Carlos el Calvo, Rey de Francia. Esto no es casualidad. En la época, los más importantes pensadores procedían de Irlanda (en realidad, antes de que la población irlandesa fuera diezmada por los vikingos y su cultura aniquilada). De ahí que un escocés nacido en Irlanda, encontrara finalmente su campo de trabajo en Francia...
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