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jueves, 15 de mayo de 2008

La ira contra Gundya Tikoa.

Casi todas las religiones siguen un esquema mítico similar para explicar el pecado en el mundo: hay un dios creador y benevolente contra el cual los humanos hacen algo (o se rebelan, o simplemente cometen el error que no debían cometer), y por lo cual "caen de la Gracia". Por eso, la historia de Gundya Tikoa es tan peculiar. Porque si de los hotentotes se trata, por muy dios creador que sea, Gundya Tikoa puede irse al demonio.

Los hotentotes son un pueblo africano que se instaló en la región sur del continente (actualmente Sudáfrica) hacia el siglo VI, y habitan las regiones más áridas debido a la presión de un grupo migratorio posterior, los bantúes (bueno, eso y los bóers para rematarla). Se dividen en varias tribus, y de ahí que su mitología no es perfectamente unitaria ni coherente. Pero trataremos de reseñarla.

En Gundya Tikoa se funden dos dioses supremos hotentotes, el dios Gamab o Gauna por una parte, y el dios Utixo por otra. Resulta que este dios creó al primer ser humano, que por mera coincidencia era negro y hotentote... Este primer hombre salió bastante zafado, y con sus innumerables pecados, incurrió en la ira de Gundya Tikoa, quien lo maldijo. Sin embargo, lejos de adoptar una actitud contrita y humilde, como las grandes religiones, los hotentotes reaccionaron con orgullo y simplemente se limitan a despreciar a Gundya Tikoa, a quien lo pintan como un señor del cielo que se la pasa arrojando flechas hacia abajo (esa es la explicación de la existencia de la muerte). Con perfecto sentido lógico, los hotentotes se dicen: ¿qué sentido tiene adorar a un ser superior que se comporta así? Para otra leyenda, Gundya Tikoa envió el mensaje de que proveería de inmortalidad a los humanos con un conejo, lo que fue una torpeza inenarrable, porque el conejo enredó el mensaje, dijo que lo que sería eterno sería la muerte, y de ahí la rabia suprema de los hotentotes contra su dios creador; en cualquier caso, es probable que en esta leyenda haya su poco de influencia cristiana posterior, porque es en crónicas cristianas que aparece recopilado este mito.

En cualquier caso, la religión hotentote presenta la peculiaridad de creer en un ser supremo casi todopoderoso, al que sin embargo no vale la pena rendirle culto ni adoración, y de hecho no lo hacen. Creen que, a veces, Gundya Tikoa toma forma humana y camina como un hotentote más por la tierra, aunque sin que estos periplos tengan significado mitológico alguno. De todas maneras, en tiempos recientes, esta religión tradicional hotentote ha sido progresivamente abandonada, conforme las tribus hotentotes se han ido convirtiendo al Islamismo.

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