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domingo, 25 de mayo de 2008

Hacia el Imperio Azteca.

Es bastante conocida la leyenda sobre el origen de los aztecas, o mejor dicho de los tenochas, como se denominaba este pueblo a sí mismo ("azteca" es la denominación española, y aparentemente significa "hombre del país de Aztlán"). Según reza la leyenda, los aztecas abandonaron la mítica tierra de Aztlán, guiados por su dios Huitzilopochtli. La orden de Huitzilopochtli era que los aztecas deberían detener su peregrinación cuando vieran la famosa señal: un águila devorando una serpiente, arriba de un nopal. Este emblema forma hoy en día incluso parte de la bandera de la República de México.

Sin embargo, la verdadera historia parece haber sido menos romántica y más sórdida. Por de pronto, la localización de Aztlán no ha podido ser determinada: para algunos habría estado en el norte del Valle de México, y para otros en una región tan alejada como podría ser el sur de Estados Unidos (quizás la actual California, Nevada o Nuevo México). Incluso hay quienes sostienen que Aztlán realmente no habría existido nunca, y que sería una especie de lugar legendario como la Atlántida o el Jardín del Edén, en otras tradiciones míticas. Sí parece cierto que, a mediados del siglo XIII, los aztecas estaban ya instalados en el Valle de México, y a partir de ahí puede rastrearse su historia, confusamente, a través de algunas crónicas que han conseguido sobrevivir al paso del tiempo (por no hablar de los estragos culturales provocados por los conquistadores españoles).

Lo de "instalados" es relativo, porque en la época, el entero Valle de México era regida por numerosas ciudades independientes. Los aztecas consiguieron hacerse un lugar en Chapultepec, una colina al oeste del Lago Texcoco, en fecha cercana a 1248. Sin embargo, la tribu de los tepanecas, que regía la ciudad de Azcapotzalco, emprendió la guerra contra los aztecas y los desalojó. Cocoxtli, rey de Cuhualcán, les permitió entonces instalarse en unos bancos de arena a orillas del Lago Texcoco. Los aztecas empezaron a asimilarse lentamente a la cultura de Cuhualcán, adoptando en esta fecha el legado cultural que procedía incluso desde épocas tan lejanas como Teotihuacán (ciudad que vivió su gran esplendor entre 250 y 750 después de Cristo, aproximadamente).

En 1323, los aztecas se dirigieron a Achicometl, nuevo rey de Cuhualcán, para pedirle su hija y consagrarla como sacerdotisa. Lo que Achicometl no sabía, es la bárbara manera en que pensaba hacer esto. Los aztecas llevaron a cabo su ritual, y en la cena subsiguiente, en la que apareció Achicometl, el sumo sacerdote azteca apareció vistiendo un traje confeccionado con la piel desollada de la infortunada hija. Por supuesto que, escandalizados y horrorizados, los habitantes de Cuhualcán expulsaron a los salvajes aztecas. A éstos no les quedó más remedio que instalarse en las islas pantanosas del Lago Texcoco, y allí construyeron su propia ciudad, Tenochtitlán.

En 1376, los aztecas consiguieron jugar una complicada carta política. Usando las costumbres aprendidas en Cuhualcán, eligieron a su propio rey en Tenochtitlán. Para que dicho acto no fuera visto como una agresión, acordaron entonces una alianza con Tezozomoc, el poderoso rey de Azcapotzalco (la misma ciudad que un siglo antes los había barrido de Chapultepec), y se hicieron tributarios de dicha ciudad. De esta manera, como tributarios, vasallos y mercenarios al servicio de Azcapotzalco, los aztecas consiguieron acumular suficiente poder; cuando Tezozomoc finalmente falleció y fue reemplazado por su belicoso e ineficiente hijo Maxtla, los aztecas se sublevaron, sometieron a Azcapotzalco, y en alianza con otras dos ciudades (Texcoco y Tlacopán), fundaron finalmente el Imperio Azteca.

¿De dónde surgió entonces la tan bella como falsa leyenda del águila devorando a la serpiente arriba del nopal? Probablemente el responsable sea Tlacaelel, sumo sacerdote de los aztecas entre 1418 y 1487, quien creó la religión nacionalista de los aztecas con motivos puramente políticos. Y como en Siglos Curiosos ya nos hemos referido a él, a ese posteo nos remitimos en lo que a Tlacaelel se refiere.

2 comentarios:

  1. Muy buen artículo. Pero vale una aclaración: azteca no es una denominación española. Los aztecas se llamaban así a sí mismos por provenir de Aztlán (de hecho el sufijo teca quiene decir "gente" y se aplica a chichimeca, zapoteca, etc.)

    Cuando se asentaron y fundaron Tenochtitlán, al ser ésta considerada el centro del mundo, pasaron a llamarse a sí mismos Mexicas, ya que la palabra Mexico en nahuátl significa "lugar del ombligo del mundo".

    Saludos desde Bs. As.

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  2. Gracias por la aclaración. Voy a reconsultar mis fuentes, y a ver si abordo el tema en un futuro...

    Por cierto, he añadido de inmediato el enlace a Universo Babel, que por lo poco que leí, es un estupendo blog.

    Saludos desde Chile.

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