Francis Bacon, científico, ensayista y político de finales del siglo XVI y comienzos del XVII, tuvo un fallecimiento de lo más peregrino. Fue, para que seamos exactos, víctima de su curiosidad científica. Y al igual que su coleguete René Descartes, fue el frío quien le jugó una mala pasada.
Un día cualquiera del año 1626, comenzó a caer nieve sobre Londres. Francis Bacon decidió que era una estupenda oportunidad para investigar la acción del frío para retrasar la descomposición de los cadáveres. De esta manera, se dedicó la tarde a los menesteres de enterrar un pollo muerto en la nieve. Desafortunadamente para él, el frío intenso obró lo suyo, y Bacon se ganó una buena gripe. Debido a su avanzada edad (65 años), la gripe se complicó y se convirtió en pulmonía, la que le costó la vida unos días después. En cuanto al pollo que Bacon enterró, nada se sabe sobre él.
Puede decirse, por tanto, con su miga de ironía, que Francis Bacon murió por culpa de enterrar un pollo en la nieve.
Puede decirse, por tanto, con su miga de ironía, que Francis Bacon murió por culpa de enterrar un pollo en la nieve.
yo solo tengo una cosa que preguntar:
ResponderBorrarentonces que fue primero? El Pollo o el Bacon?
El pollo. Los gallináceos han estado presentes sobre la faz de la Tierra a lo menos desde hace cinco millones de años atrás (el extinto Gallus aesculapii es la especie de gallinácea más antigua encontrada, hasta donde mis noticias llegan, y tiene más o menos esa data).
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