La historia del auge y caída de Augusto Pinochet, el dictador que gobernó a Chile entre 1973 y 1990, tiene todos los aires de tragedia, o quizás de una ópera bufa. En él se conjugan los dos elementos de la arrogancia y el castigo a la soberbia, de una manera casi grotesca. Estos hechos son bien conocidos por los chilenos, pero en el extranjero puede que lo sean un poco menos, y en todo caso, su carácter marcadamente irónico los hace carne de cañón para Siglos Curiosos, de manera que aquí va la historia.
Augusto Pinochet llegó a la Comandancia en Jefe del Ejército a finales de Agosto de 1973, luego de que un grupo de esposas de uniformados armaran un escándalo indigno de su posición social, para que sacaran al General Carlos Prats de dicho puesto. El propio Presidente Salvador Allende le nombró, y menos de una quincena después, Pinochet le derrocaba, apoyando un golpe de estado que, por cierto, no preparó el Ejército, sino la Armada, que por ese entonces estaba en manos del Almirante José Toribio Merino.
En el proyecto original se suponía que la Presidencia de la Junta de Gobierno era asumida por el Comandante en Jefe de mayor antigüedad, y luego el turno se rotaría entre las cuatro ramas (Ejército, Armada, Fuerza Aérea y Carabineros). Por tanto, correspondía a Merino tal cargo. Sin embargo, Pinochet alegó que él representaba al Ejército, y ésta era la rama más antigua, y se quedó presidiendo la Junta de Gobierno. Y de rotación, nunca más se habló.
Durante su dictadura, Pinochet lanzó su célebre amenaza: "¡En este país no se mueve una sola hoja sin que yo lo sepa!". Dirigida a los marxistas fue la frase repetida por los humoristas políticos chilenos hasta la saciedad después: "¡Están todos identificados, señores!".
Ordenó escribir la Constitución de 1980 a su medida, y la promulgó pensando en amañar un plebiscito en 1988... el cual perdió. Por una serie de leyes de amarre dictadas en los dos últimos días de gobierno suyo (el 10 y el 11 de marzo de 1990) dejó amarrada la insittucionalidad chilena también a su medida, quedándose con la Comandancia en Jefe hasta 1998.
Usó ese poder remanente para amedrentar a sus enemigos. Así, cuando los tribunales de justicia intentaron investigar un turbio asunto de cheques de uno de sus hijos (los llamados "pinocheques"), dio un cuartelazo como advertencia. A la investigación le dieron carpetazo, y golpe de estado no hubo; en cuanto a esto, se lo llamó con el eufemismo de "ejercicio de enlace". Se recuerda también el comentario cruelmente burlesco que hizo, cuando se le interrogó por el macabro descubrimiento de que en varios ataúdes con cadáveres de detenidos desaparecidos, habían dos cuerpos por urna, y éste replicó: "¡Pero qué economía más grande...!".
El principio del fin vino en 1997, cuando se acabó la calidad de vitalicios que tenían los jueces de la Corte Suprema nombrados por Pinochet. A esta renovación del Poder Judicial siguió el arresto de Pinochet en Londres, cuando viajó a dicha ciudad, pésimamente asesorado por un militar suyo de confianza. Entonces se recluyó en una clínica, la London Clinic, la cual de paso le dio nombre al suplemento satírico "The Clinic", publicado hasta el día de hoy.
Se zafó de ésa gracias a que se le diagnosticó demencia senil moderada, y pasó todo ese tiempo en un hospital. Incluso se organizó una colecta entre sus partidarios para pagarle los gastos de estadía allá, porque se le suponía hombre sin gran fortuna personal. Regresó a Chile, y su primer gesto, nada más pisar la losa del aeropuerto, fue levantarse de la silla de ruedas y caminar triunfalmente...
...por última vez, porque desde ese entonces, la avalancha de juicios en su contra ya no cesó, incluyendo juicios por fraude al fisco por el descubrimiento de colosales cuentas bancarias en el extranjero, que ascendían a varios millones de dólares. Pinochet evitó la prisión por el expediente de "enfermarse" estratégicamente, hasta que el 3 de Diciembre de 2006, resultó más o menos cierto, y finalmente falleció una semana después. La derecha para la cual gobernó, hacía tiempo que le había abandonado porque le estorbaba su recuerdo en las elecciones, y los empresarios que se habían enriquecido adquiriendo activos del estado a bajo precio con las privatizaciones, también se había distanciado lo suyo... Sic transit omnia gloria mundi!
En el proyecto original se suponía que la Presidencia de la Junta de Gobierno era asumida por el Comandante en Jefe de mayor antigüedad, y luego el turno se rotaría entre las cuatro ramas (Ejército, Armada, Fuerza Aérea y Carabineros). Por tanto, correspondía a Merino tal cargo. Sin embargo, Pinochet alegó que él representaba al Ejército, y ésta era la rama más antigua, y se quedó presidiendo la Junta de Gobierno. Y de rotación, nunca más se habló.
Durante su dictadura, Pinochet lanzó su célebre amenaza: "¡En este país no se mueve una sola hoja sin que yo lo sepa!". Dirigida a los marxistas fue la frase repetida por los humoristas políticos chilenos hasta la saciedad después: "¡Están todos identificados, señores!".
Ordenó escribir la Constitución de 1980 a su medida, y la promulgó pensando en amañar un plebiscito en 1988... el cual perdió. Por una serie de leyes de amarre dictadas en los dos últimos días de gobierno suyo (el 10 y el 11 de marzo de 1990) dejó amarrada la insittucionalidad chilena también a su medida, quedándose con la Comandancia en Jefe hasta 1998.
Usó ese poder remanente para amedrentar a sus enemigos. Así, cuando los tribunales de justicia intentaron investigar un turbio asunto de cheques de uno de sus hijos (los llamados "pinocheques"), dio un cuartelazo como advertencia. A la investigación le dieron carpetazo, y golpe de estado no hubo; en cuanto a esto, se lo llamó con el eufemismo de "ejercicio de enlace". Se recuerda también el comentario cruelmente burlesco que hizo, cuando se le interrogó por el macabro descubrimiento de que en varios ataúdes con cadáveres de detenidos desaparecidos, habían dos cuerpos por urna, y éste replicó: "¡Pero qué economía más grande...!".
El principio del fin vino en 1997, cuando se acabó la calidad de vitalicios que tenían los jueces de la Corte Suprema nombrados por Pinochet. A esta renovación del Poder Judicial siguió el arresto de Pinochet en Londres, cuando viajó a dicha ciudad, pésimamente asesorado por un militar suyo de confianza. Entonces se recluyó en una clínica, la London Clinic, la cual de paso le dio nombre al suplemento satírico "The Clinic", publicado hasta el día de hoy.
Se zafó de ésa gracias a que se le diagnosticó demencia senil moderada, y pasó todo ese tiempo en un hospital. Incluso se organizó una colecta entre sus partidarios para pagarle los gastos de estadía allá, porque se le suponía hombre sin gran fortuna personal. Regresó a Chile, y su primer gesto, nada más pisar la losa del aeropuerto, fue levantarse de la silla de ruedas y caminar triunfalmente...
...por última vez, porque desde ese entonces, la avalancha de juicios en su contra ya no cesó, incluyendo juicios por fraude al fisco por el descubrimiento de colosales cuentas bancarias en el extranjero, que ascendían a varios millones de dólares. Pinochet evitó la prisión por el expediente de "enfermarse" estratégicamente, hasta que el 3 de Diciembre de 2006, resultó más o menos cierto, y finalmente falleció una semana después. La derecha para la cual gobernó, hacía tiempo que le había abandonado porque le estorbaba su recuerdo en las elecciones, y los empresarios que se habían enriquecido adquiriendo activos del estado a bajo precio con las privatizaciones, también se había distanciado lo suyo... Sic transit omnia gloria mundi!
el periodo de decadencia de la dictadura, donde comienza y porque?¿ no quedo claro.
ResponderBorrarEl punto del posteo era más "Pinochet the Man" que la dictadura misma. Pero si hubiéramos de decir en qué punto las cosas comenzaron a descarrilarse para el régimen militar, el jumping the shark probablemente fue la gran crisis económica de 1982, mucha gente aceptó la dictadura militar, la toleró, o miró para otro lado, porque durante los 70s el gobierno militar encarriló la economía que se había ido fuera de tiesto en particular bajo Allende (con la ayudita de los grupos económicos "la papelera no" por supuesto). Pero con la crisis del 82 había dictadura Y ADEMÁS crisis económica, y cuando les tocaron el bolsillo fue cuando la gente comenzó a revolverse. A la larga eso llevó a los acuerdos políticos en la cumbre que, a su vez, llevaron al plebiscito de 1988 que a su vez llevó a la restauración de la democracia en 1990.
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