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domingo, 11 de octubre de 2009

No era de Constantino sino de Marco Aurelio.


La estatua ecuestre de Marco Aurelio es única en el mundo, debido a que es la única estatua ecuestre de un Emperador que se conserva desde la época grecorromana. Y esto se debe a que no se la creyó de Marco Aurelio sino de Constantino...

La estatua representa al Emperador montado a caballo (ecuestre, ¿recuerdan?), vestido con una túnica y con el paludamentum (capa que usaban los generales romanos), y alzando la mano derecha para saludar a las tropas. Las fuentes medievales señalan que bajo la pezuña del caballo existía la figura de un jefe bárbaro sometido. El tema de la estatua era, por tanto, la majestad imperial en pleno. La estatua es de bronce, pero en sus buenos tiempos estuvo recubierta de oro, algo congruente con su mensaje imperialista.

En la Edad Media, las estatuas ecuestres eran lisa y llanamente fundidas, por considerárselas símbolos paganos, y ya sabemos que para tales cristianos era más importante la fe que el arte. Además, el bronce fundido solía utilizarse para trabajos de orfebrería con motivos más, ejem, piadosos, y también para la más acuciante necesidad de acuñar circulante. Esta se salvó porque los cristianos la veneraron como "caballus Constantini", la estatua de Constantino el Grande, que como primer Emperador cristiano, no podía acabar fundido de manera tan miserable. En el siglo X fue instalada en la Basílica del Laterano, y en 1538, como parte de los proyectos arquitectónicos de Miguel Angel (gran admirador del arte grecorromano, como buen renacentista que era) fue situada en el centro de la Piazza del Campidoglio. Resulta irónico pensar que la estatua no sólo no representaba al primer Emperador cristiano, sino que además, se trata de Marco Aurelio (161-180), es decir, el Emperador del máximo poderío imperial del pagano Imperio Romano, que además hizo profesión crasa de Filosofía pagana en una obra cumbre del Estoicismo, cual es las "Meditaciones"... Con todo, la estatua duró en su lugar hasta 1981, siendo retirada para trabajos de remodelación, puesto que la contaminación del aire en Roma estaba dañándola como ni los bárbaros ni los cristianos lo hicieron antes. La fue instalada en el mismo lugar, en 1997, en realidad es una réplica.

Dos leyendas circulan respecto de la estatua. Según una, cuando desaparezca hasta el último residuo de oro sobre el bronce, se producirá el Juicio Final. Según la otra, cuando el caballo y el jinete vuelvan a estar cubiertos de oro, como en su día inagural, Roma volverá a ser la dueña del mundo...

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