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jueves, 17 de septiembre de 2009

El baile del período presidencial chileno.


Una de las vergüenzas en la aplicación de la Constitución de 1980, en Chile, es el baile desvergonzado de períodos presidenciales. Sin acercanos a breves períodos de inestabilidad política (1826 a 1831, la Guerra Civil de 1891, y el período semiestable de 1924-1932), y salvando la tan estable como, ejem, poco constitucional dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), en Chile casi todos los Presidentes de la República han conseguido completar sus respectivos períodos. Bajo la vigencia de la Constitución de 1833, el período presidencial era de cinco años, y así fue entre 1831 y 1925. A la vez, este período era reelegible hasta 1871, lo que dio origen a los llamados "decenios" (José Joaquín Prieto en 1831-1841, Manuel Bulnes en 1841-1851, Manuel Montt en 1851-1861, José Joaquín Pérez en 1861-1871). Todos los años en que cambiaba un período presidencial, terminaban en consecuencia en "1" o "6". Esto cambió en 1910 porque Pedro Montt, quien estaba en su cuarto año de Presidencia, falleció en su mandato (según algunos, por un insigne yetador argentino... ya lo referimos en Siglos Curiosos), y a partir de entonces los años de cambio de período presidencial pasaron a estar terminados en "0" o "5"...

La Constitución de 1925, por su parte (que no llegó a ser realmente operante sino hasta 1932, en lo que a institucionalidad política se refiere al menos), fijó un período presidencial de seis años. Arturo Alessandri Palma lo completó (era su segundo período presidencial, y lo cubrió desde 1932 a 1938). Sus dos sucesores, por el contrario, fallecieron de causas naturales ejerciendo el mando supremo. A partir de 1946 los sexenios se sucedieron sin interrupción (Gabriel González Videla, el segundo período de Carlos Ibáñez del Campo, Jorge Alessandri y Eduardo Frei), hasta que Salvador Allende fue derrocado en 1973, a mitad de su período.

Una de las primeras labores a que se abocó la Junta de Gobierno fue la creación de una nueva Constitución Política. La Comisión Ortúzar se decantó por un período de ocho años, pero el Consejo de Estado recomendó, por 15 votos y una abstención, seguir con el período presidencial de seis años. A su vez la Junta de Gobierno (o sea, Pinochet y los suyos) desestimaron esto, y el período quedó fijo en ocho años. El primer período iba a ser cubierto por Pinochet mismo, por supuesto, y en vez de haber elecciones en 1988, habría un plebiscito. El plebiscito fue rotundamente negativo para Pinochet (la historia del plebiscito también la referimos en Siglos Curiosos), y se fijó un cronograma para entregar el mando en 1990, no sin antes (primera reforma), rebajar el período presidencial a seis años sin reelección, más un primer período (segundo en realidad) que sería de cuatro años sin reelección. Así, Patricio Aylwin fue Presidente de Chile entre 1990 y 1994.

El cambio creó un enorme desajuste electoral, porque el período de los diputados era (y sigue siendo) de cuatro años, y el de los senadores de ocho, de manera que las elecciones presidenciales y parlamentarias en el sistema antiguo coincidían. Pero cambiando el período presidencial, el cronograma de elecciones se desbarajustó, sometiendo al sistema político chileno desde 1990 a una alta rotativa de elecciones. Para complicar más el panorama, sólo dos Presidentes gobernaron seis años (Eduardo Frei Ruiz-Tagle desde 1994 a 2000, y Ricardo Lagos Escobar desde 2000 a 2006), porque para cuando Michelle Bachelet asumió la Presidencia, otra vez se había rebajado el período a cuatro años... y una vez más sin elección. Por lo que constitucionalmente un Presidente ha gobernado ocho años (Pinochet, desde 1981 a 1988, aunque no entregó el mando en 1989 sino en 1990... y sus siete años anteriores fueron con la Constitución de 1925 suspendida), dos gobernaron seis años (Frei Ruiz-Tagle y Lagos) y dos cuatro años (Aylwin y Bachelet, si completa su período en 2010). ¡Y todo eso en apenas treinta años de Historia Constitucional! Cierto es que Chile es más estable políticamente que muchos países de la región, pero podemos suponer que en democracias más perfeccionadas, no hay tanto baile con la duración del período presidencial. En Estados Unidos, por ejemplo, desde 1800 todos los períodos presidenciales han sido de cuatro años sin excepción...

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