Uno de los más grandes políticos de Mesoamérica fue sin lugar a dudas el rey Tezozomoc, señor de la ciudad de Azcapotzalco. Su historia es digna de ser referida.
Los tepanecas eran una tribu chichimeca que se dejó caer sobre el Valle de México durante el siglo XII, o quizás el XIII (al igual que sus parientes tenochas, que nosotros llamamos "aztecas"). Los tepanecas conquistaron militarmente y se enseñorearon en la ciudad de Azcapotzalco, transformándose en los principales líderes de la región.
Según las crónicas de Fernando de Alva Cortés Ixtlilxochitl, historiador mestizo del siglo XVII, Tezozomoc asumió el poder en Azcapotzalco hacia el año 1367 o 1370. Para extender su influencia, llevó a cabo varias guerras contra otras ciudades vecinas. Una vez conquistadas, para mantenerlas bajo control, envió a sus propios hijos como señores de éstas, bajo su vigilancia directa por supuesto. De esta manera su hijo Acunalhuacatl, por ejemplo, llegó a ser señor de la importante ciudad de Tlacopán, mientras que Quaquapitzahuac llegó a ser señor de Tlatelolco, y Maxtla lo fue de Coyoacán. La política de Tezozomoc se parece mucho a la de Luis XIV, que envió a un pariente suyo a gobernar España después de la Guerra de Sucesión Española, o a la de Napoleón Bonaparte, que nombró a sus hermanos y parientes como reyes de media Europa. El poder de Azcapotzalco rebasó el Valle de México, y alcanzó a regiones tan alejadas como Toluca y Morelos.
Desgraciadamente para los tepanecas, los días de gloria de Azcapotzalco estaban contados. Una ciudad mexica en particular, el asentamiento de Tenochtitlán, ubicado en el medio del Lago Texcoco, estaba floreciendo. A finales del siglo XIV, Tenochtitlán se había hecho fuerte gracias a su industria algodonera, convirtiéndose en el principal productor de ropa de algodón, la que enviaba incluso a Azcapotzalco. Tezozomoc decidió tratar a Tenochtitlán con prudencia; desde hacía decenios que los mexicas pagaban un tributo elevado a Azcapotzalco, pero cuando éstos amenazaron con rebelarse, Tezozomoc accedió a rebajar esta suma a una cantidad meramente simbólica, al tiempo que entregó a una de sus hijas en matrimonio al rey de Tenochtitlán.
Hacia el año 1415, la ciudad de Texcoco se rebeló contra Tezozomoc, y pidió ayuda a Tenochtitlán en su guerra contra los tepanecas. En este difícil trance, el rey de Tenochtitlán honró su pacto con Azcapotzalco y se volvió contra Texcoco. La guerra duró algunos años, y el rey de Texcoco fue finalmente muerto en batalla. Tezozomoc consiguió sortear así el evento más difícil de su reinado, en el cual su propia ciudad capital estuvo a punto de caer. Pero fue su último gran éxito, y el de los tepanecas.
Tezozomoc murió en 1426, y con él desapareció su gran visión política. Su heredero fue derrocado por otro hijo suyo, Maxtla (a quien hemos mencionado como gobernador de Coyoacán), quien decidió emprender las hostilidades contra Tenochtitlán, seguramente creyendo que había crecido mucho su poder. Desgraciadamente para él, tenía razón. Los tenochas de Tenochtitlán se aliaron con Texcoco y con Tlacopán, y después de un par de años de guerra acabaron con el poderío de Azcapotzalco para siempre. La victoriosa Triple Alianza entre Tenochtitlán, Texcoco y Tlacopán se transformó entonces en el embrión del naciente Imperio Azteca.
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