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jueves, 5 de julio de 2007

Cuando Superman no volaba...

Superman es, casi con toda seguridad, el personaje de historietas más reconocible y famoso de la totalidad del siglo XX. Todo el mundo sabe de los superpoderes de Superman, que incluyen el vuelo, el superaliento, la superfuerza, la superresistencia, la visión de rayos X... Todos estos superpoderes son canónicos, y así han sido presentados desde que Superman ingresó por la puerta grande al cine con el superexitazo "Superman" de 1978. Y sin embargo, hubo un tiempo en el cual Superman tenía poderes harto más limitados. De hecho, la supervisión o la capacidad de congelar cosas con un aliento superfrío, son poderes que fueron apareciendo con el tiempo, ya que la historieta empezó a sumar 10, luego 20, después 30 años de actividad y más (ya va para los 70), y pues bien, meterle nuevos superpoderes era una manera de mantenerla fresca y actualizada, ante la inevitable repetición de ideas, situaciones, villanos, etcétera. Sin embargo, lo que puede parecer casi asombroso, mirándolo en retrospectiva, es que antaño Superman ni siquiera volaba...

Así fue: el primer Superman no volaba. En el célebre primer radioteatro de Superman, seguido por los famosos cortos de Max Fleischer, se decía aquella célebre frase según la cual Superman era "más rápido que una bala, más poderoso que una locomotora, y capaz de saltar grandes edificios de un solo brinco" ("faster than a speeding bullet, more powerful than a locomotive, and able to leap tall buildings in a single bound"). ¿Ven en alguna parte que se mencione la capacidad de vuelo?

Eso tiene su razón de ser en que Superman era una especie de superhombre con capacidades ampliadas, y punto. Es decir, si un humano normal puede correr a una velocidad determinada, un superhombre puede a una velocidad mayor, y lo mismo respecto de saltar, etcétera. El primer Superman daba enormes saltos, eso sí, pero no podía volar, simplemente porque los humanos normales no pueden hacerlo, y no era tampoco el caso de Superman hacerlo si los vulgares peatones de toda la vida eran incapaces de ello.

Pero llegó el instante en el cual Superman dio el salto al cine, de la mano de los cortos que hemos mencionado, y entonces surgieron los problemas. Resulta que una cosa es dibujar a Superman en la viñeta de una historieta, de manera estática y marmólea, dando un salto, y otra muy distinta es animar esa escena sin que se vea al gran héroe dando ridículos brincos de canguro. De modo que los productores de la serie animada le pidieron a DC, la empresa que editaba (y edita) a Superman, que cambiara su habilidad, a la de volar, lisa y llanamente. El afán de lucro pudo más, y de este modo Superman adquirió una de sus habilidades más características, hasta extremos tales que en la historieta de los '50s, no era raro ver volando a Superman no sólo por toda la Tierra, sino también por todo el universo, con la misma facilidad de un niño andando en bicicleta por su barrio... Nada mal para un superhéroe que partió simplemente con vocación de saltamontes.