La canción "Cumpleaños feliz" (Happy Birthday) tiene una historia breve, interesante, erudita y curiosa. En 1893, dos maestras de escuela en Louisville (Kentucky), llamadas Mildred J. Hill y Patty Smith Hill, escribieron la canción, pero con una melodía diferente, llamada "Good morning to all" ("Buenos días a todos"). Se suponía que era una canción de saludo para ingresar a clases. Posteriormente, en fecha incierta, y por manos también inciertas, alguien discurrió cambiar la letra, pero manteniendo la melodía idéntica.
Como una siniesta señal de los tiempos, esta canción perteneciente a la tradición, patrimonio y cultura popular de todo el planeta, o del mundo occidental al menos, ¡tiene derechos de autor! En 1935 fue registarda, y después de varios juicios y cambios de propiedad, la patente fue renovada por Time Warner en 1988, y seguirá vigente hasta el año 2030. Lo que es el negocio del siglo, porque cada vez que se emite la canción por radio, o se utiliza para una película, hay que pagar regalías a Time Warner por el uso de una canción que, como perpicazmente se habrán dado cuenta, esa empresa no tiene arte ni parte en su creación. En cuanto a la versión original, las dos profesoras que la escribieron jamás pensaron en registrarlas, dándose la paradoja de que con la letra "happy birthday..." está registrada, y con "good morning..." es de dominio libre...
Y ya no hablemos de la versión "Happy birthday, Mr. President", que hizo famosa Marilyn Monroe. Pero sí mencionemos que esta canción fue utilizada en Hong Kong para enseñarle a los niños a lavarse las manos durante quince segundos con agua y jabón, y evitar así la propagación del virus del SARS en 2003: cantando la canción de manera lenta, se completan los quince segundos necesarios para la operación...
NOTA DE "SIGLOS CURIOSOS": Este posteo está dedicado a nosotros mismos, yo como escritor y ustedes mis lectores. Mañana 1 de Enero, Siglos Curiosos cumple un año. Ha sido un período largo, hemos acumulado cerca de un centenar de posteos, y seguirán creciendo. Muchas felicidades y que tengan un muy buen 2007, les desea el General Gato.
Como una siniesta señal de los tiempos, esta canción perteneciente a la tradición, patrimonio y cultura popular de todo el planeta, o del mundo occidental al menos, ¡tiene derechos de autor! En 1935 fue registarda, y después de varios juicios y cambios de propiedad, la patente fue renovada por Time Warner en 1988, y seguirá vigente hasta el año 2030. Lo que es el negocio del siglo, porque cada vez que se emite la canción por radio, o se utiliza para una película, hay que pagar regalías a Time Warner por el uso de una canción que, como perpicazmente se habrán dado cuenta, esa empresa no tiene arte ni parte en su creación. En cuanto a la versión original, las dos profesoras que la escribieron jamás pensaron en registrarlas, dándose la paradoja de que con la letra "happy birthday..." está registrada, y con "good morning..." es de dominio libre...
Y ya no hablemos de la versión "Happy birthday, Mr. President", que hizo famosa Marilyn Monroe. Pero sí mencionemos que esta canción fue utilizada en Hong Kong para enseñarle a los niños a lavarse las manos durante quince segundos con agua y jabón, y evitar así la propagación del virus del SARS en 2003: cantando la canción de manera lenta, se completan los quince segundos necesarios para la operación...
NOTA DE "SIGLOS CURIOSOS": Este posteo está dedicado a nosotros mismos, yo como escritor y ustedes mis lectores. Mañana 1 de Enero, Siglos Curiosos cumple un año. Ha sido un período largo, hemos acumulado cerca de un centenar de posteos, y seguirán creciendo. Muchas felicidades y que tengan un muy buen 2007, les desea el General Gato.
¿Los derechos de autor?
ResponderBorrarLa originalidad es un mito desde hace ya mucho tiempo.
Los derechos de autor son de esas cosas que son buenas cuando los tiene uno, y malas cuando los tienen los demás. Y originalidad, originalidad... el último original fue Homero, y desde entonces todo lo que hay son refritos. Algunos mejores que otros, pero refritos.
ResponderBorrarY eso, si es que Homero no fue a su vez el refrito de algún insigne desconocido anterior a él.